Carmen Lyra

LINDUSTRIALCO.
Cartas de Juan Silvestre Esta mañana estuvo a visitarme TOSTADARCAD 178 Repertorio Americano brote el milagro que urde la frente pensadora, Sale de la Edad Media, cante el exaltainiento del dios siempre ignorado.
descifra el pavoroso sistema del océano, La tierra es el reposo del hombre. El agua, el viaje; dilata los espacios recónditos y asedia, y en sus eternas olas recógese el anhelo: entre la noche, el alma voluble del arcano; de estar en el paisaje y ante el ofuscamiento mental de las edades, de una montaña alegre bajo el azul del cielo.
forzando el estrechismo de las generaciones, descubre nuevas tierras, nuevas humanidades, Colón es el demiurgo del bien omnipotente, Dueyas constelaciones. Colón es el fiat lua de la mitad del mundo: en su actitud, la nada desvela un continente Manuel Segura como al conjuro extraño de un dios meditabundo.
Costa Rica, octubre, 1911.
unas cabezas que me hicieron pensar en dos hermanas que aún viven en una retirada soledad cerca de la montafia: la una cuando las couocí, y de esto a Jacques Tournebroche (1)
hace ya muchos años tenía sus her.
mosos cabellos color de madera de ce.
POR CARMEN LIRA dro, sú piel en flor y hoyuelos en las mejillas; la otra, pálida, graciosa e Caballero a quien estimo: peñado en su ópera fabricada ya de ambas con el corazón dispuesto en forinquieta como un potro de sangre. STA mañana estuvo a visitarme atrozos prestados, ya de pasajes vulgama de nido en espera de los amores.
ese pobre muchacho que cree ser res, y que aun no ha logrado interesar Yo vi posado en sus pupilas puntos un poeta, y cuando lo tuve ante mí a nadie; otra, la de más allá, una cov la nariz metida entre el humus, con misteriosos en el centro del iris color con su aire de afectado descuido, sus de agua tranquila el deseo de amar palabras de un romanticismo barroco los ojos entrecerrados, como en actitud cual un pájaro prisionero en el travey sus lamentaciones contra este amde espiritual acecho, es la de cierto filó.
saño de una jaula, y mi espíritu creía.
sofo de teorías enmarañadas las cuales biente ramplón y aceitoso, se sacudió oirlas cantar en la clave en que cantan en mi memoria vuestro recuerdo, señor se convierten en cuanto uno trata de los jilgueros en los bosques cuando Tournebroche: me pareció escucharos meterlas entre el cerebro, en humo que cae la tarde. Hoy son viejas, más viejas describiendo el abandonado parque del da, vertiginosas vueltas; hay una de que yo que doblé los cincuenta, Ylleseñor de Astarac, aquel en el cual os boca apretada y ojos elevados en un garon a la vejez con su corazón inúcomplacéis en El Figón de la reina Pa: gesto orgulloso: es tan parecida a la tilmente cóncavo y mullido. Cuán toja. el parque poblado de estatuas del pintor, mi compañero de mesa a su gusto habría anidado allí el Amor!
de mármol, mutiladas, y llegabais a en la pensión en que habitaba yo an.
El pájaro de las ternuras preso en sus este pasaje. Un joveb fauno, cuya tes quien no consigue llevara sy lien.
miradas debe haber muerto de tris.
cabeza yacía en tierra, trataba aún de zos las bellezas que lo rodean. allí.
teza. En qué harán pensar ahora sus llevar la flauta a la boca. allí estaba también la cabeza del mu ojos? Quizá en margaritas mustias.
Pero la voz del joven versificador chacho que me leía su poema, con un ¡Pobre amor el de estas doncellas, que espanto vuestra imagen. Una vez más rictus de rebelión.
jamás supo a lo que sabía el desplegar proclamaba en mi presencia, el ser in Ante esta última me quedé sumido sus alas bajo el azul de los cielos, ni comprendido, y una vez más apostrofó en dolorosas reflexiones: sí, el muchacantar en la primavera su deseo y su el ambiente y mis ojos, sin premedi: cho sabía de los pasos de la poesía a alegría sobre una rama florecida!
tarlo, buscaron entre mis papeles unas través de todas las épocas; conocía a yo sonreí con una lágrima tem.
meditaciones de Xenius, porque en cada poeta; sabía todas las reglas de la blándome en las pestañas, al reconoalguna parte de ellas está escrito que, métrica; metió su nariz en todos los cer los rasgos juveniles de mis amigas ca espejo del rey Sol se diga: El am moldes; os habla de exámetros, hep. viejas, en las testas de dos de mis desbiente soy yo. támetros, alejandrinos, hemistiquios, cabezadas estatuas.
Mi descontento visitante sacó de su dáctiles y esporídeos; ha tenido aga Mi visión se transformaba en pesabolsillo un cuaderno, y comenzó a rrones por el verso libre. Mas jay! dilla. Yo contemplaba los faunos leleerme su poema anunciado meses ha, cuando se llega el momento de escan. vantar la flauta hacia el vacío, agitar laborioso trabajo de muchos días y dir sus propios versos, más le valiera los dedos y danzar al son de un silen.
muchas noches.
ser dependiente en una tienda y medir cio que martirizaba mis oídos. conforine leía, se iba apoderando cintas, encajes y tules. En todos un anhelo: la flauta. Mas de mí una visión: el cuarto se poblaba También andaban entre la maleza en el sitio en que deberían estar los de añosos árboles; era una avenida sombría, cubierto el suelo de hierba, bajo el arco formado por los follajes entrelazados, uua hilera de pedestales ruinosos, revestidos de musgo y líque.
nes que sostenían sendos faunos de de las más afamadas mármol, decapitados eso sí, con su ilauta cada uno, que aun trataba de fincas de la meseta cenllevar a la boca. Las cabezas asomaban entre la hojarasca que cubría al suelo, tral tostamos solapero estas cabezas tenían facciones que me recordaban las de personas conociFABRICANTES. IMPORTADORES das: allí estaba la de aquel músico emCLASES.
1) En la traducción: Jacobo Dale vuelta, personaje COMERCIO NACIONAL de Anatolo France en «Las opiniones de Jerónimo Coignard) yon «El Figón de la reina Patoja. Nuestro café procede TROPICAL CAFE CHOCOLATE HARIMA DE MAIZ mente las MEJORES Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica