LA PAGINA LITERARIA Ante las víctimas Gotas demoledoras Ellos son. como nunca blasfeman sus rencores.
no temen ni nl camino, ni a la lluvia nia Isol.
Vieren de la taberna; cambiaron los sodores de toda una semana por el vaso de alcohol. Porque la guerra es crimen, vergüenza de la tierra, en toubre de la vida condenemos la guerra!
La venganza no es dulce. Los incultos a gra vios, son hiel para la vida, son hicl para los labios.
Se acercan, y en sus rostros arden llamas de hogueras.
Huyó todo lo dulce que tiene el corazón: Los ruegos infantiles. las lábricas quimeras. Huyeron las noblezas; huyó la compasión. Ahora cantan o rích. esto es la vil y triste.
Ya no se acuerda nadie, de que el dolor existe.
y a todos los aguarda con su boca letal. Ya no hablan los instintos, del material quebranto, con las quejas amargas, con las noches de llanto, con la clioza sin umbre. y el acerbo hospital.
El afán del dominio, es el desvío humano que ha roto con los lazos del hombre y del bermano. para el orgullcso de su sabiduría.
Javeral, alza el látigo de tu inmensa ironía.
MAX. LAY FELIX DE LA MONTANA Día de calor Sola Hoins agitadas por el céfiro. en el frescor de las aguas, los peces que pasan jugando.
Luz de luna penetra a medias en el Estamos verdaderamente, en las tres pabellón, en tanto que el alma de los décadas brillantes de la sexta luna.
Menpoyo en la balaustrada, de cara lotos, con su perfume, turba profunLas nubes se agrupan en miriadas al este damente los corazones.
en un cielo emourparado y dilencioso.
21 aliente de la noche llega, todo Pían las dos golondrinas ninun La tierra se abre. El río està seco.
El polvo se levanta al viento.
impregnado do turbadores perfumes sobre el alero de muy ricos colores.
de todo Mi sér entero no puede pensar con Los fabriego se lamentan en los placer en ella.
Il jade senrosado del río invade, en camp donde muere el arroz y el trigo el horizonte lade verde del vacío.
Ouendo retorna la época trastornan carrean agua para refrezcar los bar bechos Al pie de los verbales canta el grilio: te de la primavera es menester devaEl sol agrava la sed y el hambre de màs olla, en el cielo, lanzan gritos cinar mi abarrimiento.
Entonces, trente al esplendor de la güedas invisibles.
los campesinos, de garganta quemada Los recuerdos del pasado tiempo naturaleza, hay momentos en que mis por la canicula vuelven a wi, vuelven siempre entratias se desgarrau.
Gotas de sangre cubren sus frentes. esta tarde tuin bien no hay nadie Ob turbadoras florer de durazno en Quién hablará de ello?
Siembran, ropjcan, labran.
comigo que comparta ais pensamien los primeras noches de luna, en el período de los Alimentos!
Es ibsuficiente la pena que se toman Gir el sol irradiante fuego que cal Grandes na úces en el crepúsculo do cina el borizonie.
rado, en la claridad turbada por la ¿Será preciso aún que tengan la pelbrisa inmortall nu lever que los frutos no maduran ja floración por todas partes aca.
en otoño?
ba de hacer más sencible la melancas Si las nubes preñadas de lluvia no lía y el dolor que me agobian!
llegan, toda su fatiga será vana.
Retorno Sobre todo cuandy, frente a la ven.
Levantan los gjos y están a purto tana, que mira al Oeste, el sol se oculde maldecir al cielo, ta y cae la noche.
Se ha acabados el poder de los héLento lae pesanas cortinas a An roes que sabían elevar plegarias?
de admirar la laus, brillante. Que hoce el que lleva la tiare impe Las cumbres de las montañas en dial y enarbola la insignia?
vueltas en la lue del sol.
TCHOU CHOU TCHEN En los campos el arroz que debería Los bambães cubiertos de rocío y verdear, apenas amarillen, gitados por el retorno de los pájarosi ¿Aquel que está sentado tranquila Ruido de frutas al cer sobre el mue toente en su palacio sabe algo de ello? lle cubierto de pimpinela.
para ello Biblioteca Nacional de Colombia