. 168 291 Repertorio Americano La ternura de Galdós jugadas felices o las veces que sale el 5, por ejemplo. De vez en cuando las besaba para que se notase que no era avaro; después, cuando se veían dema u las admirables cuartillas que le hacer uno mayor en maldad o en siadas sobre el trapo blanco, se las yó el domingo en Toledo, al pie santidad hacen falta una serie de ge. gliardaba en bolsillos de fondo iden.
de la lápida que conmembra la gesta. Beraciones que vayau destilándolo y contrable.
ción de Augel Guerra. dijo Pérez de. un conjunto de circunstancias que Saludaba sin parar; pero su saludo Ayala, que el rasgo más saliente de faciliten su aparición.
se veía destacadofante cada uno de los Galdós, deüiro de su fisonomía moral, Don Benito no dejó de reflejar en que pasabao, como saludo único, sólo había sido su amor a la justicia: a la sus libros a algunos de esos «héroes. a ellos, especialmente convencido cada justicia cotidiana, la más difícil de de esos honibre cuidbres, como se dice uno de que es saludo al que adividan todas; a la justicia distributiva, al ahora. Pero prefería crear sus héroes. protector y magnápino. Hay que apa.
asuum cuique, tribuere. Es cierto. propios, esculpir con þarro de la vida lar esos saludos, aunque se sienta uno Galdós fué un hombre justo: pero su las figuras de asu humanidade. En un poco apático, porque sido después justicia, precisamente para poder ser esto estaba el toque, la gracia y el mi. son saludos incontestados e impagados distributiva, cotidiana y constante, no lagro: ese milagro de ternura, de hon. que flotar en el recuerdo como las era una justicia de Levítico ni de Pan. dura amorosa, de cordialidad, que se cosas incumplidas e ipsatisfechas.
dectas, petrificada en leyes inexora. produce en cualquier obra del maestro, bles, sino uua justicia blanda y sutilí. y que se explica con esta breve refler DOS IMPROMPTUS.
sima, que ante cada error y cada cri: xibị. Don Benito do odiaba, no sabía En las botellas de cerveza quedan men bumapos sentía la necesidad de ni podía odiar. dictar su ley. esta ley de Galdós, a veces, después de haberlas vaciado, unos glóbulos de aire, unas pompas aplicada particularmente a cada acaso, Toda su vida es amor. Amor a Es.
tenía siempre en cuenta la relatividad vanas, que son como el alma del lí.
paña en sus «Episodioso, en sus novequido escauciado.
de las otras leyes y de todas las mo. las y sus dramas: Amor a la vida, rales y el tapto de culpa inmensa de dividido y subdividido en sus amores.
la vida pretérita en las turbulencias y a Madrid y a Toledo, a la gentecilla Ya no existen aquellos doctores que crueldades de la vida presente.
de tres al cuarto, y a los curas pobres, observaban la garganta del paciente Galdós no podía condenar nupca a las menestralas y a los cesantes. sosteniendo la lengua con el waugo del todo. Encontraba siempre un Amores de abuelo. Quién ha pintado de una cuchara. Por eso lo primero motivo para perdovar o compadecer. a los niños como Galdós? Nadie en que pedían aquellos doctores era «Ven.
No era vindicativo, vi despótico. Cas. España pi en el mundo. Los niños de ga una cuchara. y hacían esa distin, tigaba a disgusto. Habría querido que Galdós viven, juegan, sufren, crecen ción tan médica. De las de café, po.
todos sus, personajes fuesen «buenos»
o mueren con una realidad tan honda, De las de sopar.
y por eso trataba con cariño hasta los que al ser padres vosotros la compro.
BANQUEROS amalos. Galdós era siempre el padre bamos en los nuestros.
de sus criaturas, jamás su enemigo.
En Portugal, por ejemplo, se escri.
El luchaba contra las costumbres, las be más el título de Banqueros que el ideas y los prejuicios de las institucio. Ahora bien: un escritor que sabe Banco en el frontispicio de muchas nes putrefactas que envenepap la vida, pintar chicos es un escritor en quien pero uo contra los receptáculos huma predomina la ternura. En esta España siempre Banco, como si no se atreviese casas de banca. Aquí se escribe casi nos de esos prejuicios y costumbres, de nuestros amores y puestros dolores, nadie a titularse banquero.
Hubiera querido ponerle otra alma a donde son tan frecuentes los escritores Realmente, es un título ostentoso y Doña Perfecta» e iluminar a todos los secos y esquinados y los biliosos y los temible ese de banquiero. obscurantistas, ennoblecer a todos los fríos, conviene erigir en arquetipo la villanos y poner discervimiento y gra.
imagen literaria de Galdós. Las torres Don Fulano de Tal, banguero, es cia en toda la gente estúpida de sus de marfil concluyen por quebrarse.
un señor opulento, enlevitado, con libros. Como Balzac mejor que Bal Una obra amorosa, de fondo cristiano, una cartera de cuero viejo y reblar.
como la de Galdós, tiene asegurada la opulento que saca de ella billetes franquecido en zac inventó un wundo, hallándolo en sus extremos, un señor la realidad, y trapsformándolo en su iomortalidad. Por si fuera poco, la corazón, que era dígase de una vez, ternura do excluye la fuerza del estilo siempre con un billete de cincuenta ceses, ingleses, españoles, y que paga a riesgo de sugerir sonrisas a nuestros ni la cimentación y fábrica robusta de pesetas, por lo menos.
Zarathustras el de un hombre bueno, la obra. No vaya a tomarse por un Aquí, los banqueros se disimulau, el de un espíritu religioso y cristiano, abuelito feble y tembloroso a quien no quieren que se les vea, no quieren el de un redentor, que combate y mue.
fué, y sigue siendo, el titán de las ostentar su título.
re dulcemente, y no el de un reforma, letras eepañolas contemporáneas.
Todo esto es lo que he pensado al dor atrabiliario, que destruye gozánALBERTO INSUA leer ese telegrama que ha publicado la dose en destruir.
Prensa, de que habían sido detepidos varios banqueros en la calle lisboepse de aos capitalistas. Precisemos: Galdós no era un egoís.
ta, ni un egotista, ni un ególatra, sino RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA todo lo contrario. Era generoso, bonEL POBRE DE LA TAPIA. El Sol, Madrid. dadoso. Por eso, habiendo luchado tanto con sus novelas y sus dramas Las monedas de cobre que va guar.
por las ideas grandes, tuvo tasto pie. dando este mepdigo de la pierna yen.
Deben considerarse como inéditos, y re.
dad por los hombres, que son tan pe. dada son numerosas. Las he apuntado mllidos por sas autores, los artículos que no llevan al ple la indicación de dónde queños. Tan pequeños, que para alguoa tarde, como el que apunta proceden.
Imprenta Libreria Alsina. San José de Costa Rica (La Voz. Madrid. La Vida las Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica