148234 Repertorio Americano Paz en la guerra y los novelistas de las guerras civiles. Pegaso medio LITERATURA CONTEMPORANEA cuando brizaban mis sueños infantiles los estallidos de las bombas carlistas, podrán aprender po poco los mozos y aun los maduros de hoy. Caen las hojas del árbol de la historia y le bro.
tan otras, mas el tronco permanece; y esta novela de Unamuno es historia poetizada.
III el contacto o encuentro primero, la sed de vivir dos veces las cosas, desafiando Los cuatro Una novela resucitada al desengaño, que en la segunda visita novellstas de las guerras civiles Paz en la guerra, al publicarse aho. nos acecha. Seguodas partes del amor, Paz en la guerra coloca a Unamuno ra su segunda edición, después de vein. segundas visitas a los lugares del en. entre los novelistas que han sido los tiséis años, es como una novela resu. sueño, retorno a la fe primera o ala épicos de nuestras guerras civiles. El citada. En las puevas generaciones de vida juvenil, son pruebas difíciles a fue el primero en acometer este, asunto los lectores de Unamuno habrá pocos que sometemos la ilusión original. La. histórico y legendario, tan popular, que conozcan este libro. Para la mayo virginidad de las cosas, no es perenne; tan español, entre los cuatro pripci.
ría del público actual tendrá toda la pero en las que lo merecen queda la pales povelistas de las guerras civiles.
novedad de una novela inédita. Estaba reserva de su fecucdidad. También las Paz en la guerra se adelantó a los agotada hacía tiempo, y probablemente segundas lecturas suelen castigarnos Episodios Nacionales de Galdós, de la la tirada no fué muy numerosa. Eu con desilusiones; pero las verdaderas tercera y la cuarta serie; a las novelas 1897, Unamuno era un escritor que de la guerra carlista, de Valle Inclán; empezaba a darse a conocer. No rey mucho más, como es consiguiente, cuerdo si había publicado ya en La a los nuevos episodios, de Baroja, que España Moderna su ensayo En torno forman en la galería de Aventuras de al casticismo, que llamó la atención ha.
un hombre de acción y que son de ayer.
cia el vigoroso pensador que allí se Montevideo Uruguay Sería un curioso cotejo, no falto de revelaba. Paz en la guerra fué el pri.
interés ni de enseñanza literaria y psi.
mer libro importante de Unamuno: su cológica, el de estos cuatro novelistas povela de juventud y, con todo, la me.
Es la única revista nacional de las guerras civiles, tan diferentes jor y más artística de sus novelas. No de letras que se publica en el en estilo, en temperamento y opinio.
creo tener derecho dice en el prólo. Uruguay.
pes, y, con todo, no muy divergentes go, ahora que me falta año en la visión de los hechos, lo que para llegar a la sesepteoa, para corre.
aboda su imparcialidad y acusa la sugir, y menos reformar, al que fui en San Salvador 2309 gestión épica del asunto. En Valle mis mocedades de los treinta y dos Inclán predomina el espíritu de la años de vida y de ensueño.
Montevideo gesta heroica, que inspiró las admira.
Aquí, en este libro que es el que bles páginas de elocuencia latina de fuí. encerré más de doce años de Gerifaltes de antaño y el sobrio y dratrabajo; aquí recogí la flor y el fruto obras de arte no sólo las resisten, sino mático episodio de Los cruzados de la de mi experiencia de piñez y de moce. que ganan con ellas, ofreciendo pue. causa. Es el más épico. Pérez Galdós, dad: aquí está el eco y acaso el perfume vos descubrimientos y quevos motivos en sus Episodios de la tercera y cuarta de los más hondos recuerdos de mi vi. de emoción. La consagración de la serie, tiene la visión serena de un da y de la vida del pueblo en que pací posteridad está formada de una su. espectador curioso e imparcial, de la y me crie: aquí está la revelación que cesión de segundas lecturas. Los bue cual se destacan los perfiles descripti.
me fué la historia y con ella el arte. nos libros son para la lenta lectura del vos y los rasgos anecdóticos. Eu los Paz en la guerra es todo eso. El más filólogo y para la lectura repetida del libros de Baroja vibra el dinamismo fiel resumen artístico de la parte bil. amante de las letras. El libro superfi. del espíritu de aventura; son una gesta baina de Unamuno. Sus amigos y ad. cial, que acaso cautivó la curiosidad menor, de sabor primitivo y verídico, miradores quisiéramos que ahora, en en una primera rápida lectura, se nos que no llega al amplio ademán épico la madurez de la próxima sesentena, ofrece mustio, marchito, si por acaso de las novelas de Valle Inclán. Galdós escribiera Upamuno para hacer juego volvemos a el y Baroja son los más extrictamente con esta hermosa obra de juventud, la Creo haber visto y sentido al releer historiales, aunque los otros no dejen novela de su Salamanca, el resumen Paz en la guerra más cosas y más emo. de ser históricos y acaso lo sean tapto.
artístisco de su parte castellana, ciones que vi y sentí ep la lectura pri. Unamuno es el más filosófico, el que mera, Algupas correcciones tendría más abonda en el fenómeno de la gue.
II que hacer en mi juicio de antaño acer rra y el que escucha con preferencia La segunda lectura ca del libro, aunque no en lo funda. las voces eternas que acompañan al mental. Paz en la guerra no ha perdido momentáneo fragor guerrero. Su no.
HE vuelto leer Paz en la gilerra. para míla frescura y lozania originales; vela, aun girando en torno de un En Novelas y novelistas la había dedi. pero vislumbro en ella más hondo sub. episodio local: el sitio de Bilbao en cado un capítulo. Al penetrar en las suelo. Ni siquiera ha palidecido aquella 1874, mira a lo profundo, a las raíces páginas de la nueva edición he expe. forma de realidad presente que llama. históricas lejadas. El hecho, el caso rimentado la curiosidad y la inquietud mos actualidad. El autor lo dice, y histórico, figurado o reproducido con del retorno. El retorno suele ser un estoy conforme. Aparte el valor lite el colorido y la plasticidad viviente sendero de melancolías. Rara vez la rario o artístico más bien poético que le presta el recuerdo personal del segunda visita a cosas que conoci. que pueda tener, es boy, en 1923, de testigo, rebosa de su propio contorno mos o vivimos deja de ofrecernos cier. tanta actualidad como cuando se pu. y se dilata por un ancho horizonte de ta desilusión, y, sin embargo, un pun. blicó. En lo que se pensaba, se sentía, conexiones y de causas. La guerra no zante atractivo nos mueve a remover se soñaba, se sufría y se vivía en 1874, es ya, en esa visión amplia y pene. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica