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SPARTACUS Pag. 14 SPARTACUS Pág. 15 UNA LECCION QUE NOS LLEGA DE ITALIA cesario, para continuar la campaña iniciada.
Formulan votos también para que una acción concorde semejante sea posible todas las veces que se presente la necesidad frente a circunstancias particulares o frente a los peligros que amenacen a toda la familia proletaria.
Be La fusión de los organismos revolucionarios por la libertad de los presos Encontramos en Umanitá Nova los acuerdos tomados en las reuniones que se efectuaron en Bolonia en los días 28 y 29 de agosto, por iniciativa del Sindicato de Ferroviarios Italianos y con el objeto de establecer las bases de una lucha común en favor de las víctimas políticas.
Fruto de estas reuniones fué un manifiesto vibrante dirigido a los trabajadores de Italia.
inståndolo a que hicieran comprender al gobierno, que, sino queria ceder frente a la voluntad de los trabajadores, éstos estaban dispuestos a poner en práctica medios más enér.
gicos.
El manifiesto, que termina augurando la revolución proletaria y el comunismo, fué subs cripto por las siguientes organizaciones: Partido Socialista Iitaliano, Unión Anárquica Italiana, Confederación General del Trabajo, Sindicato de Ferroviarios Italianos, Unión Sindical Italiana, Federación de Trabajadores del Mar, Federación de Trabajadores de los Puertos, Liga Proletaria de Mutilados, Comités de Defensa Libertaria y pro Víctimas Políticas, Cámara de Trabajo de Ancona, Diario Avanti. Diario Umanitá Nova. Unión Juvenil Revolucionaria.
Dice Umanitá Nova que después de la primera reunión, satisfechos por los objetivos logrados y por la armonía que reinó durante las discusiones, los delegados se separaron cordialmente, dándose cita para el día siguiente. al día siguiente, la discusión sobre el frente único de los organismos revolucionarios, fué cerrada con la aprobación unánime de esta orden del dia. Constatando los buenos resultados de esta reunión que ha establecido, en medio de la más estrecha y cordial armonia, la obra que se realizará contra la reacción y en defensa de la Rusia Comunista. las organizaciones y los partidos reunidos, en Bolonia resuelven establecer nuevos acuerdos, cuando fuera neEntre nosotros, en cambio y resulta doloroso las organizaciones obreras existentes niegan recíprocamente la responsabilidad moral y demuestran la peor voluntad del mundo para el acercamiento de las fuerzas proletarias; los partidos políticos, que por sus doctrinas deberían ser revolucionarios, conside.
ran a las masas obreras como majadas de carneros electorales y corren desesperados al asalto de una banca parlamentaria o comunal y mientras tanto. nuestros presos siguen pudriéndose en los calabozos.
Hay más. Muy pronto, según se dice tendremos los anarquistas que sufrir la afrenta de que un diputado radical, valiéndose de sus influencias políticas, obtenga lo que no hemos sido capaces de conseguir nosotros, la libertad de algunos de nuestros presos.
Siquiera la lección que nos llega de Italia supiéramos aprovecharla ¿DI Provisoriamente, tenemos alls sólo los planos de aprovisionamiento que, se entiende, realizaremos en forma más eficaz cuanto más amplia, más en el curso del próximo periodo económico debemos contar tan sólo con la leña, hasta que no podamos recibir el carbón del Donetz. En consecuencia, la provisión de la leña, de la hulla, de la pizarra, es por el momento nuestra tarea más importante que reclama la concentración de una prodigiosa cantidad de fuerza de trabajo, en gran parte fuerza de trabajo bruta, sencilla, inculta, bajo una competente dirección técnica.
El compañero Kryssaniwsky en un interesante artículo publicado en la Pravda ha de lineado un cuadro, enseñándonos como podemos calentar e iluminar nuestro país con ayu da de la hulla. Según sus cálculos, si la me.
moria no me engaña, nosotros somos tres veces más ricos en yacimientos de hulla que en bosques.
Se ha demostrado que nuestras minas da huila pueden darnos calor y luz por espacio de 150 años.
Nosotros no pretendemos tanto; nos conformamos con que la hulla pueda sustituir al combustible mineral durante los próximos cinco años, hasta que nos hayamos adueñado del carbón de la cuenca del Donetz, del Cáucaso septentrional de la nafta de Bakú y de Emden.
Naturalmente roh compañeros! hay mucho que resolver sobre este asunto, desde el punto de vista técnico. Nuestros técnicos se subdividen en grupos, en fracciones; hay grupos especialistas en la extracción de la hulla y los hay especialistas en la extracción de la pizarra, así como en política hay diversas fracciones y puede decirse que esto es para nosotros un adelanto, porque nuestra misión consiste en desarrollar la economía de la política. el dia o el año en que nuestra población efectiva se distribuirá en grupos libres, en tracciones, en ligas y los obreros de la hulla y los pizarreros concurrirán a la construcción de caminos determinados y olvidaremos los menschevikis, los social revolucionarios, los monárquicos, los sindicalistas y más tarde también los bolcheviquis, habremos dado un gran paso y eso significará que habremos llegado a desarrollar el aparato de la fuerza econó.
mica del comunismo; que habremos fundado sobre nuevas bases el comunismo económico, y que este descansa sobre los intereses vita.
les de millones de trabajadores efectivos.
Pero de todos modos, aunque por ahora nos limitamos a hablar de los trabajadores de la hulla y de la pizarra, es necesario emplear engimes masas de trabajadores no especialistas, especialmente de campesinos.
En el campo de las maestranzas especialis tas la parte decisiva les pertenece a las ligas de los sindicatos: por su intermedio se formarán las uniones económicas, por su intermedio se encuentran y se encontrarán en ade lante los trabajadores necesarios en mayor proporción que hoy.
En cuanto a la fuerza de trabajo bruta, no calificada, ella puede ser aumentada por una gran movilización de masas, a cargo de las autoridades constituidas.
Aqui compañeros, tropezamos ante todo con una cuestión politica. Estaremos obligados a movilizar esa fuerza para los trabajos de la leña y de la pizarra y para la reconstrucción de las vias férreas en una proporción a la cual nunca hemos llegado.
Pero contemporáneamente, compañeros, nuestra industria textil y metalúrgica no dan al campesino todo lo que él necesita y nosotros debemos decir a los campesinos que lo que les pedimos no es en compensación a la tierras que la revolución de los soviets les dió, si no que es en retribución del algodón, de los ailes, del petróleo, del te y del azúcar que les dirá mañana, mañana nuestras industrias. esta idea sovietista del conjunto estatal está tan profundamente arraigada en las aldeas, que nuestros campesinos nos comprenderán fácilmente; y en cuanto a los campesinos conservadores y los que alternan con elementos usureros, que se demostraran rehacios, los obligaremos por la fuerza miltar arreglar cuentas frente a las necesidades apremiantes de la economía sovietista, tal como tuvimos que proceder en la cuestión del deber militar.
Naturalmente que no valdrá a contenernos la gritería de los críticos capitalistas, que nos otros pisoteamos el principio fundamental de la libertad de trabajo. Nosotros no los reconocemos, esos principios.
Bajo el dominio capitalista, la libertad de trabajo significa para unos la libertad de explotar el trabajo ajeno y para los otros la libertad de ser explotados. Nosotros hemos abolido todo esto, y nuestra constitución sovietista dice claramente que el principio de la obligación al trabajo es la piedra angular en el edificio de la economía socialista.
El principio de la obligación de trabajar es la base de nuestro código de trabajo, pero hasta ahora no ha pasado de ser un principio.
En la práctica, hemos realizado la obligación general de trabajo solamente con intermitencias, según los casos, sin un plan económico general y sin su aparato correspondiente. Pero ahora especialmente, aunque no hayan terminado nuestras obligaciones militares, en ningún caso exigiremos tanto para el esfuerzo militar del ejército como hemos reclamado hasta ahora y yo espero que las exigencias de nuestro ejército Irán disminuyendo gradualmente.
Por altora, mientras todos los esfuerzos de ben ser dirigidos a satisfacer las necesidades. En las reuniones de Bolonia el dele.
gado del Socialista presentó una orden del día contra el envió o el tránsito por Italia de materiales bélicos destinados a combatir a Rusia y para que el Gobierno Italiano reconocie.
ra abiertamente el gobierno de los Soviets.
Es necesario hacer constar que los anarquistas hicieron agregar a esa orden del día una reserva respecto al reconocimiento del gobierno de los Soviets por parte del gobierno italiano.
Manifestaron los anarquistas que ellos no podían reconocer ningún gobierno y luego consideraban que la revolución rusa nada podía ganar con hacerce reconocer por un gobierno capitalista, La situación económica de la Rusia de los soviets (III PARTE. Pero :oh compañeros! para nosotros no se pado, pero no hemos podido aun extraer cartrata solamente del proletariado industrial; se bón. Allí queda sólo lo que Denikin no se ha trata de atraer siempre más la fuerza bruta llevado, así como en los Urales y en la cuenca del trabajo. Nosotros hemos sido defraudado de Tomsk quedan solamente los escasos resien el carbón y en la nafta. Ahora hemos en. duos de lo que Koltschak no ha tomado para trado en la cuenca carbonífera, la hemos ocusí.