42 ore Repertorio Americano un gre, barri. receloso, egoístå y zafio: no podía re. con toda el alma, vertiendo en saltos a beber del mismo vaso, a respirar del sistir a Tajuña el molinero, el héroe y piruetas y. en gritos desbordamiento nismo aire y a calentrrse al mismo popular, un borracho perdido; a Mar. de vida, el limpio goce de la libertad. sol.
tinillo, cuyas farsas grotescas desata. de los movimientos, el disfrute del Entonces sintió Julián el abrazo de ban la risa, siempre pronta a estallar, propio cuerpo. Bailaban con ellos la la montaña y que al beso de la brisa de sus couvecinos; a Panchote, el notas claras y estridentes del pito, re se le apagaba el alma, el eco de las bruto del berrero, que trabajaba como pletas del agrete del vioillo viejo de las exóticas rimas ciudadanas. Zumbábale un buey sin dársele de pada un ardite, montañas aquéllas, notas que se estru en la cabeza la campiña y se sentía.
goísta que jamás pensó en el própían de consuno con las risas francas esponjado en la alegría de vivir que le jimo. Dolorido del ámbito, recorría que hacían vibrar de alegría el aire, rodeaba. Era el amor que le nacia del valles, encañadas y collados recitando mientras bailoteaban al viento las ho. campo, el amor fructuoso, cogüelmo sus propias rimas, cual conjuro al wa. jas de los castaños bebiendo luz. Era de vitalidad. leficio de la paturaleza que le envolvía. aquella danza común, danza litúrgica. la vuelta volvían en parejas los Se asfixiaba falto de sociedad. Su pri. acción de gracias de la vida desnuda más de los romeros, cogidos de la mano, ma Eustaquia, la hija de la familia de y pura, holocausto de energía vital. o de la cintura bajo el derretimiento que era huésped, sólo pensaba ante el Palpitáronle. a Julián las entrañas, de la luz crepuscular. De cuando en en no aparecer candida, empezaron a cantarle la canción de la cuando se escapaban de algún pecho Mas poco a poco ibale ganando el salud que rebosaba, y tomando a Eus. fresco relinchidos potentes que vola.
campo, invadiéndole el espíritu gota a taquia de la mano se puso a bailar en bau como alondras sobre el valle, para gota, a la vez que enriquecida su san. un corro con ella entre los aldeanos, morir lápguidamente en la garganta de sutileza su cerebro y Era el campo wismo quien con él bai. de que como de nido salieron. Julián regalaba a su corazón empuje. Iba laba. ai Bien, bien por el señorito. le sintió un escalofrío vivificante al reci.
gustando la salud y con ella vergüenza decían. jalza, Juliauete, alza. le bir el suspiro con que Eustaquia res, de su pasado, al ver que la naturaleza azuzaba Martinillo, provocando risa pondió al beso apretado y lento gozado impasible sonreía desdeñosa a toda su: general. Batían con ritmo los pies de en un recodo de la seuda, y entonces postura de afectación y fingimiento. Eustaquia sobre el suelo; oreaba con intuyó el curado ciudadano que es el Llegó el día de la fiesta, y se fué al rozagancia al aire su forecido cuerpo. erotismo la impotencia del querer.
monte, de romería, con su prima Eus. espléndían arreboladas en sus mejillas. Cuando un año después volvió a la taquia. De todo el contorno concu. rosas de salud; eran sus labios fuente ciudad, llevaba a ella con Eustaquia rrían a la famosa fiesta. Al borde de la de júbilo, e irradiaban sus ojos vida una hija, for aromática del amor corsenda canturriaban quejumbrosamente anhelosa de derramarse.
dial, una obra del cuerpo y del alma, sus patéticas súplicas los pordioseros. Cuando al terminar la danza em. del ser entero y uno, inspiración del «Consideren, almas cristianas, la triste. brazó Julián por el talle a su prima, campo en que dan en el agabanzo oscuridad en que me veo. Más allá: cuyos ojos decían vida, fundiéndole la fruto las sencillas rosas del zarzal, los «No hay, hermanitos, como el don sangre las entrañas, derritiendo sobre humildes escaramujos de cinco péta.
precioso de la salud. Más lejos. su corazón a su cerebro. Sentáronse los, un poema evgendrado en el des.
junto a un árbol, mostraba un mucha con otros en el suelo sobre la mullida wayo del cerebro, poema de amor chuelo enclenque el vientre enorme, alfombra, a comulgar en la merienda, hecho carne viviente, su vida, su eterlustroso y tostado al sol. Aparto Ju.
nidad, su luz, su gloria, sui poema: lián su vista de tanta miseria para cuando más tarde, perdida su descansarla en los humildes escaramuEn lo sucesivo señores compañera y olvidadas sus rimas, le jos que vestían al zarzal que festo.
agentes y suscritores de procegó el cerebro, de antiguo herido, neaba el otro lado del camino.
Llegaron a la explanada de la ermiquedáronle aquellos filiales ojos que vincias sírvanse remitirme serenaban todo ambiente en que desta, en que entró a rezar un momento invariablemente los fondos capsara con paz su mirada de inocen.
Eustaquia, cubriéndose antes la cabeza cia.
bajo cubierta certificada o en con el blanco pañuelo. Olía a frescura MIGUEL DE UNAMUNO de campo preñado de cosecha y a gui. forma de giro postal; que sin (Caras y Caretas, Buenos Aires. sos suculentos: de entre la fronda su. ello suelen perderse.
bían al cielo columnas de humo. En el ahumado hueco de un castaño El costo del certificado, o Dr. ODIO. DE GRANDA centenario aprestaban como todos los del giro, lo incluirán en la MEDICO, CIRUJANO RADIOLOGO años una merienda, y como todos reverdecía el viejo. Junto al carro del suma que me remitan.
de la Facultad de Medicina de París Horas de consultas: de a h.
vino estaba Tajuña el molivero, iofa.
El Editor del REPERTORIO tigable sangrador de pellejos, taza va, taza viene y él tan arrecho. Flaque.
aríanle las palabras, pero las piernas no. Juliáu admiró con el pueblo ali héroe. Salió a bailar Martinillo, cuya carucha parecía siempre qué iba a llorar y po lloraba, y se rió Julián con el pueblo de los brincos y cabriolas felipas del gracioso. Vió con qué recoELIXIR ANTIPALÚDICO gimiento merendaba Panchote y en.
VERMIFUGO tendió que nunca es egoísta el que INYECCIÓN ANTIGONORREICA trabaja. Aquellas gentes eran natura.
leza, y la naturaleza es también so.
22 ciedad.
Metiose con su prima por entre los SAN JOSE COSTA RICA corros, donde los aldeanos bailaban EXCEPTO LOS DOMINGOS TELEFONO 837.
BOTICA ESPAÑOLA Preparaciones ASTOR. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica