LA HUMANIDAD PAGINA LITERARIAS ESCORIA HUMANA Ayer, en un recodo del áspero camino, que cruzo en la existencia, con gran resignación, hallé tirado y débil a un pobre peregrino; solíciro y amable le di a beber mi vino; le dí mi franca mano, despues mi corazón.
Complicaciones árduas del corazón humano, misterios insondables de la naturaleza; Con fervoroso enipeño calmé su sed ardiente, la vida es un problema, la vida es un arcano, cubrí suis desnudeces de mísero gitano; y por el mundo agitan su vuelo soberano ungi todas sus llagas, y cariñosamente dos aves de rapiña: la muerte y la tristeza. sequé con el pañuelo su sudorosa frente, como si se tratara de mi mejor hermano.
Olvidos, desengaños, desilusiones crueles, en compasivas almas, emponzoñados senos.
Más tarde los caprichos de la voluble suerte por todas partes luchas, por todas partes hieles; llenaron mi camino de zarzas y dolor; vasos en cuyos fondos hay delicadas mieles cai sobre la senda, rendido, mustio, inerte, y en cuyo fondo hay acibar y veneno.
como si las caricias de un hálito de muerte sobre mi sér posara su gélido sopor.
Yo todo lo perdono con voluntad de acero, apuro hasta las heces mi vaso de acritud; tuve sed y frío; pero ninguna mano mas perdonar no puede mi corazón siucero me dio a beber su copa, ninguna mano amiga a un monstruo abominable, aterrador y fiero cubrió mis desnudeces de mísero gitano; que habita entre los hombres y llama ingratitud ninguna mano quiso sacarme dei pantano y hacer menos pesada la cruz de mi fatig.
Perdono al envidioso y al que con lengua (insana aquél a quien un día mi mano compasiva reputaciones hiere, virtudes y honras trunca. colmó de beneficios, sirviole de sostén.
perdono en sus mil formas a la perfidia humana, pasó por nii sendero con actitud altiva; perdono al que se vende como una cortesana, cubierto de riquezas y de oropeles iba, perdono al asesino, pero al ingrato nunca! y al verme hizo una mueca de orgullo y de desden y Porque el ingrato encierra del crimen la si. Siguió tranquilo y firme, sin recordar, acaso. miente que alguna vez estuvo con hambre y sin abrigo; y todas las negruras dentro su corazón; sin recordar que un día, fui sol para su ocaso, en sus entrañas lleva veneno de serpiente, para sus labios, fueute; para su sien, regazo, ataca por la espalda, pero jamás de frente, y para sus tristezas el más ingenuo ainigo.
recibe un bien, y en cambio, devuelve una trai(ción. Por eso resignado, humilde sin encono, apuro hasta las heces mi vaso de acritud; La ingratitud es sombra, la ingratitud, sin en brazos del destico, sereno me abandono. duda, perdono todo, todo; pero jamás perdono es el mayor pocado de todos los pecados, al rey de los delitos al monstruo ingratitud!
es de todas las armas el arma más aguda; es una vieja escuálida de faz torba y sañuda que tiene nor vivienda los pechos depravados.
Plegaria del perro a Si eres bueno, como creo, no mutiles mis orejas, ni mi cola, trátame cariñosamente y no me hagas mal HILARIO SANZ inalhechor, He salvado la vida a muchos niños que se ahogaban.
En los parajes nevados, don de el frío hiela, expongo mi vi.
por salvar la tuya.
Te sirvo para buscar al delicuente.
Cuando chiquito soy tu juguete predilecto y cuando gran de, tu mejor amigo y defensor. mi muerte te doy mi piel que utilizas en cosas útiles.
Mi abnegación y mi fidelidad hacia tí son proverbiales.
Niño: Tú, que algunas veces me haces mal, inírame bien.
Yo cuido tu ganado en el campo y lo defiendo de tus ene migos.
Cuando eres atacado, te defiendo, y, si es necesario, pierdo la vida georosamente por Cuido tu casa y paso la noche en vela por guardarle del En clase tí.
Haber, niño, diga usted, qué es la justicia. Una especie de embudo con la parte ancha pa ra los ricos y la parte angosta para los pobres. Biblioteca Nacional de Colombia