Civil WarWorking Class

Pág. 16 SPARTACUS Yo trataré esta cuestión solamente haciendo consideraciones de orden general.
Es sabido que la revolución y la guerra ci.
vil han arruinado cruelmente más a los obreros especialistas que no a las materias primas y a la construcción de las máquinas.
Con los primeros contingentes de tropa de la Guardia Roja salieron de Petrogrado y de Moscú los mejores obreros metalúrgicos y de las artes textiles, quienes dejaron la vida sobre el Don, en Akraisca, en todos los todos los puntos del país.
Las expediciones de aprovisionamientos nos quitaron los obreros especialistas también.
Cuando se desencadenó nuestra guerra civil, el ejército rojo fué el gran devorador de los obreros instruidos de Moscú, de Petrogrado, de Ivanowo Vosnosseusk, de la región de los Urales, de todos los campos y territorios de nuestra industria. cuando nosotros abrimos nuevas regiones a la revolución y fundamos el régimen de los soviets, en seguida concentramos en esas regiones una cierta cantidad de obreros instruídos.
Finalmente, el hambre, la dificultad de las habitaciones y el frío arrojaron a los trabajadores de los centros industriales en las aldeas y no sólo en las aldeas sino que también en las filas de los especuladores y de los pará.
sitos.
De esta manera sucedió y sucede hoy aún un desbande de la clase obrera y es para nosotros una de las primeras necesidades roh, compañeros! la de registrar todos los compañeros especialistas, o simplemente instruídos; considerarios como soldados de la industria, como sostén, apoyo, base de la fuerza creadora de nuestra república sovietista, de modo que ninguno de ellos quede inutilizado para la industria, como hoy sucede.
Las ngas sindicales cuentan 500. 000 obre.
ros industriales organizados, mientras que las Tábricas tienen solamente 850. 000 obreros de las correspondientes categorías.
Esto representa va una pérdida de 300. 000 obreros especialistas. Nosotros debemos buscarlos, organizarlos, registrarlos y sobre todo debemos empezar con el sistema del cumplimiento de la obligación de trabajo en forma que podamos dar a cada obrero especialista o instruido su libreta de trabajo.
Se comprende y resulta muy claro según ha dicho el compañero Rykow que nosotros no podremos en el año próximo adelantar un paso en el sentido de registrar y modificar las fuerzas del trabajo, si no resolvemos antes gradualmente, el problema de los medios de subsistencia. este respecto, la reconquista de los países de la frontera más ricos en medios de subsistencia nos abre hermosas perspectivas sobre las cuales hablaré más adelante.
Nosotros podemos alimentar los trabajadores y las trabajadoras con sus familias.
Las cifras tienen a este propósito un elocuente lenguaje.
Poco antes de la guerra, en el 1913, teníamos nosotros un superávit de 900 millones de pud de cereales frente a las necesidades del pais.
Calculando 19 pud por año por cada persona cantidad que ahora la clase obrera no puede tampoco soñar el excedente llega a 900 millones.
Durante los cinco años que precedieron a la guerra, fueron exportados cerca de 75 millones de pud al año.
Casi nunca, durante 15 años, la exportacion bajó de 50 millones de pud por año. Entonces, debemos recoger la tercera, la cuarta parte del excedente (porque también en esos tiempos había gente que se moría de hambre) y estaremos provistos para el próximo periodo económico.
Semejante tarea debe ser tomada en consideración por todos los órganos del Comité de subsistencia, por los del esfuerzo militar y por todas las instituciones sovietistas económicas del país, invariablemente como tarea principal, como la primera ante todas.
Así como ayer nos impusimos la tarea de defender las fronteras de la república, hoy debemos imponernos el deber de encontrar una cantidad suficiente de cereales, pescados, carnes, grasas; de concentrarla, cargarla, distribuirla, para asegurar a la clase obrera la necesaria ración mínima de víveres.
Cuánta relación existe entre la energia de los trabajadores y su alimentación no puede ser demostrada con cálculos teóricos. Un ingeniero, que dirige simples construcciones edilicias, me dijo que en prácticas ha calculado que aumentando la ración del doble la productividad del trabajo de los obreros aumentó de tres a tres veces y medio.
Esto trae naturalmente un ahorro colosal de habitaciones, de iluminación y de calefacción.
En una palabra, compañeros, no tenemos ne.
cesidad de estar asegurándonos reciprocamente cuanta ventaja exista en la buena alimentación de la clase obrera.
Debemos obtener y lo obtendremos que 400 millones de pud de cereales y lo demás que necesitamos sean concentrados en los más importantes centros industriales.
Allí crearemos las bases de subsistencia del proletariado, asi como hemos creado las bases de subsistencia para el ejército rojo.
Dinci Quién o qué cosa te da el derecho de hacer ésto o aquéllo? Lo que te da ese derecho es tu fuerza, tu poder y nada más.
Max Stirner.