LA HUMANIDAD PAGINA LITERARIA Las Abandonadas Cómo me dan pena las abandonadas que amaron creyendo ser también a nadaa, y van por la vida llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un nito. Cómo hav quién derribe del árbol la hoja y al verla en el suelo ya no la recoja; y hay quién a pedradas tire el fruto rerde y lo eche rodando después que lo muerde.
Lag abandonadas son frut a caida del árbol frondoso y alto de la Vida; son, inán que caída, fruta derribada por un beso, artero como una pedrada.
Aquellos magnates que ampararlas pueden, mas las precipitan para que más rueden: y hasta hay quién se vuelva su postrer verdugo queriendo exprimirlas si aún les quoda jugo.
Las abandonadas son como el bagazo que a la mbica el beso y exprime el abrazo.
Si aúu les queda jugo, lo chupa el dolor; son triste bugazo; bagazo de amor. Cuando las encuentro me llevan de angustias, sus sienes marchitas y sus caras mustias. pienso que arrastra su arrepentimiento un niño que es hijo del remordimiento.
El remordimiento lo arrastra algún hombre oculto, que al niño niera techo y nombre.
Al ver esos niños de blondos cabellos, Yo quisiera amarlos y ser padre de ellos. a Las abandonadas me dan estas penas porque casi todas son mujeres buenas.
Son manzanas secu s, son fruta caída del árbol frondoso y alto de la Vida; No hay quién las ampare; no hay quien las recoja más que el mismo viento que arrastra la hoja. así van las pobres llorando un cariño, recordando un hombre y arrastrando un niño. Por las calles ruedan estas tristes frutas como maceradas manzanas enjutás; y en ss pobres cuerpos antaño turgentes llevan la indeleble marca de unos dientes.
Tienen dos caminos que escoger: el quicio de una puerta honrada, o el harem del vicio.
Yen medio de tántos, de tantos doloros aún hay quién a hablarles se atrevo de amores! ઘ Los hombres fuertas Rumores de vida Anda por ahi 111a filosofía que dicen ser la Hay noches de pruna vera en que nos acer.
de los hombres fuertes y no es sino la de los canos a la ventana, miramos hacia el fondo, y humbres débiles que sueñan con una fortalezı sentimos que desde la llanura indecisa bajo un della que cadecen. La fuerza engendra senti cielo sin nubes, amplio y azul, titilante de estre inientos de solidaritlad y de justicia, anhelos de las, sube un aliento de vida, un aroma de resta sacrificarse por el prójimo.
rrección, un calor que fermeata y que hace pen Los hombres verdaderamente fuertes son sar que la tierra aguarda la noche para germi los que saben coordinar sus esfuerzos con los nar en el misterio.
demás, son los que saben que no hay quién pue No aon rumores lo que sube desde la llants da ser del todo libre mientras haya un prójimo ra:es sengación indefinida de un nuevo rumor que sea esclavo. La klottad es un bien común, jamás escuena do, un no sé qué inefable que no y quando no participou todos de élla, no serán penetra por los oídos, ni por los ojos, vi nace libres mientras no se crean tales.
de los scuerdos, algo que es como manto sutil.
Los fuertes, los verdaderamente fuertes y dig de la atmósfera tibia que nos abriga y nos ennos de este nombre; son los que tienen coneien vuelve a su manera, es el éter sin color, formacia de que no es hombre verdadero sino el que do de vibraciones y ondulaciones que despier aspira a ensanchar, a acrecentar la libertad co. tan el presentimiento; lo que respirainos no es 140.
Miguel de UNAMUNO (Pasa a la 7a, págirá. Biblioteca Nacional de Colombia