294 Repertorio Americano diestro, era la delicia de las delicias, exigen. carnada; con ellas hacía un revuelto lío, se cia del cuerpo y del alma, prurito que de.
La falta de respeto cometida con el lo metía en la camisa junto a la barriga, y claraba perentorias necesidades de la natoro de San Lucas, hace que lo arro.
cuando en lo mejor de la lidia desempeñaba jen de casa de los Polos.
turaleza. Dias enteros pasaba pensando en con admirable verdad, vendado un ojo, el Entra a servir de escudero y amigo el ratito que podía dedicar a la función o papel de caballo, y venía el toro y le daba el representávdose los entretenidos episodios y a Alejandro Miquis tan bueno, tan tremendo topetazo en el cuerpo, empezaba bueno, que no hacía más que dispara.
pasos de ella. tanto repitieron los chicos a soltar cinta y más cinta y a cojear y dar aquel juego, que llegaron a organizarlo contes. Alejandro Miquis, el raro murelinchos y a hacer piruetas de dolor, con chacho que tenía la monomanía de pa.
venientemente, para lo cual tenia especial tal arte, que parecía que se le salían las tri gar sus deudas y de alborotar y hacer tino el gran Juanito del Socorro, sujeto de pas y que se las pisaba, como suele suceder echar a correr de su bolsillo cuanta mucho tacto y autoridad. Era empresario y a los caballos de verdad en la sangrienta moneda quisiera reposar en él.
presidente, acomodador y naranjero. Dirigia arena de la plaza. Para que nada les faltara, Ya tenemos a: Celipío entre estu.
las suertes y asignaba a cada cual su papel, también se habían adjudicado unos a otros diantes en la casa de huéspedes de doña reservándose siempre el de primer espada. sus alias en sustitución de los nombres ver Virginia, muchachos traviesos y maA Felipe le tocaba siempre ser toro.
daderos. Nicomedes se le llamaba Len leantes los más, y genies de espíritu.
Quisieron proporcionarse una de esas ca güita, sin duda por lo mucho que hablaba.
bezotas de mimbres que adornan las puertas con tics muy marcados, como aquel de Blas Torres, ilustre hijo de una prendera. don Jesús Delgado que se pasaba la de las cesterías; pero no lograron pasar del tenía por mote Trapillos. Felipe respondía vida escribiéndose cartas a sí mismo.
deseo al hecho, porque no había ningún rico por el Iscuelero, y Juanito del Socorro tenía Alejacdro Miquis, a pesar de lo goen la cuadrilla, ni aunque se juntaran los ca un apodo a la vez popular y respetuoso, loso que es de las damas y de que papitales de todos, podrían llegar a la suma nombre peregrino, que declaraba en cierto rece haber hecho voto de no castidad, que se necesitaba. Se servían de una banasta, modo su origen literario. Se le llamaba Re es un chiquillo; nunca se le ve tomar donde Felipe metía la cabeza. Con qué furor dator, la postura soberbia, grave o estúpida salía él del toril, bramando, repartiendo tes En lo mejor de la pelea se presentaba un que toma la gente grande para jugar tarazos, muertes y exterminio por donde individuo de policía o el guarda del solar, y sus. juegos de Amor, Política, Arte, quiera que pasaba! éste derribaba, a aquél les echaba a la calle. Porque, verdaderaCiencia o Comercio. Juega al Amoro le metía el cuerdo por la barriga, al otro lemente. qué cosa más contraria a la digni al Arte con el mismo estremecimiento yantaba en viſo. Víctimas de su arrojo, mu. dad de una población que esta batabola de voluptuoso con que ciertos niños escuchos caían por el suelo, hasta que Juanito chicos en un solar cerrado, en día festivo, y chap cuentos de hadas o aparecidos o del Socorro, alias Redator, lo remataba ga cuando los mayores se entregan con delirio con el entusiasmo con que encumbran llarda y valerosamente dejándole tendido a las ardientes emociones del toreo verda una cometa.
con media lengua fuera de la boca, dero? Los guindillas o polizontes munici. Tierna amistad la que nace entre Cada cual contribuía con sus recursos y con pales demostraban un celo digno de todo estos dos seres, absurdo el uno en el su inventiva a dar todo el esplendor y proencomio en la corrección de estos abusos comercio humano, confiado, inocente, piedad posibles a la hermosa fiesta. No infantiles, y el guarda, enojadísimo porque optimista el otro, que se apoyan mu: había detalle que no tuvieran presente, ni profanaban la virginidad de su solar, la eintuamente en su debilidad. oportunidad que se escapara a aquellas imaprendía a escobazos con los lidiadores. y.
Vive el segundo las fantasías del gipaciones llenas de viveza y lozanía. Blas Dios nos libre, de que alguno se le rebe. primero con la naturalidad con que viTorres, que era hijo de un prendero, se prolara. Por la calle adelante salía corriendo veu los niños en el reino de las leyen.
porciopo una capa de seda con galoncillos de la partida, perseguida activamente por la das, y así su amo es a sus ojos el mis.
plata. Algunos llevaban capa de percal, y fuerza pública, y al fin se disolvía, sin más mísimo duque de Osuna y él ni más ni otros se equipaban con un pedazo de cual consecuencias y sin ninguna desgracia per menos que su humilde criado don quier tela. Perico Sáez, que era hijo del carsonalo.
Francisco de Quevedo.
nicero, presentó a la cuadrilla una adquisi.
Vagan por la ciudad como sólo los ción admirable y de grandísimo precio: un niños saben hacerlo. Avidos, sin darse rabo de buey, que Felipe se ataba en semede ello cuenta, de los goces mentales jante parte para imitar la trasera del feroz que proporcionan los panoramas poanimal. Con aquello y la banasta en la ca. Para sentir el amor pulares con paisajes y figuras, bajaban beza y los bramidos que daba parecía acabaal río y entraban en grandes altercados dito de venir de la ganadería. Fuenmayor con las lavanderas; daban la vuelta por Para sentir el amor llevaba las banderillas de papel, y Gázquez, las Injurias y las Yeserías; subían fa.
en su más alta expresión, que era hijo del estanquero, llevaba una tigados a Madrid después de cuestionar es necesario tener cosa muy necesaria en juego tan peligroso, con los gitanos de la Ronda de Embaen ascuas el corazón; a saber: tiras del papel engomado de lo sejadores, y por último, algo tenían que llos para aplicarlo a las heridas, rozaduras y es necesario fundir hacer a las puertas de los cuarteles, contusiones. El chico de la prestamista se las ansias de nuestro ser, oyendo conversaciones picantes entre había proporcionado una corneta para hacer en el divino crisol mujeres y soldados. las señales y algunos cascabeles para las del alma de una nujer. Se metíau también en las iglesias a mulas; y Alonso Pasaron, el de la tienda de oir sermones y ver las beatas y oir Para sentir el amor ultramarinos, que era artista, pintor y tenía cantorrios y salmodías. En la puerta su caja de colores para hacer láminas, lleen su infinita amplitud, no faltaba un poco de paligue con los a Dios debemos pedir.
yaba los carteles con una suerte pintada en mendigos. Hasta se atrevieron a colarse la fuerza de la virtud.
una tarde en la sacristía, de donde les verde y rojo, grandes letras y garabatos en echaron poco menos que a puntapiésv.
que no faltaba palabra ni fecha, ni detalle iQue no se apagiie el fulgor Crueles experiencias las del doctor de los que en tales rótulos se usan. Pero de de esta divina pasión: Centeno al lado de Alejandro Miquis cuanto aquellos bebditos inventaron para que nos arranquen mejor, imitar al vivo las corridas, nada era tan in.
que se pone epfermo de tisis. Entre palpitante, el corazón.
una y otra, sueña con su amo o estu.
genioso como lo que se le ocurrió a Nicomedia anatomía en el gato muerto de des, hijo del dueño de una tienda de sedas SALAS PEREZ Rosilla Ido, y defiende el último acto de la calle de Hortaleza. Este condenado del Gran Osuna drama escrito por reunió en su casa muchas varas de cinta en San Ramón, julio 1923. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica