BourgeoisieWorking Class

PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES: UNIOS Si todos los gobernantes de América consagra ran sus países al Corazón ye Jesús, podrían, como do, gobernar años y años con el apoyo de la Iglesia.
LA HUMANIDAD Mis asesinatos políti cos, mis persecuciones a.
obreros y campesinos, mis 18 años de tiranía, han tenido por fin, su merecida recompensa: el Papa me ha heche Prín.
cipe Romano JUAN GOMEZ Presidente de Vozesuelg AUGUSTO LEGUIA Presidenta del Perú ORGANO DE LA CONFEDERACION OBRERA DE COLOMBIA DIRECTOR, TORRES GIRALDO Redactor, GONZALEZ ARCE Oficinas. Carrera 99 No. 186 La palabra de un hombre libre vale más que la de mil esclavos Victor Hugo, Imprenta de la Cooperativa Teléfono 473 Dirección telegrafis: HUMANIDAD AÑO II NUMERO 92 CALI VALLE COLOMBIA Septiembre 17 de 1927.
EL OBRERO EL ESTADO La sociedad burguesa como entidad explotadora fuertemen te ligada a los gobiernos, llámense monarquistas o republi canos, combatió en la vieja Europa toda institución sindi cal creada para fomentar el me joramiento del obrero manual.
La resistencia encarnada en la rebeldía de los gremios que se sentían explotados, hicieron caer bien pronto a los patrones en la cuenta de que se cometía un error al enfrentarse a la ac ción de los rebaños que querían sostener sobre terrenos de migeria. Comprendieron a la vez que una cerrada oposición daría en tierra con no pocas fortunas y acaso con la totali dad de los gobiernos; éstos res paldaron al patrunaje no va para combatir la sindicalización sino más bien para fomen tarla, apoyarla y abrirle un amplio camino que le permitie ra no extraviarse por trochas que los llevaran más rectamen te al fnal que perseguían.
Bélyica fue la primera na ción del mundo que apropió en sus presupuestos sumas de francos relativamente fabulosas para el desarrollo de los sindicatos gremiales, para la instalación de bibliotecas cu yos escaparates se llenaron na turalmente de volúmenes rigu rosamente seleccionados, para no encender la chispa de la rebeldía que ya tenía signos de incandescencia en el alma del proletariado. Fue allí donde primero tuvieron vida las ca jas escolares y donde las cooperativas subvencionadas por el Estado apagaron en el pueblo el anhelo de la revolución.
El gobierno expidió leyes de protección obrera en tal núme ro y calidad que los obreros mistos calificaban de innecesarias y se registraron mani.
festaciones de agradecimiento para quienes habían encontrado la fórmula más savgrienta de explotar al hombre por el hombre. Llegó a tal punto la visión de la corona y el capita lisino, que de ese maridaje temible surgió una ley que prohi bía a los patrones recibir en sus talleres y fábricas obreros que no estuvieran afiliados a sus respectivos sindicatos.
Preguntar ahora cuánto ha ganado el obrerismo belga y tendríamos para desconcertar nos: un pedazo de pan menos duro, unos minutos menos de jornada, un poco dienos de os curidad, pero en cambio ha per petuado en el poder a una co rona que lo vapula y que lo humilla.
De ahí que nosotros esternos tan sinceramente convencidos de este sabio principio. La re dención del proletariado debe ser obra del proletariado mis.
mo. Qué nos importan las leyes que el Estada burgués confeccione a su amaño, diciendo que son nuestra redención, si cuan do Yanos a ampararnos en ellas sólo encontramos las fau.
ces amenazadoras de los fusi les que en recta horizontal se tienden sobre nuestros pechos?
Qué significa esa jornada de las horas si el patrón nos obliga a permanecer encarcela dos dentro de sus talleres, diez omás a cambio de un misero Salario?
Para qué sirve el descanso dominical remuncrado si los patrones saben muy bien dón de está enmarcada dentro de la ley la puerta de escape que les permite burlarse del obrero?
Para qué la loy sobre acciden tes de trabajo, de seguro colec tivo y de habitaciones higiéni cas para los obreros?
Cuáles han sido los resulta dos de la famosa ley sobre huel gas?
La matanza, el escarnio, la burla sangrienta que de nues tros derechos hacen el capital y el Estado sostenidos en la punta de las bayonetas, El obrerismo no debe pedir Pasa a la página Biblioteca Nacional de Colombia