El Macho-Ratón

188 REPERTORIO AMERICANO Poesías de Primitivo Herrera Colaboración directa Salutación a Costa Rica El paso de los Andes sólo amaba el instante de medir la partida y explorar las entrañas de la nube y el trueno.
lba el águila azteca remontando su vuelo, con las alas tendidas y embriagada de cielo en su rauda carrera bajo la inmensidad: trocándose luego su destino sombrio, se desplomó aquel genio por el confín vacío y se estrelló en las rocas de la Inmortalidad. Romero en Delfos. cabe la falda de tu divino manto esmeralda vengo a ofrecerte con devoción este homenaje de mis empeños, en donde late lleno de ensueños y de esperanzas, mi corazón.
Caja de música San Martín arrasaba con sus huestes oscuras la enorme cordillera de cúspides ingentes, en cuyos hondos valles serpean los torrentes y las escarchas fingen ásperas limaduras.
En un temblor heroico lleno de crispaturas los picachos andinos vieron en sus vertientes pasar la cabalgata de rudos combatientes erguidos sobre el lomo de sus cabalgaduras.
Ventiscas y zarzales en los desfiladeros; y aquel séquito inmenso de bravos granaderos cruzó más de cien leguas con el ojo a vizor. así fue como en ruta de fatigas tan grandes, San Martín, arrogante, descendió de los Andes y arrojó sobre Chile su corcel invasor.
Amo tus manos con las que arrancas suaves del piano las melodías, y a veces fingen palomas blancas acurrucadas entre las mías.
Vengo a brindarte perla joyante, límpida orobia toda fragante de tuberosas y de azahar, este puñado de melodías escrito al borde de tus umbrias bajo tus cielos y frente al mar.
Vestal sagrada del Continente que mantuviste siempre latente tu vigoroso gesto de honor, cuando en tu suelo levantó un día su férrea mano la tiranía tras la sonrisa del impostor!
Amo tu risa de colegiala; tus lindos ojos de garza errante, y tu melena negra que exhala olor a un ámbar regurgitante.
Amo tus senos de bayadera, porque despiertan en mi alegría aquellos soplos de primavera que fecundaron a Alejandría.
Amo impaciente tu boca roja panal de mieles que yo presientodalia garrida que se deshoja sobre la hoguera de mi tormento.
Si amo tu risa que se me irisa, y amo tus senos que son tan buenos, tu boca loca que me esclaviza y tus helenos ojos serenos.
Bolívar y San Martin Los dos libertadores bajo la rubia aurora se hallaron frente a frente sobre la misma huella; traían en el pecho generoso una estrella que nimbaba de gloria su misión redentora.
Erguidos, en la cumbre solemne de la hora estrecharon sus brazos en la mañana aquella, Bolívar, desbordando sus ojos de centella y San Martín, luciendo su espada vencedora.
El inclito argentino después de aquel abrazo, volvió grupas de pronto bordeando el Chimborazo camino de sus pampas hermanas del ñandú. Bolívar entonces encendió las hogueras; arengó las mesnadas de sus huestes guerreras y fue él solo la espada que libertó el Perú.
Hidalga cuna de redentores, sabios, apóstoles y mentores que aquí fincaron su potestad; igracias al genio de tu linaje y a la templanza de tu coraje vive impecable ti libertad. Bella Durmiente del Bosque. apenas palpo la savia que hay en tus venas y ya contemplo de norte a sur, como penacho de tus afanes la fumarola de tus volcanes que se remontan hacia el azuur.
Trémula virgen americana, la más henchida de sangre hispana en estas horas de indecisión; iclava en los cielos tu pensamiento como bandera que flote al viento simbolizando tu redención. Gloria a Sidar!
Yo lo vi en su Pegaso despreciando la vida ascendiendo en el éter como un Ícaro heleno; con su sed de horizontes en el alma prendida y sus ojos abiertos sobre el azul sereno.
En galope remante con la faz encendida de luz, y a todo signo de imprevisión ajeno, Si amo tus manos, palomas blancas desmadejando su albor lozano cuando con ellas fácil arrancas las melodiosas notas del piano.
Deja que suba todo mi orgullo cabe las rejas de tu ventana, y se disuelva como un arrullo junto a tu lecho de circasiana. cuando sientas que ya te arroba la trova errante del alma mia, iquema y aroma tu linda alcoba con esta mirra de melodía. San José, Costa Rica, 1930.
Loor a esta invicta tierra dorada por los carmines de su alborada de lampos áureos y hebras de sol; loor a este huerto de la hidalguía donde se funden en armonía gema y arrullo. lauro y crisol.
Cosas de Nicaragua El Macho Ratón Envio del autor Parto mañana sobre el Pegaso; mas, aunque lejos de tu regazo sentiré siempre dulce emoción que en mis ternuras se centuplicalas remembranzas de Costa Rica junto al sagrario de mi ilusión. Venus andina ¿En dónde vi esos ojos de mágico conjuro que alegran y embellecen tu faz alabastrina; y en dónde esos hoyuelos de bermellón maduro abiertos al susurro del aura vespertina. Acaso de algún árbol bajo el ramaje oscuro hallé una tarde oculta tu doncellez divina, o vienes de las tribus del viejo Guaicaipuro errante por las breñas de la montaña andina?
Viajero inglés de los que coleccionaron y borracho, y, sobre todo, vanidoso, quiere la infinidad de datos sociológicos, de hacer creer al conquistador ibero el todas partes del mundo, que utilizaron Gobernador Tastuanes que posee oro Herbert Spencer y los demás filósofos en abundancia y preciosa pedredería, científicos de su época, recogió en Nica maravillosos tapices y una infinidad más gua la letra de la fantástica comedia de tesoros de todo género, cuando en ballet de El Güegüence o Baile del Ma efecto vive y viste de la manera más cho Ratón.
triste, miserable y estrafalaria.
Obra teatral de valor literario indis Sus grandilocuentes alardes de grancutible, supera a cuanto conocemos de deza y poderío, la enormidad de sus la comedia griega anterior a Aristófanes. embustes, contrastados con la realidad Tiene escenas de purísimo lirismo, como trágica de su lamentable situación verdacuando el Güegüence describe la deli dera, dan la visión oblicua de la vida, cada hermosura de «la niña que le dió esencia de lo cómico, así como la visión licencia, Tiene pasajes de lenguaje tan directa es esencia de lo trágico. Sea cual amplio que el propio Aristófanes no le fuere el modo de la visión, el fondo es sobrepasa, como cuando el Güegüence siempre un gran dolor, sólo dolor. Auténle ofrece al Gobernador Tastuanes «jerin ticamente cómica, esta farsa es una risa ga de oro para medicar la corte. Este. cínica, pero risa sobre el inmenso Gueguence, el héroe de la obra, indio dolor de la primera conquista de Nicafantasioso hasta el embuste, atrevido ragua.
hasta lo increíble, cobarde sin embargo, Publicada en el original hispano náYo sólo sé evocarte rememorando el día en que llevó a Bolívar hasta la serranía una dama, su ofrenda de aroma seductor. terciando la bridas de su corcel piafante, el semidiós entonces con ademán galante besó las manos blancas. y se llevó la flor. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica