LA HUMANIDAD PAGINA LITERARIA La victoria de Orfeo INDEPENDENCIA Llegó como un tumulto que desquició las puertas vetustas del palacio, la independiente edad.
El cóndor de los Andes 4116 alas lució abiertas y picoteó los rayos de aquella tempestad.
Se irguieron los criollos sobre las razas muertas, las momias de los indios clamaron libertad.
Colombia y Argentina cruzaron sus alertas y Sucre selió el pacto por una eternidad. Quién esa lira pulsa tan majestuosamente cerca al sitial de fuego del trágico Plutón?
Es Orfeo que entona su elegia doliente porque inuerto Euribife la dorada ilusión¡Oh la fuerza divina que domó a la serpiente y a las pétreas deidads ofrendó corazóa!
El averno fue libre porque Orfeo, clocuente, dijo el sésamo que abre terrible mansión Imperioso y altivo, cual un magno guerrero, triunfó el dios armonioso con el licoro acero y otra vez a Euribife contempló con pasión.
Sólo ahora que reina Sancho Panza en la vida rota el arma la lucha para el hombre es perdida cuando esgrime solemne la opolínea coución.
Es Sucre a la manera del sólido cimiento; Bolívar la columna del propio monumento sobre la cual en bronce se yergue San Martín. sobre el monumento que en las edades crece, y la juvenil figura de Córdoba parece el Angel de la Fama tocando su clarín, JOSE SANTOS CHOCANO ALBERTO CEARRY LARA Las joyas de una esperaba el momento preciso.
esLA ILUSION Una mujer que no adinira Erage la vida atormentada mis tesoros, pensaba, debe te de un bohemio cansado; érase madre ner cosos estupendas y no vis un día que la tarde le beso en tas en Roma. Qué le habrá la frente y, como el sol moribun traido de sus conquistas su do tiene un perfume doliente lutre padre. de flor, le dejó un tibio regplan Cornelia, la hija del grande La visita se prolongaba, y dor que parecía un nido.
Escipión, la madre de los Gra Cornelia no hablaba de mos. El bohemio alzó las cortinas Cos, visitaba un día a Flavia trar cosa alguna obscuras de su euajada melena silvina, dama romana igual. Con que veamos tus joyas y salió del desierto de su vida a ella en nobleza, pero mucho dice al fin impaciente Silvina. con un rayo de luz en las pupimás rica. Esta mostraba a Cor Espera unos momentos más, las. Fuése por los torcidos cas nelia sus riquísimas joyas: tras amiga mía.
minos, y como los mudos es las pieles de Libia y las sobre poco entran, de regreso de queletos de los puentes le mira camas de gruesa seda, tinta en 1a Escuela, los hijos de Corneban tan profundamente, se sin müdice sidonio, los ánforas de lia: Tiberio y Cayo. Corren a tió conmovido con el dolor del alabastro y las lámparas de besar a su madre; y ella habien olvido.
nice y do jaspe; y luego, mil do correspondido a su ternura, La noche aclareaba su senprimores do oro y piedrerías, los señala a su amiga con da abriendo la ventana del cie.
en anillos y brazaletes, colla tas palabras dignas de gravar lo y, en un marco de ojeras le res y prendedores, las en mármoles: iniraba pensativa la luna. El Al verlo todo sonreía Corne. Estas son mis joyas: los bohemio se envolvio en un ra.
lia. Silvina empeñada en a. únicos adornos que yo estimo. yo de Ópalo y soñió con la vida desde las riberas de la muerte.
traucarlo una expresión de sor El que para el goce había roto presa, agotaba sus cofres y es el hilo de la ilasión, persivió på parates. Al fin picada, le di.
Parece que el corazón le de un latido que venía de su cora ¿Y tú cuándo me muestras joyas iban a brillar un día so cía a Cornelia que aquelas sus zón: fue que llegó a su alma la luz de una irradiación!
tus joyas?
bre las sienes gloriosas de la La boca de una rosa se abría Cuando gustes, puedes ir República Romana. Porque en el jardín de la vida y su aro a casa: tendré el mayor gus de aquella virtaoga madre es ma tenía embriagueces de muO. en verto allí, y en mos también esta expresión: jer y, sobre el nido tibio lle trarte mis tesoros. La historia no me llema. vaba sobre el óvalo bronceado Pocos días después Flavia ra la hija de Escipión, sino la de su frente plateó un beso del amor lejano, tenía la dulzu isvolvía la visita a Cornelia, madre de los Gracos.
ra de los labios de un niño. Llena de curiosidad, de celos, o Biblioteca Nacional de Colombia 78 ce: JULIO SANSORE