Violence

214147 Repertorio Americano 21 Letras Hispano Americanas María Enriqueta y su último libro Enriqueta debe tener poesías que no considera definitivas, pero que ama por el asunto o por el momento que derramó en ellas. Mas, hay no menos de veinte, poemas de primera fila, joyas de antología, que como las flores en la rama espesa que perfuman hasta el ápice, dan intensidad a todo el admirar totalmente a una mujer! humildes, me sugería el que la raza libro.
No es un gozo cotidiano; es una espe era naturalmeute afectuosa; el diplo. Vivieudo uv poco de nómade en cie de Navidad en la vida; cuando mático escritor fué mi amigo desde todos los climas de ini país, he acos.
viene al corazóu, éste se entrega a ella nuestra primera conversación; a María tumbrado mi retida a recoger las be.
sin reserva. Me suele dar el mundo Enriqueta todavía no la conozco per llezas más opuestas: la reverberación entre sus pocos bienes el de poder uoir sonalmente, pero como fuese la pri. ardiente del sol en el desierto ataca.
en 110a mujer la admiración al cariño. iera mujer mexicana cuyo acento meño, y la bruma anioratada. de los Son was admiraciones que afectos los oyera, me dió la confianza de los de archipiélagos australes. El espíritu co.
que recogewos en la obra de los artis.
su sangre, con esa su naturalidad. que mo la retina se ha acostumbrado de tas. Suele ser la estrofa que compusie. es para mí oro puro y pensé que podía igual modo recibir las formas de arte ron lo mejor que un hombre o una entregarme a lo desconocido vipiendo más distintas: pe gusta en el poema mujer llevaban. Los admiramos en al país de tales geutes, iLoados sean de Chocano el delirio del color y me ella; pero el individuo no nos interesa. los seres que hacen anar por sí solos gusta en la poetisa mexicana el gris Los mezciamos calurosamente en nues. un medio continente, que llevan en sí delicadísimo y un poco sufriente.
tros comentarios de arte; was al mirar la dulce patria y hacen una larga con Esta es una de las almas que alaba hacia el corazón no estáu allí, aunque quista de corazones para su raza! un místico diciendo que no conocie.
110s dieron el goce del color, el de la María Enriqueta es una mujer ya ron la henchidura de la violencia. Las música y el del peusamiento durante madura. Ha pasado la edad en que bendice. porque padeciendo lo mis.
una hora profunda.
todavía se mezcla el arte con poco de mío que las vebementes, redujeron el vapidad. y en que se cree que la belle grito del corazóu hasta la garganta, za es algo por sí misma; ha llegado donde es solamente 171 sollozo ater.
Hace muchos años, siete o queve, a. la época en que se sabe que el ciopelado. Las alaba porque tuvieron encontré perdida en una revista fewie. Anico tesoro es el de hacerse amar. el tacto más delicado para tocar la nina la poesía «Así dijo el agua, de Edad melancólica pero tan poblemen. divina curva del mundo; la sacudida.
María Enriqueta. No conocía pi de re, te serena, en la cual Nervo escribió de su corazón es apenas un pequeño ferencias a la poetisa; ninguna crítica su «Plepitud como quien escribe un latido en su cabellera y un rápido me había señalado este nombre. La breviario de simple terpura, al margen obscurecimiento en sus ojos. Son aque.
ipfipita pureza que es el fondo de es. de todas las retóricas. El lenguaje llas que, como la amada del poeta, no tas breves estrofas, fué como si ne quiere deso udarse de las galas prestin. pesaron sobre la tierra, la cual tampoco lavase el alma enferma. Aquella com. tuosas, el verso busca hacerse breve pesara sobre ellas.
posición tan perfecta en cuanto a la como una lágrima. El elogio artístico María Enriqueta ha reducido su gri.
forma, y tan cabalmente bella, llegó a se recibe con una sonrisa un poco tris. to; habría desentonado en esa figura hacerme pensar que la firma oscura te, porque queremos, en esta edad, ser austera de pintor antiguo, que es la fuese un error. Desde entonces, en ca. más queridos que estimados.
suya; con las manos recogidas sobre da conversación con escritores yo pre. Así es el alma de María Enriqueta el regazo y los párpados bajos. Ni do.
gunté por este nombre, hasta que supe en su suave crepúsculo, y es por ser lor sangrante, ni rina dura de esa que que era el de una mujer mexicana, esta poetisa lo menos literata posible da el sonido de dos bloques de mármuy divulgado en España, casi desco. y lo más mujer antigua que cabe serlo mol, ni adjetivos reteñidos, ni dislo.
nocido en Chile.
en nuestro tiempo, por lo cual su sólo cadura de la construcción: pada en Por medio de González Martínez, nombre me pone una humedad de ter suma de aquello que es violentar la ese hombre tan cordial bacia la gloria pura en los ojos. Unas pocas como emoción del que lee.
ajena, tan sin veneno para el camara. ella me haceu decir. Yo querría Nervo hacía una vez un elogio miy da de arte, pudimos, mi compañera haber sido una mujer así.
tierno de su patria, diciendo que es Laura Rodig y yo, hacerle. llegar a por excelencia la tierra de la cortesín, España una carta llena de admiración la que tiene en sus plantas unas hojas y de simpatía. vino su respuesta Ya era tiempo de que María Enriу unas flores anchas, buedas para muy pronto, y se siguieron otras y queta publicase en Europa un volu. guardar el rocío y darlo al caminante.
otras cartas en las cuales fuí conocien men de versos. Su obra dispersa po El fué una expresión de esta tierra do el alma del poeta más simple que podía apreciarse bien, no conseguía mexicana sin líneas ásperas, siu perfil tal vez tenga nuestra literatura, una darse esa visión de unidad que es tan centauresco; María Enriqueta es otra.
wujer muy dama antigua, y válgame necesaria para juicio de un autor. Parece que su vida, como la de otras el vocablo muy hidalga. Nunca hacía Tiene su poesía, por sobre todo, esa que heinos agitado fuertemente la en sus cartas lujo de wetáforas; línea virtud e intimidad que en las revistas, fronda del verso, ha tenido anoches de a línea no quería sido buscar ini cora. en los banales semanarios, se malogra. viento y nieves, de esas en que esta.
zón e inquirir de mi vida como una y que un libro entrega mejor.
mos tan solas como Cristo en la noche hermana, olvidándose de sus versos y El volumen que bajo el nombre de del Huerto; pero tanta dulzura hay de los míos.
Rumores de mi Huerto acaba de adensada en el fondo de su corazón Los espíritus que crearon mi cariño llegar a México, no contiene su obra que ha sido la suavizadora de su pro.
hacia México, y sobre todo mi con. poética total; pero nos muestra entera pia amargura; la ba domado con pura fiauza hacia el pueblo al cual me en: su alma.
piedad. Su dolor es como yu hijo re.
tregaría conio a una familia, fueron No ha presidido a la formación de belde que acaba por veucerse en las Amado Nervo, Gopzález Martínez y este libro una voluntad de selección. rodillas de su madre y queda silencioso.
María Enriqueta. El primero mante Como todos los sentimentales, María Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica