194 2140 Repertorio Americano pondía directamente a un género de brándolo de galicismos inútiles, no tes que aborrecen al marido vulgarp.
vida, a un ambiente. cómo trasladar sería empresa de romanos reconocer, a Esa compenetración con el alma de la atmósfera, el cielo, la vegetación de través de su personalidad literaria, la la ilustre ciudad, esa simpatía frater.
un clima. Córío servirnos de expre. huella profunda y sutil de un pueblo pal por la tierra artista y apalítica que siones sin ninguna aplicación en la que en todo, y por sobre todo, ama la le podó a tiempo las exuberancias del realidad, sin tradición oi raigambre claridad, el equilibrio y la medida, lenguaje, sin disminuirle el amor a la en nuestro sueló literario? Lo que era. Taine sostenía que on no se donne pas belleza de la forma, tampoco amenguo fácil y hasta natural en Carrillo, dado son style, on le recoit des faits avec qui en él el culto de América.
su temperamento y círculo en que on est en commerce. París ha comuni. Americano, y propagandista de se movía, resultaba grotesco en los cado sin duda a Calderón ese encanto grandezas de América, García Calde.
demás. Urgía pues crear nuevos esta que tieue su sonrisa, le ha permitido rón lo es en grado superior. Su propados de alma, seguir la inspiración de perfeccionar ese arte. tan aparente ganda ha sido su propia existencia.
otros maestros.
mente fácil de expresar inuchas ideas Con libros admirables, con una labor Soplaron los vientos de renovación. en pocas palabras, el don de compren. sio desmayo en revistas y diarios, dió Surgieron los guías. al fin se inició, sión y de perdón, la gracia exquisita el mejor ejemplo que pudiera desearse cop Ventura García Calderón y algu. de rozar la tristeza sin hacerse ioso. del vigor y de la preparación mental nos otros, el período que pudiéramos portable y de no alzar la voz cuando de una raza. No era ese el único desllamar de retorno a la naturalidad.
expone temas elevados. En todo caso mentís que aconsejaba Juan Mon.
Ep Calderón la crónica no fué una París contribuyó a tornarle ecléctico, talvo diéramos a Paw, el grosero teutón ingenua imitación, pese a las inevita sintético y sugerente. No son esos los que escribió: la raza hispano ameri.
bles, a las necesarias vacilaciones del tres elementos esenciales de la ciencia cada es tan menguada, que jamás dará comienzo de su carrera. La frivolidad de todo cronista? La expresión de un hombre capaz de coniponer un que él practicaba y proclamaba, hija Mauricio Barrés, el arte de vivir con libro?
de up sincero horror a dogmatizar y siste en saberse limitar debiera servir Calderón no se contentó con difunsolemnizar no debía desaparecer con de divisa a los chroniqueurs: diganios dir los suyos. Productor que aparte la la madurez, lo que prueba que su ac en abono de García Calderón que él sonrisa de la crónica sabe arrancarle titud interior no era puramente oca la adoptó cuando todavía la definición a la vida cuentos, poesías, novelas, sional.
barresiana estaba por nacer.
ensayos críticos, abandonó con freEl había sentido la crónica antes de Constituyendo París una altísima cuencia su trabajo para bucear en que esta princesa desencantada fuera devoción en su vida, el parisianismo páginas de otros y extraer de ellas manoseada. y, afeada por los gau. está lejos de ser en él una obsesión. mieles y bellezas que ofrecer a los chos de la literatura. De ahí que hoy. No sostiene que el mundo empiece y extraños. no sólo la gloria de los continúe siendo, en América, inútil acabe en el Boulevard. Mas no com. muertos, de Gutiérrez Nájera a Rude añadir España, uno de los pocos prende la aversión que sienten los bén, el renombre mismo de los vivos, cronistas supervivientes cuya lectura reaccionarios del universo por Francia: de Chocado a Lugones, lo exaltó en no nos produzca la sensación de cosa vel adulterio parece inventado allí, no conferencias, en compilaciones, en ar.
pasada de moda.
porque no existiera antes de la Biblia, tículos de periódicos. Pudiera afirmar.
sino porque los únicos povelistas que se que su esfuerzo de veinte años basta Viviendo en París, y sirviéndose a leemos y lo describen, son franceses. obtener definitivamente la considera.
diario de temas parisienses, no afran De Sodoma y de Lesbos, que tienen. ción y el respeto de París, lo realizó cesó su lenguaje. Léanse Bajo el cla sus mejores, sus más calladas provin en la compañía de algún hermano conmor de las Sirenas, Cantilenas, Sem. cias en Londres y Berlín, sólo sabemos tinental.
blanzas de América, Del Romanticismo lo que permite pasar, nacionalizado y Así, al trepar las gradas del renowal Modernismo, etc. y se verá una elegante, con un cipismo peligroso, la bre, aupó con él los prestigios litera.
prosa de pura fuente castiza, correcta criba de Paris. Llamamos Napás a las rios del nuevo mundo.
sin arcaismos ni cervantinismos pe prostitutas, Claudinas a las chiquillas dantes, sin penachos líricos, expresa viciosas y Señoras de Bovary a las DE LA LUZ LEÓN mente despojada del oropel hugoniano mujeres sentimentales de todas par(Cubano. y de las frondosidades castelarinas. Su modelo en España pudiera ser Figaro, en Francia Rosny el mayor, Anatole France o Repáo. Cuando quiere ser tierno, emocionante hasta llorar por la muerte de una artista adorable. su EL ANFORA SEDIENTA prosa corre un suspiro, vi.
Por RAFAEL HELIODORO VALLE bra con una contenida melancolía de México, 1022 cuerda y en el momento en que nos figuramos que va a desmeleparse, a «La noche, es como un ánfora sedienta en la segunda mitad de esta primera en que fulguran gemas silenciosas. romperse de dolor y gemir inconsola.
estrofa: ble, reaparece elegante y sobria como Así, con insinuapte sutileza de ar. Creo en la idea todopoderosa un mármol clásico. veces se le an tista, proclive a desdenes de bidal. que da el laurel a la melepa endrina toja ser irónico, acaso perverso (2) pero go señorial, nos sugiere el autor la y que en la Tierra Santa de la Espina entonces las frases chispean como me. comprensión del título de su primoroso eleva su Jerusalem la Rosa. tales al sol, sin carcajadas rabelescas libro en la penúltima de sus páginas. Hay, acaso, una mas lapidaria com.
ni cínicos desencantos bebidos en el La cual es una de las más artísticas, prensión de toda la filosofía del dolor duque de La Rochefoucault.
así por la composición interna dei como elemento de purificación del ser Mas si el comercio espiritual con poema como por la simbólica profuo. humano. No es, por ventura, la ima.
Francia no avillanó su léxico, sem didad del pismo. Aquí está la clave de ginización, en un solo rasgo de la ma.
su libro; la clave de su estética; qui(1) En la Verbena de Madrid, 36.
yor belleza, de la vida de los grandes (2) En la Verbena, artículo sobre Jacinto zás, la clave de su vida, si la vive de artistas y de todos los mártires de la Benavente.
conformidad con la filosofía imbibita Humanidad? En la combinación de lo.
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