Repertorio Americano 373 ballo. La tristeza invade de nuevo, iTiene tantas cosas que contarl iQué decir verdad, yo no debía ya traba.
más dura, más cruel, su fatigado co no daría él por encontrar alguien que jar; mi hijo me hubiera reemplazado.
razón. Observa a la multitud que pasa se prestase a escucharle, sacudiendo Era un verdadero, un soberbio copor la calle, como buscando entre los compasivamente la cabeza, suspirando, chero; conocía su oficio como pocos.
miles de transeuntes alguien que quiera compadeciéndole! Lo mejor sería con Desgraciadamente, ha puerto.
escucharle. Pero la gente parece tener társelo todo a cualquier mujer de su Tras una corta pausa, Yona conprisa y pasa sin fijarse en él.
aldea; a las mujeres, aunque sean tinúa: Su tristeza a cada momento es más tontas, les gusta eso, y basta decirles Sí, amigo. ha muerto. Comintensa. Enorme, infinita, si pudiera dos palabras para que viertan torren. prendes? Es como si tú tuvieras un salir de su pecho inundaria el mundo tes de lágrimas.
hijo y se muriera. Naturalmente, entero.
Yona decide ir a ver a su caballo. sufrirías. verdad. Yona ve a un portero que se asoma Se viste y sale a la cuadra.
El caballo sigue comiendo heno, a la puerta con un paquete y trata de El caballo, inmóvil, come heno. escucha a su viejo amo y exhala un entablar con él conversación. Comes? le dice Yona, dándole aliento húmedo y cálido. Qué hora es? le pregunta, me. palmaditas en el lowo. Qué se le Yona, escuchado al cabo por un ser lifuo.
va a hacer, muchacho? Como no he viviente, desahoga su corazón contán. Van a dar las diez contesta el mos ganado para comprar avena hay doselo todo.
otro. Aléjese un poco: no debe usted que contentarse con heno. Soy ya (Colección Universal. Nos. 301 y 302.
permanecer delante de la puerta. demasiado viejo para ganar mucho. Traducción directa del ruso, por Tasin. Yopa avanza un poco, se encorva de nuevo y se sume en sus tristes pen.
samientos. Se ha convencido de que Opinión de Guillermo Valencia sobre candidaturas es inútil dirigirse a la gente.
Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue, agita el látigo.
Bogotá, 23 de mayo de 1921. Guillermo Valencia. Popayán. No puedo más murmura Hay Almorzando con nuestro amigo el Osos en el Regina convinimos en que le hiciera yo esta pregunta telegráfica: que irse a acostar. Qué opina usted sobre candidaturas presidenciales?
El caballo, como si hubiera entenJUAN BORDA ALCALÁ.
dido las palabras de su viejo amo, Belalcázar, mayo 24 de 1921. Borda Alcalá. Bogotá.
emprende un presuroso trote.
Mi opinióu sobre candidaturas la pueden encontrar en Aulus Gelius, De Uua hora después Yoda está en su Consulis Electionibus, Cap. XXXI, 69, casa, es decir, en una vasta y sucia GUILLERMO VALENCIA, habitación, donde, acostados en el suelo o en bancos, duermen docenas DIÉN podrá tener en esta culta Con voz clara y sonrisa amable le dije: de cocheros. La atmósfera es pesada, ciudad el famoso libro del histo. Aulus Gelius, estante 463 322.
irrespirable. Suenan ronquidos. riador romano que nosotros llamamos Dieguito escribió en un papel el Yona se arrepiente de haber vuelto en romance Aulo Gelio, me dije yo título del libro que yo necesitaba y lo tan pronto. Adeniás, no ha ganado para mi capote? La biblioteca de don pasó a uno de sus ayudantes. los casi nada. Quizá por eso piensa se Miguel Antonio Caro es cosa vedada cinco minutos tenía yo en mis manos siente tan desgraciado.
a los curiosos. Mi amigo el doctor la obra de Aulo Gelio, pergamino en En un rincón, un joven cochero se Perera es ido. Carlos José no supo a latín. Siguiendo la indicación del incorpora. Se rasca el seno y la cabeza quien dejaba sus ricos y raros perga maestro Valencia, abrí por donde Dios y busca algo con la mirada.
minos. Argáez no tiene sino taburetes. manda, y comencé a leer aquella inte. Quieres beber? le pregunta viejos. No conoce un libro antiguo. resante y oportuna página de la histo.
Yona. dónde concurrir en este dificultoso ria de Roma. Al terminar, lancé una Sí.
trance?
carcajada estrepitosa que llamó la aten Aquí tienes agua. He perdido a Pensando en estas cosas, salí de mi ción a los concurrentes, algunos de los mi hijo. Lo sabías. La semana casa por toda la carrera 7a medita cuales se me acercaron por ver lo que pasada, en el hospital. Qué des. bundo y cabizbajo, cuando de pronto allí estaba pasando.
gracia!
al llegar a «La Nación. golpeé la tierra Nada les dije, Estos autores latiPero sus palabras no han producido con el pie derecho y mascullé estas nos me divierten y me hacen reír, efecto alguno. El cochero no le ha palabras. Aguardese, caracho. Subí como observan ustedes.
hecho caso, se ha vuelto a acostar, se al carro del tranvía azul, que pasaba Mis manos temblorosas (e insom.
ha tapado la cabeza con la colcha y. con el azul tranvía bajo el ala a la nes, ino es así Villeguitas. no podían momentos después se le oye roncar.
Biblioteca Nacional.
copiar en buena letra aquella graciosa Yona exhala un suspiro. Experi Entré al salón principal, en donde y socarrona página, y resolví rogar a menta una necesidad imperiosa, irre había considerable número de lectores, algún sujeto de los allí leyentes, que sistible, de hablar de su desgracia. devorando los periódicos de la mañana. me dispensase ese favor. Tendíla vista, Casi ha transcurrido una semana des Con rápido andar, como acostumbro, y en uno de los rincones alcancé a de la muerte de su hijo; pero no ha atravesé la inmensa sala, hasta trope. divisar a mi primo Leopoldo Borda y tenido aún ocasión de hablar de ella. zar con la simpática figura de Dieguito. ne fuí a él como una bala. Absorto con una persona de corazón. Quisiera hablar de ella largamente, contarla con todos sus detalles, Necesita referir, Un nombre cómo enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al morir. Quisiera también referir de garantía cómo ha sido el entierro. Su difunto hijo ha dejado en la aldea una niña. al pie de su trabajo fotográfico. de la que también quisiera hablar.
SOTILLO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica