30 REPERTORIO AMERICANO XIV Cuando el alba me despierta los recuerdos de otras albas me renacen en el pecho los que fueron esperanzas.
Quiero olvidar la miseria que te abate, pobre España, la fatal pordioseria del desierto de tu casa.
Por un mendrugo mohoso vendéis, hermanos, la entrana de sangre cocida en siesta que os hace las veces de alma. Hay que vivir, estribillo de la santísima gana, vuestra perra vida sueño en bostezo siempre acaba. Mañana será otro dia y el porvenir se os pasa, ni se os viene la muerte que no habéis vivido nada.
Cuando se os viene encima la libertad. Dios me valga!
y Dios en vil servidumbre, pues no os valéis, os chapa. Mirando pasar la vida no vivis y al acabarla aun hay quien sueña ¡cuitado!
que de la vida descansa.
Cuando el alba me despierta los recuerdos de otras albas, me renacen en el pecho las que fueron esperanzas. espero que al torbellino de mi seno España nazca, que los hermanos que sueño con mis sueños hagan patria.
Puebla mi sueño pueblo, que es sólo mi sueño, España, y sueño que me hago eterno en un eterno mañana.
sino la miseria de hoy, de los viles cuadrilleros de la vieja Inquisición.
Es justicia libertad; no el rencoroso perdón de tiranuelos de campo deshonrados con honor.
Solo, hidalgo, solo tú, sin Sancho, en manos de Dios, rebelde a la rebeldia del poder de sinrazón.
El mando dado a desmán, de la ley se desmandó; se puso a dictar mentiras que es tiranía mayor. qué vendrá? qué más da. nuestro Padre nos de hoy mientras no venga su reino nuestro cotidiano sol.
Nos dé el sol de la verdad, que nos limpia el corazón; el patriotismo con venda, no es más que abominación.
Libertad a los galeotes!
manos, cara y pecho al sol!
que la grandeza de España sea grandeza de Dios!
XVI Manana lo sé de ayerDon Quijote, mi senor, me apedrearán los galeotes, sea todo por tu amor!
No ine importa que vendrá, menos bello que antes; pero es nidos en torno del piano, él se la voz del hombre.
despierta a medias y se queda El sigue: canta mucho tiempo, durante dos horas con los ojos mticho tiempo. Es como una ple abiertos en una especie de sueque naufraga en el bal no extático. Yo me escapo un segundo para ir a verlo; su miPresta a los instrumentos de rar de pupilas inmensas está música tina atención que no se encendido en la sombra: un micansa. Gira en torno del piano rar de otra vida.
buscando esa cola de lo que Si después canturreo un aire todo el mundo habla y que el de los que se han tocado el ve. Pide soplar en la flauta, martes, el dice simplemente, seguro, cada vez de sacar el con un aire indiferente, bajansonido; decepcionado cada vez jando la cabeza: música de la de su fracaso.
noche. No se equivoca nunca.
El martes en la noche, en No confunde la música de la tanto que nosotros tocamos reu noche con la musica del circo.
Georges Duhamel (Trad. de Gabriela Mistral)
Qué hora es. Viene de la página 34)
De los placeres y los juegos me preguntáis cuáles son El más pequeño baila con molas artes primitivas, no iré vimientos lentos. contenidos, a consultar a los clérigos para serios: es demasiado pequeño contestaros: miraré vivir a mis para tener vergüenza. Bernarhombrecitos y os respondere: do, un poco más grande, un pola música, el dibujo, la danza co más torpe no sabe más que y la arquitectura.
hacer el loco. Pero canta: el El hombrecito entreabre la canto es un gozo tan natural puerta de mi gabinete de tra que parece ligado en el al acbajo. Está muy tranquilo aunque to de la expiraciót. Llena de yo trate de fulminarlo con la aire su pecho. Oh delicia! Desmirada. Acerca su cara a la mia, pués el aire se va. Habrá que me mira batiendo las pestañas, consentir en perderlo purael infame seductor, y ya recto mente y simplemente. No! La al fin: garganta está alli para sacar al. Papá! Mi lápiz no tiene paso, algunas bellas canciones.
punta: Sácasela.
Cuando está bien solo, puro, Lo hago porque tengo interés abandonado a su instinto de por las artes.
animal, cuando sus manos y su Gracias. ahora dame pa espíritu están ocupados en alpel.
guna menuda tarea, canta sin Le doy papel, del mejor. Soy parar una canción ondulosa, un buen Mecenas.
agil, parecida a la que se debe El hombrecito vuelve a su cantar alla en la estepa. Entrabajo. Dibuja, pinta. Todo lo cuentra ritmos e inventa interque hace significa alguna cosa. valos extraños: voz del viento Todo es grosero, informe, pero en soto, roce de las hojas del corresponde a una idea, tiende álamo, gotas de lluvia que caen a representar algún rasgo del las ramas la taza de la modelo. Ningún trazo es abso fuente.
lutamente inútil. Más tarde el Un día este humilde genio se hará cosas inútiles, dirá cosas desvanece: el hombrecito apreninútiles, creará cosas inutiles de a cantar. El arte civilizado y acumulará como todos los se instala en el jugar del arte hombres, lo inútil sobre lo in primitivo. Nosotros encontramos útil.
Viendo esta pasión de dibuque eso está bien porque estamos corrompidos, petrificados jar que ellos tienen, comprendo, por nuestros hábitos.
mejor que nunca, que creur está en la naturaleza del hombre.
En seguida conoce la verPero. qué crear? Es mucho güenza. Es imposible ahora más sencillo: el se divierte, se arrancarle esa menuda canción que sabe tan bien Luego, una noche, después de los abrazos, que dibujar es una función nasolo en su cama en medio de tural como construir, danzar, la sombra protectora, pero secantar. Me tiende su lápiz y guro de que nosotros lo estamos escuchando, se pone a canme ordena con simplicidad: tar con una voz neta. Dibujeme un elefante, dibújeme una locomotora, un barco, Oh, berde pino un señor, una casa. Yo oberey de las selvas.
dezco sin discutir y me doy cuenta con asombro de que sé Nosotros escuchamos en la dibujar todo eso que el me pide. pieza contigua. Escuchamos siCuando menos él queda con lenciosos y recogidos. Conocetento.
mos la voz del animalito. Es gozando siempre; la Novela de un niño, de Pierri Loti, tiene muchísimos atisbos y belleza de anécdota; la Maria Clara, de Margarita Audoux, no se enve.
jece todavia, gracias a la espontainedad del estilo; el Dedalus, de James Joyce, es el más extraordinario relato de adolescencia que yo conozca; pero yo no lo recomendaria a las estudiantes. Funde de ternura La Madre y el Niño, del admirable Carlos Luis Philliphi.
La Infancia, de Gorki, está contada para la Rusia y la América nuestra, prima de varias barbaries eslavas; y, para poner obra americana que resista estas vecindades, El niño que enloquecio de amor, del chileBarrios, está lleno de observaciones y anécdota legitima.
El género se enriquece por ano; parece que el asco de las juventudes feas y las madureces peores que vivimos, nos hiciera remontar los años a zancadas ansiosas, hasta caer en el cuadro jugoso de la infancia, donde se revuelca el pensamiento en cosa pura.
Naturalmente el género no está exento de podridura; los Gide y los sobrinos literarios del señor Freud, han llevado a la biografia novelesca del niño sti aliento sucio capaz de emporcar el aire del desierto.
Todo lo enumerado vale más que el lacrimoso Corazón esa Biblia de las escuelas laicas en que el ateismo, buscando escapar la aridez de cal que es la suya, se ha atollado en una manteca sentimental que empalaga hasta a las criaturas Que las bibliotecarias de Normal no traten demasiado en «niñas» a sus clientes. La adolescente nuestra sabe demasiado. Cuando oigo hablar de los peligros de la lectura novelesca en las jóvenes, pienso en los peligros de la imaginación sin alimento, porque como dice no sé qué educador franco, la mente suele hallar en la novela lo sensual; pero en la vida tan desnuda de este tiempo, encuentra ex Bernardo parece cierto de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica