Carmen Lyra

16. 2016 Repertorio Americano saron.
fuerzas para insultarla a cada rato y se fué al solar a dar. gritos. Los a la cabeza de la procesión de mocosos.
hasta para maltratarla de hecho si así niños la miraban con terror y pi Pe. iJuancito! IJuancito. Mi muchase le antojaba. sobre esto la suegra, drillo, que era el más apegado, ni chito. iSanto Dios! que no la podía ver ni Juancito, el menor, que siempre anda. El chiquitillo comenzó a llorar con.
pintada en la pared, porque creía que iba colgando de ella como un arete, qui. voz lastimera y no quería caminar, su. hijo había descendido desde el sieron acercársele y la contemplaban. María lo llevó de rastras y hasta que trono del Altísimo al profundo abismo de lejos lo mismo que a una extraña. cruzaron, Ramona entrevió la sucia en donde Ramopa había nacido, para Cuando se calmó volvió a la casa y carita vuelta hacia ella.
casarse con ella. IA saber las malas encontró todo revuelto. El marido. es. Con las manos en la cabeza entró.
mañas de que se había valido la tal taba cargando en un carretón lo más El marido salía con los últimos tre.
por cual para engatusar a su mucha. pesado: la mesa, el armario, las cuatro bejos.
cho! Siempre le estaba sacando los sillas, las camias de los niños, la cama Le dijo irónico: Te dejo lo que ojos con su otra puera. Esa si era de matrimonio. La cama en donde llevaste el día en que nos casamos.
toda una sefiora, de la misma clase de nacieron sus diez hijos!
La casa estaba vacía. Ella pada ha.
ellos, si no es que un poquitín más iDichosos los dos muertos. De las bía llevado consigo el día que se caelevada.
que se habían librado. Dichosos de Y esta vida de trabajo y tormentos, ellos. Era tan pobre! no ser que su juañadida a cierta irritación nerviosa Las cosas menudas las llevaban los ventud y su frescura que habíau quedebida a sus muchos alumbramientos, piños. Se asomó a la puerta a verlos dado enredadas en los abrojos del habían terminado por agriar su carác. partir. Ninguno le dijo adiós. Iban camino.
ter. Le costaba ya hablar con dulzura uno tras otro; parecía un caminito de a los piños: los amenazaba a gritos por hormigas: unos con los cuadros de los Anochecia. Las piezas se llevaban naderías y sin motivo les sacudía el sautos, otros con motetes en la cabeza. de silencio y de sombra.
polvo. Los mayores le tomaron por Hasta Juancito llevaba algo: el cande. Ramona se metió en la cocina y se ello cierta inquiva, se declararon sus lero de hojalata, con un cabo de can. dejó caer en 110a piedra abandonada enemigos y cuando los castigaba, la dela todavía pegado. La candela que en un rincón. Lo único vivo en torno amenazabau con irse a vivir donde la la noche anterior había alumbrado la suyo era una brasa que había quedado abuela. Tiraban para allá porque era última vigilia al lado de sus chaca entre las cenizas del hogar. la mirada mujer de, buen pasar. Allí punca. liocillos.
de la pobre mujer se agarró ansiosa tenían hambre, y su tía, la piera, seCamioaban despacio por la carga y. de aquella luz mortecina y su corazón fora a quien Dios no diera, hijos, los porque Juan de la mano de María, se tendió, como un animal herido por mimaba. Esto popía fuera de sí a la mayor de las mujeres. no podía el frío, hacia el pedacillo de calor que Ramoua.
marchar aprisa.
brillaba en la oscuridad. Ay. aquella vieja bandida y aque. La cabecita rojiza de Pedro iba al En su cabeza giraba un torbellino.
lla otra iputiloña con nueve años. ya frente de la tropa y oscilaba semejante Ella era un árbol, el viento babía desde casada sin saber lo que era echar a uva llama que fuera alumbrándoles prendido todas sus hojas y éstas dauun hijo al mundo. Eso sí podía, ja. el camino.
zaban vertiginosas en torno suyo. Los larse los ajenos. iPedro, Pedrito! gritó Ramona. dientes castañeteaban.
Cada hora de almuerzo y de comida Pedro se detuvo y quiso volverse,. iQué frío hacía, Señor mío Jesu.
era una borrasca: el hombre vocifera pero Nicolás, el mayor, le metió un pe. cristo!
ba, ella lloraba y el bisterismo la con llizco y el chiquillo emprendió carrera En alguna parte. dónde. un desfile vulsiopaba, los pequeños gritaban y y desapareció.
de cabezas infantiles.
huían como pollitos perseguidos. Nicolás, Nicolás! llamó la madre. Una tenía el cabello rojo y parecía El la había despedido muchas veces: El muchacho ni siquiera volvió la ca. un fogoncito. Esa era la que estaba. Auda, vete; anda, vete de aquí. beza y cruzó con paso rápido la calle, allí cerca de ella, entre la ceniza, No haces falta. Los chiquillos estarán porque ya le preocupaban las a parien. En el silencio, ocho pares de pieseci.
mejor con mi mama y con Lola que cias y no quería que la gente lo viera tos golpeaban al caminar sobre el em.
ccn vos. Aqui no haces falta, pedrado.
Por fin un día no pudo más.
Doctor Constantino Herdocia Pero el empedrado ino estaba den. Sí, sí, valía más separarse. Eso tro de ella, en el corazón?
BIEDICO CIROJANO no era vida y el mal ejemplo para los La brasa acabó por extioguirse en.
chiquillos. Qué se los llevaran, que Eufermedades de los ojos, oídos, pariz y tre la ceniza.
garganta. Horas de oficina: 10 a 11. 30 a, la dejaran sola. Ella sabía trabajar, se.
y de a 5, contiguo al Teatro Variedades.
CARMEN LIRA concertaría!
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del famoso poeta colombiano LUIS LOPEZ En lo sucesivo señores agentes y suscritores de provincias sírvanse remitirme invariablemente los fondos bajo cubierta certificada o en forma de giro postal; que sin ello suelen perderse.
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El Convivio y las otras ediciones del señor García Monge, se hallan deposi.
tadas en la Librería de los señores SAUTER Co.
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