677305 Repertorio Americano mi alta ventaua, viene de semilla. Tiranos: desterrad a los que alcanzan con el misterio prodigioso y rítmico de almendro; y ese rico globo de oro el honor de vuestro odio: iya son muertos!
de dulce y perfumoso jugo lleno Valiera niás job bárbaros! que al punto y fatal de la mujer.
que en blanca fuente una niñuela cara, de arrebatarlos al hogar, hundiera flor del destierro, candida me brinda, en lo más hondo de su pecho honrado ¡Oh, ritmo de la carne, ou melodia, naranja es, y vivo de paranjo.
vuestro esbirro más cruel su hoja más dura! ob licor vigorante, ob filtro dulce el suelo triste en que se siembrau lágrimas Grato es morir: horrible vivir muerto.
de la lechicera forma! No hay milagro dará árbol de lágrimas, La culpa.
Mas no. mas no! La dicha es una prenda en el cuento de Lázaro, si Cristo es madre del castigo. No es la vida de compasión de la fortuna al triste llevó a su tumba una mujer hermosa!
copa de mago que el capricho torna que no sabe domarla. sus mejores en hiel para los míseros, y en férvido bijos desgracias da Naturaleza; En «Media nochev hay un grito tokay para el feliz. La vida es grave. fecunda el hierro al llano, el golpe al hierro!
contra sí mismo, pues quisiera que su y hasta el pomo rüin la daga hundida, al flojo gladiador clava en la arena.
Hay en el poeta siempre algo de obra individual se juntase a la gran. Alza, oh pueblo, el escudo, porque es grave profético. Una obsesión le acompaña, deza del sol y de la tierra. Inventa cosa esta vida, y cada acción es culpa tiene el presentimiento y se diría el palabras: Homagno, más bella que que como aro servil se lleva luego amor de la muerte. No la terrible superhombre. En «Yugo y estrellaı, cerrado al cuello, o premio generoso muerte cristiana, sino más bien la clama: que del futuro mai próvido libra!
Thanatos griega, una muerte atrayente Cuando nací, sin sol, mi iadre dijo: y hermosa. Mujer más bella no «Flor de mi seno, Homagno generoso, así continúa noble y candentemente. No transcribo toda la composi.
hay que la Muerte. de mí y de la Creación suma y reflejo. pez que en ave y corcel y hombre se torna, ción por que deseo citaros aunque sea. Por un beso suyo mira estas dos, que con dolor te brindo, fragmentos de otras que acaban de bosques espesos laureles varios, insignias de la vida: ve y escoge.
definir este modo poético. He aquí este y las adelfas del amor, y el gozo, Este, es un yugo; quien lo acepta, goza.
de remembrarme mis niñeces diera! Hace de manso buey, y como presta corto clamor. mi alma Llegada la servicio a los señores, duerme en paja hora del trabajor: caliente, y tiene rica y ancha avena.
Desesperado de gloria, sublime de Esta joh misterio que de mi paciste ¡Ea, jamelgo! De los montes de oro locura, habría de irla a buscar, en su cual la cumbre nació de la montaña. baja, y de andar en prados bien olientes última hora, al correr de su caballo de esta, que alumbra y mata, es una estrella.
y de aventar con los ligeros cascos campaña, para hacer estremecerse su Como que riega luz, los pecadores mures y viboreznos, y al sol rubio huyen de quien la lleva, y en la vida, cual un monstruo de crímenes cargado, mecer gentil las brilladoras crines. Ea, jamelgo! Del camino obscuro todo el que lleva luz se queda solo.
Pero el hombre que al buey sin pena inita, que va do no se sabe, ésta es posada, y de pagar se tiene al hostelero!
Busque los VERSOS de Martí, los buey torna a ser, y en apagado bruto la escala universal de nuevo empieza.
Luego será la gorja, luego el llavo, tiene a la mano en los números y luego el prado oloroso, el alto monte.
de las EDICIONES SARMIENTO.
El que la estrella sin temor se cinie. Como que crea, crece!
Hoy bájese el janelgo, que le aguarda Ismaelillo, Versos Sencillos, Versos Cuando al niundo cabe el duro rodzal la gruesa albarda.
Libres y otros versos en un solo tomo.
Remítanos. 25 y a vuelta de de su copa de licor vació ya el vivo.
Todo ello es castizo, intachable, correo llegarán a sus dados, cuando para manjar de la sangrienta fiesta bumaba, sacó contento y grave complacería por su mérito formal a su propio corazón, cuando a los vientos un Cadalso, a un Moratín, a un Núñez de Norte y Sur. virtió su voz sagrada, la estrella como un inanto, en luz lo envuelve, de Arce. además va allí la fuerza se enciende, como a fiesta, el aire claro, meridional, un soplo ancestral levan isla y llorar al ferreo Máximo Gómez!
y el vivo que a vivir no tuvo miedo, tino, la pujanza y el calor antillanos, Escuchad. La Muerte está sentada se oye que un paso más sube en la sombra!
y, sobre todo, el espíritu ipconfundible a mis umbrales. iOh, vida, adiós!
de Martí. Usa con parquedad de la Quien va a morir, va muerto. Dame el yugo iol mi madre! de manera que puesto en él de pie, luzca en mi frente sátira, pues la piedad posee siempre. iOh. qué mortal que se asomó a mejor la estrella que ilumina y mata.
al sagitario. Así en los cortos versos la vida. vivir de nuevo quiere. Al buen Pedro. En Hierro) son de. Puede ansiosa la Muerte, pues, Todo es poesía severa, de una granhierro los versos, del hierro que des de pie en las hojas secas, esperarme diosidad gallarda y de una impecabipierta, del hierro» que amaba Hugo.
a mi umbral con cada turbia tarde de lidad límpida y fulgurante. Se pensaría Otoño, y silenciosa puede irme te en relámpagos de academia. así en. Pero guarda, job alma!
jiendo con helados copos mi manto todas las demás poesías que completan que usan los hombres hoy oro empañado! funeral. Abre los brazos, listo la colección, en «Isla famosa. en Ni de eso cures, que fabrican de oro sus joyas el bribón y el barbilindo.
estoy, madre Muerte: ial juez me «Aguila blancas, que tiene algunas Las armas no, ilas armas son de hierro!
lleva. lagunas, y que concluye: Mas lanza el grito de la esperanza más adelante: al contemplar al hijo: Líbrame, eterna noche, del verdugo, o dale o que me dé con la primera. El padre alba una limpia y redentora espada. Oh verso amigo, no ha de morir basta que a la ardua lucha Que con qué la lias de hacer. Con luz de muero de soledad, de amor me muero. estrellas!
No de amor de mujer; estos amores rico de todas armas lance al hijo!
envenenan y ofuscan. No es hermosa ¡Ven, ob mi bijuelo, y que tus alas blancas de los abrazos de la Muerte oscura En «Amor de ciudad grande. que la fruta en la mujer, sino la estrella.
La tierra La de ser luz, y todo vivo y de su manto funeral me libren!
empieza: debe en torno de sí dar lumbre de astro. Oh, estas damas de muestra. Oh, estas copas En «El padre suizos comenta, siem.
De gorja son y rapidez los tiempos.
de carue. Ou, estas siervas ante el dueño pre en alto y lírico tono, un trágico y tiene el tono de las antiguas epísto.
que las enjoya y estremece echadas. Te digo, oh verso, que los dientes duelen «fait divers. Unos dos versos de Ron las morales, mas con tuetano contemde comer esta carne!
sard le dan tema para otra poesía, poráneo, lo propio que en «Estrofa a Flores del cielov. Luego cincela, o nueva. en donde preconiza una poéEs de inefable más bien vacia. Copa ciclópea. Po. tica atlética. En «Mujeres) hierve un amor del que yo muero, del muy dulce mopa. armonías pánicas, de un decoro menester de llevar, como se lleva licor de amor; pues si Martí no fué un un piño tierno en las cuidosas manos, gracioso y fuerte. compenetraciones gran enamorado, fué un vibrante amo.
cuanto de bello y triste ven mis ojos. con los misterios potentes de la tierra, roso; mas ha de proclamar el apoca. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica