4011 Repertorio Americano que he.
guede, pensemos en los humildes, lim. la mañana hasta las de la tarde, y agua milagrosa. etc. El lema de los piemos nuestra alma de soberbia. cuando llego a casa, estoy muy can chilenos ya lo sabeo: Por la razón o Las frutas de la estación aprobaban sada, casi deshecha. Mi madre vive por la fuerza. El mío, repuso Vas.
con un comentario de dulzura risueña. en La Serena, por exigencias del cli concelos. Gabriela encontró secretos en el pas. ma, y cuando quiero verla voy a Co. El aire era una caricia resplande.
tel y en el helado y luego, abriendo quimbo y la hago una señita y ella ciente. Más allá se erguían, labrados los dulces ojos, añadió: viene. La Serena es una ciudad de en plata de fábula, los volcanes. Esta. Sólo por las sandías yo querría beatas.
ba floral y pasajero el Valle. De pronque Tacna no fuera de los peruanos. Ya sabía argüí que usted no lo, alguien, y no se sabe por qué ni Mondando una pera, de aquellas cree en las beatas, pero que cree en cómo, inició relatos de cuentos con que servían de inspiración a los mon. Dios.
upo en que aparece una tarántula.
jes descalzos, Palma Guillén repuso. Pero si basta se ha dicho. Conoce usted la tarántula. pre. Hay frutas que saber a aguacero, querido tomar el hábito franciscano! guntó a Gabriela.
y otras que huelen a mes de agosto, a Sólo que yo no creo en que el signo No la recuerdo bien. Las conozco tarde tibia.
visible es preciso para poseer la gra mucbo de nombre, y hasta me las hån a soprisa de niño agregó Ga cia invisible.
presentado, pero tengo tan mala mebriela.
El nombre del Padre Margil nos moria. Voy a contar a ustedes un Eso me suscitó la evocación del oreo como una brisa en la floresta. cuedlo vivido, algo que me pasó: Vo verso de Jammes, que González Martí. Sabe, Gabriela, que el Margil trabajaba en ese pueblecito, de que bez tradujo: tenía como usted la alegría de andar, le he hablado tanto, Los Andes, pero centre melones de oro, bajo la Primavera. pues fué desde California hasta Costa vivía fuera de él, en un monte, acom.
Rica?
pañada de dos criadas, y había un. Se imagina usted, Valle, un libro La California. La única tierra guardián que me salía al camino a de lectura para niñas, con todos esos que, según sé, es lo único que tienen darme los buenos días. La directora temas del campo y de la canción? Yo los yanquis, como fué de México? de la escuela era de parecer que yo ya no quiero hacer más poesía dolo. interrumpió.
viviese en el pueblecito para no tener rosa. Le voy a dar pāra «El Univer Pues el Padre Margil, por donde tanto que caminar, pero yo le prometí.
sal» del domingo un poema, que es el iba cantaba: así, cantando un «Ala. que sería la profesora más puntual.
último grito de mi poesía desesperada. bados que todavía repiten los indios a La víspera del día que iba a comenzar Ya es tiempo de aquietarse, de sere. la caída de la tarde, cuando suspen mis labores, advertí a la iodia que la parse; se encienden lámparas, el agua den sus labores. primera que se levantase temprano, tiene un color de paz, y si yo persisto. Ya usted vel La melodía del ver despertaría a la otra. Me retiré al piso en esa actitud parecerá que es «pose» so, las almas oscuras que se alegran de arriba cuando todo estaba envuelto y yo detesto la apose. por eso me en. cuando cae esa luz. Alla en Chile en esa calma de los Andes. Dormimos, fada que se me quiera retratar con tuvimos al Padre Valdivia que tam. Pero cuando desperté, ví que había un libro en la mano o escribiendo. Yo bién es inolvidable.
mucha claridad afuera y llamé a la he visto algo de la vida, pero sé poco. No sé por qué he pensado en el muchacha: ella, encendió lumbre para Eso de la erudición me asusta. Hable. Padre Margil. me figuro que usted hacer té, me desayunos, y le dije que mos más bien de las rondas de niños tiene mucho de aquel gran espíritu y sacara el quitasol porque esa mañana y de las canciones de cupa.
que él como usted tenía la voz de mai estaría ardiente. Nos pusimos en marAhora comprendía por qué algunas tipes, pareja, pero con una voluntad cha y el guardia del camino nos pregentes asustadizas, que escriben cró. que hacía manar agua y aceite de las guptó a dónde ibamos tan de mañana.
picas, la van a visitar con curiosidad. rocas. Si hubiera vivido en el desierto, Le expliqué todo y él se rió. Pero si Todos los prosiguió tie habría vendido are para no estar de es la luna, señorita, y serán las dos Den la canción de cupa artística y sólo ocioso. Unicamente que él sí escribía de la mañanar. Cerré mi quitasol y en nuestra América Española la tene: muchas cartas al día, no tuvo la inte. nos volvimos a casa, a seguir durmienmos trivial y fea: hay que depurarla, ligencia mágica de yo sé quién. do. La directora rió mucho cuando le clarificarla. Todos tenemos la influencia de conté lo sucedido y desde entonces En Chile es donde más se ha he alguien, pero debemos conversar sólo me llamaba Ma del quitasol bajo la cho en asuntos de folklore. hasta he con uno o con dos, porque cuando yo luna.
encontrado la semejanza de un mito hablo con muchos a la vez Así fué el cuento de Gabriela. Es de los araucanos con uca creencia de día, me parece que no he hablado con una parábola que conmoverá a muchos los indios de Centro América: un ojo nadie.
corazones sin maldad, capaces de ele.
de agua quiere decir que cerca vive varse hasta su alto sentido humano.
upa culebra, y si ésta muere o la maQuiero a la sombra de un ala contar este cuento en flor.
He pensado en Pedro Prado el de Las tan, el agua también se muere.
Pataguas. Yo no la oi, ni aquella. dónde conseguir, preguntó (Martí, Margil. era la grata reso tarde, di otras después, hablar de ella las leyendas de México, un libro Dancia en mis oídos. cosas torvas ni decir mal de nadie: que me vaya orientando. Cuéntenos un cuento de su país. cuando ha aludido a alguien, por quien Le sugerí la obra que acaba de edi. Ya nos dijo que no hay toros, ni de tal vez no tiene simpatía, ha hecho tar la Secretaría de Fomento bajo la portes nacionales como en México, y tan discreta la herida, que al segundo dirección de Manuel Gawio, y el Ilhui que el «rotito» chileno bebe mucho y se la ve cicatrizarse con el aroma del camina, que ha iomortalizado Monte no da esperanza de hacer algo.
dardo iTanta palabra airada. excla.
vegro, en un vitral nos llevó de la iY sin embargo, qué nacionalis. mó ella una vez. Lo más que le oído mapo hasta el cielo inefable en que tas somos; mejor dicho, yo soy la más decir de un escritor es lo siguiente: vive y reina el Padre Sahagún.
nacionalista allá, y por eso me apena. Hace malos versos, pero es tan sim. No crea que leo mucho: me leen ba que en Callao algunos me lla. pática su personal, de noche. Algunos no se explican por maran «la chilena. Sólo que allá en No crea me dice han exagera.
qué no les coniesto las cartas. Figh. mi país no todo está pacionalizado do: lo que yo he hecho es poesía dolo.
rese: allá en Santiago, el día se me como en Francia, donde hasta la Virrosa, pero ya me estoy aliviando, reparte en labor del Liceo de las de gen de Lourdes lo está. se vende en seguida, no sé por qué: ed un. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica