284 Repertorio Americano Sigue en 3024 nes simbólicas, de una escena vista, que ellos parecerían escritos por un po conocía a Nietsche. Lo que aquí de una reminiscencia. Su manera es hombre de mármol. por aquel que doy a ver lo he visto antes. yo lo he clásica y castiza, y en algunos pasajes sabía o presentía su relativa inmorta visto, yo. y he visto mucho más, que trae a la memoria los galantes y viejos lidad. al finalizar sus aversos senci huyó sin darme tiempo a que copiara layes y decires: llos. escritos con la más difícil de las sus rasgos. De la extrañeza, singulaMucho, señora, daría sencilleces, como que es la innata len ridad, prisa, amontonamiento, arrepor tender sobre tu espalda gua genial, exclama: bato de mis visiones, yo mismo tuve tu cabellera bravía, la culpa que las he hecho surgir apte tu cabellera de gualda. Verso, nos hablan de un Dios mí como las copio. De la copia yo soy despacio la tendería. donde yan los difuntos: callado la besaría.
verso, o nos condenan juntos, el responsable. Hallé quebrados los o nos salvamos los dos!
vestidos, y otros no, y usé de estos Por sobre la oreja fina colores. Ya sé que no sou usados. Amo baja lujoso el cabello, Los dos se salvaron.
lo mismo que una cortina las sonoridades difíciles, y la sinceque se levanta hacia el cuello. ahora entran sus «Versos libres. ridad, aunque pueda parecer brutal.
La oreja es obra divina en el cual título creo que Martí quiso Todo lo que han de decir, ya lo sé, de porcelana de China.
jugar con el vocablo. Versos libres, y me lo tengo contestado. He querido Mucho, señora, te diera es decir, los versos blancos castellanos, ser leal, y si pequé, no me avergüenzo por desenredar el nudo sin consonancia, que generalmente se de haber pecado. de tu roja cabellera han prestado a bizarrías clásicas, en Así habla el varón apostólico y since.
sobre tu cuello desnudo: los Moratines, en los Núñez de Arce, muy despacio la esparciera, ro que pone el verso al par de la acción, hilo por hilo la abriera.
o en los Menéndez Pelayo. para ha y que sabe que su propia vida es su blar de los mayores y versos libres, verso. Los Estados Unidos, con tipos La amistad de nuevo, la amistad, es decir, versos de un hombre de como Witman y Emerson, le sirvieron, que mira como un don celeste, la bue libertad, versos del cubano que ha en el hervidero de sus ideas, para forti.
na, la leal, la incomparable amistad, luchado, que ha vivido, que ha pen. ficarse. E, intachable, noble. como le que sabía comprender y alabar el espí. sado, que debía morir por la libertad. conociera el presidente Sáenz Peña, ritu magno del emperador Marco Auque fué su amigo y otros argentinos y relio. hay upas estrofas de octosí.
uruguayos. a aquel arcángel de coralabo blanco, la descripción de un Busque los VERSOS de Martí, los za de acero, se le vieron en ese tiempo, sueño, que son obra magistral. Todo tiene a la mano en los números y en Nueva York y en Washington, alas es estupendo, el ritmo, las detenciones, de las EDICIONES SARMIENTO.
de cisne.
las imágenes evocatorias, y el tema: Ismaelillo, Versos Sencillos, Versos RUBÉN DARÍO se diría cosa de Beethoven: Libres y otros versos en un solo tomo.
Remitanos 25 y a vuelta de Sueño con claustros de mármol correo llegarán a sus manos, donde en silencio divino los héroes, de pie, reposan: Orilla a orilla del mar.
ide noche, a la luz del alma, hablo con ellos: de noche!
Están en fila: paseo Como para las otras colecciones, ci.
Orilla a orilla del mar está la niña llorando, entre las filas: las manos taré las palabras prologales, que dicen, al infinito contando de piedra les beso: abren mejor que nadie, la intención y el arte su triste, enorme pesar.
los ojos de piedra: mueven del eucologio patriótico. Estos son Orilla a orilla del mar!
los labios de piedra: tiemblan las barbas de piedra: empuñan mis versos. Son como son. nadie los Fuí la rosa del rosal la espada de piedra: lloran: pedí prestados. Mientras no pude en.
que el caminante cortó, ivibra la espada en la vaina!
cerrar íntegras mis visiones en una y en el camino botó Mudo, les beso la mano!
forma adecuada a ellas, dejé volar mis muerto su olor virginal; fuí la rosa del rosal!
Hablo con ellos, de noche!
visiones: joh, cuánto áureo amigo que Están en fila: paseo ya nunca ha vuelto! Pero la poesía »Mi corazón me vendió, entre las filas: lloroso tiene su hooradez, y yo he querido puramente lo adoré, me abrazo a un mármol: Oh mármol, siempre ser honrado. Recortar versos, mi alma infantil le entregué dicen que beben tus hijos engañada por su amor.
su propia sangre en las copas también sé, pero no quiero. Así como Mi corazón me vendió. venenosas de sus dueños!
cada hombre trae su fisonomía, cada iQue hablan la lengua podrida inspiración trae su lenguaje. Amo las Cuando creí ser feliz, de sus rufianes! Que comen Dios mío, me sentí mujer!
sonoridades difíciles, el verso escultójuntos el pan del oprobio, él, para no volver en la mesa ensangrentada!
rico, vibrante como la porcelana, vola. se fué alejando de mí, Que pierden en lengua inútil dor cono un ave, ardiente y arrollador cuando creí ser feliz!
el último fuego. Dicen, como una lengua de lava. El verso ha ob mármol, mármol dormido. Señor, te pido perdón, de ser como una espada reluciente, no puedo sufrir ya más, que ya se ha muerto tu raza!
que deja a los espectadores la memoria mi alma vengo a ofrendar Echame en tierra de un bote a tu santa compasión.
de un guerrero que va camino al cielo, el héroe que abrazo: me ase Señor, te pido perdon. y al envainarla en el Sol, se rompe del cuello: barre la tierra con mi cabeza: levanta sus alas.
Sobre el lejano confía 18 luna llena brillo, el brazo, jel brazo le luce Tajos son estos de mis propias y entonces ya no alumbro lo mismo que un sol. resuena entrañas, mis guerreros, Ninguno más que el Océano sin fin.
la piedra: buscan el cinto me ha salido recalentado, artificioso, Sobre el lejano confin.
las manos blancas: del soclo baltan los hombres de mármol!
recompuesto, de la mente; sino como Orilla a orilla del mar las lágrimas salen de los ojos y la sanla espuma pronto tejió Cuando he visto en la Habana a gre sale a borbotones de la herida.
una mortaja y cubrió Marti en mármol en monumento in No zurcí de éste y aquél, sino sajé en todo el enorme pesar.
Orilla a orilla del mar, digno del inmenso para quien la isla mí mismo. Van escritos, no en tinta de entera sería todavía pequeño zócalo academia, sino en mi propia sangre.
VÍCTOR DI, ELIZONDO he recordado esos yersos, y he pensado (Advertid que Martí, en ese momento, Limón, 1921. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica