4 DA HUMANIDAD. PAGINA LITERARIA மகம Soneto místico De un sol a otro sol No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan tenido para dejar por eso de o fenderte.
Tú me mueves, Señor; muéveme al verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenine tus afrentas y tu muerte.
Milis que de ternaras no gustara, de Siivandro ante el férvido embeleso, con frialdad exigió la muy avara treinta hermosas ovejas por un beso.
Al nuevo amanecer, hay nuevo trato; mas Filis esta vez al pastor deja los términos fijar: se hace el contrato, treinta besos ardientes por oveja!
Otra aurora llegó: Filis más blanda, de un dulee sentimiento bajo el peso rorolvióle al pastor en una tanda, las ovejas reunidas por un beso.
Un sol más, y ya Filis sin reposo, sú rebaño a Silvandro ofrece ahore.
por un beso que él guarda veleidoso para darlo por nada a otra pastora.
Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera que aunque no hubiera cielo, yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar por qué te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera.
SANTA TERES: DE JESUS CHARLES RIVIERE DU FRESNY Cuando el amor mere que, muerto el amor por la necesidad fatal de los fenómenos y sin culpa por parte nuestra, pudiéramos todavía vivir en una misma casa ligados por un mismo sentimiento, quizá menos Si ella estaba triste, más lo estaba yo, pen profundo que el antiguo, pero ciertamente más sando que habíamos sepultado para siempre elevado y más nobic.
nuestro amor, sin esperanzas de verlo surgir Grau dicha era que una nueva ilusión pualgún día; pensando que nuestros labios no se diera suceder a la antigua y establecer en nuesunirían jamás. arrastrado por la ceguera de tras alunas mi canbio de nfectos putos, de conmi egoísmo, parecíame que debía agradecerme mociones delicadas, de exquisitas tristezas.
aquella tristeza mía, que debía consolarse alad vertirla, pues era como un reflejo del amor sa Gabriel ANUNCIO lejano.
Hubo un tiempo en que los dos soñabaPensamientos muios, no era el amor sino la pasión hasta la muerte, cusque ad mortems. Ambos creíamos en nuestro sueño, y más de una vez, embing dos, preferimos las dos grandes palabras. Nur defiende la justicia wino el dinero.
Qaien defende la justicia por dinero, 110 ca! Habíamos creido en la inteligencia de nues tra carne, en aquella afinidad rarísima y misteriosa que liga a las criaturas humanas con el Los hombres, que pudiendo, no enseñan lo tremendo lazo del deseo insaciable; lo creinos, que sabeu, son egoístas perjudiciales a la liuporque la agudeza de nuestras sensaciones no manidad.
disminuyó cuando el obscuro genio de la espe.
cie hubo roalizado, por nosotros dos, su único Negarlas transformaciones sociales, es tan intento.
necio como negar las transformaciones de la La ilusión habia desaparecido; la llama esmateria, taba extinguida. Mi alma, lo juro, lloró sinceTamonte sobre las ruinas. Pero. cómo oponer: La civilización burguesa es contraria a la se a un fenómeno necesario?
justicia, porque ella sirve las ambiciones de En medio de todo, era una gran ventura una clase en periuicio de los intereses de otra Biblioteca Nacional de Colombia