Repertorio Americano 213 iPobre mi madre! Llevó las inás ba. so día de Noviembre, fuí de una mano globito de papel, empeñado en no aslagüeñas esperanzas a su espíritu mi cariñosa a despedirme de la buena se cender, en aquella primera, hermosa desmedida afición a la lectura. No ñora, que tenía lágrimas en los ojos al aurora de dos meses de holganza.
sabía entonces que el que no fué niño decirme adiós, Costó mucho hacerla pocos niños, a pesar de su natural no será nunca hombre. No sabía en recibir el pago de mi pensión escolar desapego al trabajo, hicieron aquellas tonces que, como los eunucos, pasaría correspondiente a las vacaciones. Así vacaciones igual ilusión que a mí.
de la infancia a la decrepitud, sin te. me dió aquella mujer la última lección Adelita iba con placer a una escuela ner nunca la virilidad.
de una exajerada delicadeza en los ner en que sólo veía agradables compañeLa aurora de mi vida fué la aurora gocios de la vida.
ros de juegos; yo tenía horror al lugar triste de un día de lluvia. Ya por en: Las vacaciones me causaron una in. de un trabajo. tomado en serio. Des.
tonces me caracterizaba una enfermiza tensa sensación de placer. Una ma. pués odié así el Colegio y fueron un sensibilidad. Cuando al primero suce. ñana en que, al despertar, con las martirio para mí la oficina y todo oblidió el segundo libro de Mantilla sollo primeras luces entró por la ventana el gado roce con los hombres y toda la: cé angustiadamente largas horas le recuerdo de mi liberación de la escue, bor imprescindible.
yendo a El deber de perdonar. Pobre la, me vestí en un momento, hice le Cuando las vacaciones terminaron del piño que lloró en las escuelas pri vantarse a Adelita y juntos fuimos al supe. que iba a entrar al Colegio de marias leyendo «El deber de perdo amplio patio familiar. Graves aconte Infantes, nar. No es viable en este mundo. La cimientos de mi vida entraron al olvido tierra será un medio demasiado duro y aún tengo la clara visión de dos chi.
RAFAEL ARÉVALO MARTÍNEZ quillos que, con una larga caña, in.
Acaso esta mi pobre alma de infante tentabani auxiliar la subida de un (Concluira. ya por completo abierta a la ternura y. al dolor, explica mi afición a los libros, unido a una imaginación vivísima, para él.
ac Una carta de Arévalo Martínez PROPOSITO DE LA EDICION COSTARRICENSE EL HOMBRE QUE PARECIA UN CABALLO cePro agradecido su oferta de edi: Ojalá conserve el que le mandé. Cuansensibilidad el hecho de que mi madre murió enferma del corazón. En vida fué una santa mujer, llena de caridad, viviendo la vida de todos, menos la propia; temerosa de todo, aislada, in.
finitamente triste. Mi padre no pudo contrarrestar la influencia de esta carne Guatemala, de agosto de 1918. Todavía leo con gusto su «Colección de dolor legada. Murió dos meses an. Señor don García Monge Arielo. Verla rediviva en «El Convites de nacer Adela, cuando yo apenas San José de Costa Rica.
viov es un verdadero placer para los tenía un año no completo. Pero por mi inadre supe que también era severo Distinguido señor y muy querido y en el terrible terremoto perdí los literatos centroamericanos.
y triste. Alguien me ha dicho que aun. apreciado amigo. pocos ejemplares que me quedaban.
que no eran consapgyíneos, parecía un casamiento de hermanos, tal se pa tar Ęl honibre que parecia un caba.
recían sus almas. Los dos poseían la llo, pues es mi hijo predilecto y sólo que con Ud. por patrocinador salvará misma sangre ascética, el mismo tomar hice 500 ejemplares de mala edición del olvido mi obrita, tendré uno de en serio la vida, como un deber sagra. Pero ojalá también editara su continua. los más grandes gustos de mi vida.
do. Así se genera la tristeza; la infini. ción El trovador colombiano, que com Enfermo y abatido desde el terremoto ta tristeza de ser hombre; la infinita pleta el librito. No tengo más correc no he podido levantar cabeza.
tristeza de ser hombre consciente. ciones que hacer. Recibiría agradecido De Ud. amigo y servidor afmo.
Pronto al placer de verme con exce el número de ejemplares que Ud. le so aplicado a lo que no puedo llamar plazca mandarme. ARÉVALO MARTÍNEZ estudio sino lectura, sucedió en mi madre la pena, al ver a qué extremo llegaba. Los días de claro en claro y las noches de turbio en turbio ya se sabe que generan Quijotes. Era una mujer de buen sentido y comprendió ¿Como robustecer la unión. No hay un rincón del uuevo mundo y procuró evitar el eminente peligro.
espiritual ya existente en nuestra Foé en vano. Toda mi naturaleza se América? Extendiendo el inice al que no hayan llegado los ejemplares había acostumbrado a aquella droga tuo conocimiento de nuestra hisde su «Colección Ariel y de su revista loria, de nuestra literatura, del «El Convivio, órganos de la intelecsedante de una continua lectura. Como iarle nuestro.
tualidad continental, un precoz vicioso, necesitaba para viEntiendo que, por ahora, sólo ue sirven de vir en este mundo del opio de la fábuen los Estados Unidos se estudia plataforma literaria a nuestros mejores la. La ficción me es desde entonces la historia de Literatura hispa escritores.
n10 americana. precisa como el alcohol al beodo. Des.
Hasta los autores paraguayos, siem de entonces la lectura no interrumpida GARCÍA MONGE. pre pretermitidos, han encontrado preempezó a crear en mí una segunda, ferente y espontánea acogida en dichas extrahumana naturaleza, falseada y ARCÍA Monge es un infatigable publicaciones, que han dado así en deformada.
americanista costarricense.
América la primera nota de nuestra No pasó mucho tiempo sin que la Hace años que realiza una empeñosa ignorada cultura.
Señorita llegase apte mi madre para labor de acercamiento intelectual, por Ultimamente García Monge ha endecirla que en su escuela ya no tenía el mútuo conocimiento de los hombres contrado numerosos imitadores. En nada que aprender. pesar de esta representativos de nuestras letras.
España; en París, en Cuba, en Buenos confesion, concluí el año bajo su féru.
Aires han aparecido empresas, como. Véase en el REPERTORIO NO 11 el artículo Fran. la. Al llegar las vacaciones, un hermo.
la de Blanco Fombona y Ventura GarComentando un gran pensamiento Gard cia y Costa Rica. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica