LA HUVANIDAD La Espiga de Oro 12 Galleta Pan 3 No, pero más humano.
Por el muelle de Santa Lucía van acercándose, a un paso ligero, como de danza, unos soldaditos grisáceos, que hieren el suelo rítmicamente y mueFABRICA DE PRODUCTOS ALIMENTICIOS ven el brazo izquierdo con gesto maquinal y nonótono. Parecen hojalata y frágiles como juguetes automáticos.
42 CLASES DE PASTAS Los manda un oficial guapo y elegante, que arruga el ceño y tuerce la boca Económicas y nutritivas en una mueca de desdén. su lado va dando zar cadas un hombre alto, corCon una libra comen más de veinte personas.
pulento, con sombrero de cops, que habla sin cesar y hiende el espacio con PLATARINA Harina pura de plátano hartón, alimento espe eus innúmeros gestos. al para niños. Lo recomiendan los medicos.
La multitud se ha separado de los coches; a lo largo de la línea formada PROXIMAMENTE Biscochos por éstos se van desgranando los solda dos, igual que perlar grises. Se paran La Fábrica dispone de cómodo, elegante e higiénico edificio pro junto a las plataformas, ocupadas por pio: Cali, Calle 13. MARIANO RAMOS huelguistas.
El hombre del sombrero de copa y con él lo conspicuos personajes que le rodean gesticulan con vehemencia y LOS sucesos LOS PAVOS EN EL FERRO.
vociferan. CARRIL. Por úlma vez. Ultima volta. Lo que no suceden oís?
Visiblemente perplejo, el oficial inEl señor Ordóñez, conductor que clinó la cabeza y se retorció el bigote.
El cronista Juan José. de «Cofue del tren que conducía la locomotoEl hombre de la chistcra corrió a su rreo del Tuc. en su diario afán de ra número 31, el lunes nueve del prelado, agitó por todo lo alto su sombrehacerle el bombn al doctor Miguel Ansente, tuvo la feliz idea de improvisar gel Escobar Castro, bombo que según un escándalo demasiado grosero en la ro y dijen voz muy alta algo incomprensibleIl oficial mirile de soslayo, se dic está muy bien rerumerado, di estación de Palmira, en el cual quería irguiose, sacó el pecho, y sonaron ce lindez is especiales, operaciones que a pabullar a los frentros con gritos tan unas vibrantes palabras de mando.
hace, por ejemplo el doctor Oscar Scar destemplados que solo figuran en el formulario de la arriería. Pero, como Entonces los soldados se lanzaron a petta, se las atribuye al doctor E400el señor Ordóñez quería probar que só los plataformas, mientros los huelguisbar Castro; diligencias que hace el Inslo él mandaba, tuvo a bien embarcar tas se a apraban por el otro lado.
pector 39 de Policía, se las acomoda por su cuenta y riesgo un pasajero que El público encontró aquello muy.
al doctor Escobar, y así muchísimas chocante y divertido, estalló un clacosas que sería largo enumerar.
viajó de pavo de Paimira hasta CartaYa el único médico que hay en Cali, go.
moreo de gritos, risas y silbidos, que Como esto de viajar los pavos en los se extingnió en el acto. Silenciosos, es el doctor Escobar Castro, según Jua mohinos, un tanto pálidos, desencajanito trenes de carga, és una cosa prohibida, dos los ojos de sorpresa, los curiosos se Il doctor Escobar al galir. alco conforme a los Reglamentos del Ferrofueron separando de los últimos coches mer. y al dormir total, en tocarril, es natural que sufra el gran padas partes, y que sigan los «obsezuios»
tán su merecida sanción, igual que su para dirigirse hacia el primero. dos pasos de éste, atravesado en la y las crónicas de flete. Esto es excelencia el jefe de estación de Palmi.
vía, se había tendido en el suelo un honrado?
ra, auxiliador del fraude.
conductor de cabellos canos, se había quitado la gorra y tumbado de espaldns; rn su rostro marcial, los bigotes cipta sobre los carriles. El hombre rizados apuntaban menazadoramente del jipsi japa se ha quitado el sombrero, al cielo. Un jovencito, vivaz como un lo hace volte er en el aire y se tiende mono, se acostó en el suelo, al lado del al suelo, antes que nadie junto a un primero; el número de huelguistas que huelguista: le da golpecitos en el homsiguieron el jemplo fué aumentando bro y le grita palabras estimulantos en poco a poco.
plena crna.
La multitud ulula sorda y confusa Eu pos de él, un gentío bullirioso mente; unas voces medrosas imploran regocijante, on tropel de personas a la Madona; unos juran con fu. or, que no se encontraban allí hacía dos, del Valle las mujeres gimotean o chillan, y, minutos, fueron echándose al suelo, como pelotas de goma, la chiquillería como si les segaran las piernas. Se va dando brincos y rebotes por todas arrojaban en tierra, riéndose, haciendo partes.
muecas, saludando burlonamente al tendía ante las ruedas; reían, vacilaEl hombre de la chistera ruge con oficial, que sacudía sus guantes, bajo ban sobre las piernas, echando la cabe voz solloz inte. El oficial le mira y se las narices del hombre de la chistera, za para trás. Ya no parecían juguetes encoge de hombros. Ha recibido orden hallándole sonriente y meneando la automáticos.
de sustituir a los huelguistas por sol.
gallarda cabeza.
Así transcurrió media hora. Los codados, pero no de cargar contra ellos.
ches vuelven a recorrer chirriando, las la gente seguía echándose sobre Entonces el hombre de la chistera, los carriles. Las mujeres deponían sus calles de Nápoles. De pie, erguidos en rodeado por el las plataformas, los huelguistas, vencegrupo de personalidades cestas y envoltorios; los muchachos que le distinguen, se encara con los Fe sentaban amontonados, arracimándoree; sonríen satisfechos, o, deslizancarabineros; éstos se agitan, se acercan dose por el interior del coche, pregun dose como falderillos ateridos, de frío.
a los huelguistas, se inclinan e intentan Tabía gentes bien vestidas que se re.
tan amablemente a los pasajeros: levantarlos.
volcaban por el suelo llenándose de Su billete. me hace el favor? al entregaries los trocitos de papel Se promueve un tumulto, una lu polvo.
cha, pero de pronto la masa obscura y En la plataforma del primer coche, amerillo o encarnado, los pasajeros polvorienta de espectadores se mueve, cinco soldados contemplaban el mon. les guiñan los ojos, sonríen o murmu tón de cuerpos que se elsvaba y ex ran bonachonamente.
se extremece, lauza un alarido y se pre Biblioteca Nacional de Colombia.
ALFEREZ ZREAL el mejor Jabón