CapitalismStrike

Año III TANDIL, o de JUNIO de 1924 Núm. 30 No hay emancipación de la mujer. La emancipación que nosotras mujeres libres, propiciamoe, en social, netamente social, Nuestra Tribuna La Interior Mad mental de la mujer es una menttra teológica, repetida y propagada por todas las congregaciones religio as y juridicas.
Redacción y Administración: Correo 52 Tandil QUINCENARIO FEMENINO DE IDEAS, ARTE, CRITICA LITERATURA Yalores y Giros a JUANA ROUCO Semestre 20 SUSCRIPCION MUNDIAL Un Año 50 SOLILOQUIO La Huelga General de Tandil La Mujer Obrera y la Ley de Jubilaciones Un rebelde no siempre es carácter; pero, sin capacidad de rebelión, no hay fortaleza de espíritu.
Almafuerte Ced Una nueva ley, injusta y draconiana, como todas las leyes, ha venido Afirmación obrera contra poner un gravamen en el sueldo mísero y por demás irrisorio que percibe la mujer internada en las fábricas, comercios y oficinas públicas.
la Ley de Jubilaciones El gobierno de esta libérrima república qțiere tender su manto protector sobre la mujer obrera, arrancándole de su salario mensualmente una cantidad de dinero para las Cajas de Jubilaciones.
Ocho días de huelga general en es No es suficiente la explotación que se ejerce sobre la mujer, sino que ta ciudad serrana, de afirmación obreaún vienen a sacarle con una ley impuesta por el gobierro, un pedazo más ra y de repudio contra la ley de jubide pan de la boca de los suyos, sometiéndola cada vez más y más a la tilaciones, tuvieron la virtud de dar una ranía y explotación capitalista.
dura lección de hechos a los ilustres parlamentarios argentinos que sancioLos beneficios que reporta esa ley son nulos. Nunca han beneficiado nan leyes que desgarran la soberanía las leyes a los trabajadores, por cuanto ellas son creadas para beneficiar del pueblo y ponen un nudo a los sena los capitalistas y al Estado, en perjuicio de la clase laboriosa que nunca tires reivindicadores de las masas popuede ser beneficiada por aquellos que, encumbrados en el poder, tiranipulares.
zan y expolian al pueblo trabajador. Habrá servido de dura lección a los La condición económica de la mujer obrera es por todos conocida.
poderes constituídos la fenecida protesta obrera como repudio a una ley Desde varios años a esta parte la ụtiliza el capitalista como instrumento deleznable que pretende menoscabar la para sus fines mezquinos y comerciales.
dignidad obrera del país y arrebatar a En las grandes ciudades la mujer puebla las fábricas y los talleres, los hogares, la leche y el pan de sus arrojando de su seno al hombre que vaga por la ciudad en busca de quien niños menesterosos, raquíticos y enquiera alquilar sus brazos. En el comercio y en las oficinas públicas tamclenques?
bién se emplea a la mujer y se le da preferencia para ocupar los puestos Si la protesta obrera contra la ley jubilaciones consiguió su verdaque quedan vacantes, quedando así sus padres y sus hermanos condenader o objetivo, tuvo en cambio la vita dos al hambre, mientras que la mujer rinde pingües ganancias a los usutud de demostrar con hechos y prue reros del capitalismo.
bas bien tangibles a los truhanes de Si la mujer es ocupada con preferencia, es porque ella trabaja por un las cámaras legislativas, que es pelijornal irrisorio. La sumisión y desconocimiento absoluto de sus derechos groso jugar con la dignidad y los inde productora, la arrojan ante la fiera voraz e insaciable del capitalismo tereses de los obreros. Si en verdad no alcanzaron los obreros de todo el que la explota y aniquila, haciéndola trabajar uni excesivo horario y realipaís a abatir la ley inicua, podrán es zar tareas por demás pesadas que desgastan y perjudican su salud sin imtar satisfechos, no obstante, de haber portarle este abuso a los capitalistas cometido con la mujer, ni mucho medemostrado a los parásitos de la polinos al gobierno. Los jornales que la mujer percibe en cambio de ese tratica, del agio y de la banca, que su conciencia y su dignidad es algo que bajc excesivo y aniquilador, son vergonzosos. Hay obreras que después no se abate así nomás en el primer de estar ocho y diez horas al pie de un telar o sobre el pedal de una máamago estatal; pues ella aún perma quina, con su espalda encorvada, es retribuído su enorme sacrificio con la nece en pie, firme y soberana, hasta suma de un peso cincuenta centavos por día, cantidad que no le llega ni sialcanzar la derogación completa de la ley de jubilaciones; hasta abatir, junquiera para sustituir la mitad de las necesidades de la vida.
to con ella, todas las leyes inicuas y Así es como se ve diariamente a la mujer obrera arrastrada a la prostodas las tiranías históricas.
titución, entregando su cuerpo por el infame dinero que no pudo conseguir La protesta obrera contra la ley de con su trabajo y el sacrificio de una vida llena de privaciones.
jubilaciones alcanzó en esta ciudad ¿Se ha preocupado nunca de esto el gobierno y los señores legisladocontornos no imaginados siquiera y res que hoy dicen sancionar una ley para beneficiar a la obrera. Han busproyecciones de altos relieves de afirmación inquebrantable de una conciencade alguna vez estos señores la forma para que la mujer obrera no adcia proletaria a toda prueba revolucioquiera en los antros de infección llamados fábricas, la tuberculosis que hoy naria. La huelga, al hacerse efectiva, mina el organismo de la mayoría de las jóvenes obreras. Ah, sí! Han dicfué unánime y completa. No circulo, tado leyes que han demostrado bien claramente la burla que se hace del durante los días de huelga, vehículo pueblo por medio de la sanción de leyes que nunca se cumplen. Por ejemalguno ni las fábricas y talleres vomitaban sus espirales de humo por la boplo: la ley de higienización del trabajo a domicilio; la ley de prohibición ca de sus piramidales chimeneas.
de ocupar menores de catorce años en las fábricas y talleres; la prohibiLa quietud y el silencio trajeron a ción absoluta de trabajar mujeres, después de los seis meses de embarazo; la ciudad la calma melancólica de la y otros tantos abortos de los señores legisladores que siempre han sido lenoche y el leve susurro del plácido tra muerta para el pueblo.
arroyuelo. La potencialidad del nervio ¿Quién no conoce las condiciones antihigiénicas en que trabajan esas del obrero y de la obrera permanecía inactiva en la producción, pero ameobreritas que habitan una inmunda piezucha en un conventillo. Quién no nazante y viril contra la imposición sabe que después de sancionada esa ley, el trabajo a domicilio se realiza tiránica de una ley de latrocinio.
en peores condiciones que antes de existir la misma. Es que acaso no hay Sólo debemos consignar un hecho: en las fábricas y oficinas públicas menores de catorce años y mujeres en que la cultura obrera, durante todos estado adelantado de embarazo? Esas leyes sirvieron para demostrar a la los días de huelga, estuvo a la altura mujer obrera, así como a todos los trabajadores, que las mejoras obtenidas.
de las circunstancias; no así las diay arrancadas al capitalismo han tenido que ser obra del esfuerzo común de riaş provocaciones de la policía y la cotidiana falacia irresponsable de un los trabajadores unidos en fuertes sindicatos de resistencia para arrancar panfleto local que tiene el mal gusto del capital un poco de más libertad y bienestar. Así sucederá ahora con la de responder al nombre de Nueva nueva Ley de Jubilaciones que el Poder Ejecutivo ha sancionado. Se les Era. Por qué no será vieja era? hará los descuentos a la mujer obrera, si es que ella no se dispone a defenEs digna de mención, también, la derse del robo legalizado que se le quiere hacer; se le arrancará de sus ya gallarda actuación de las muchachitas del Sindicato de Tejedoras, Mozos y pequeños sueldos unos centavos para llenar las arcas del Estado, y desAnexos y Trabajadores del Campo, copués se burlarán como siempre de la confianza del pueblo para con sus mamo así también de los obreros panayores opresores.
deros que reanudaron las tareas no ¡Sí, obrerita! Niégate a contribuir a las Cajas de Jubilaciones; no perpermitiendo a los patrones sacar nin mitas que la fiera insaciable del Estado arranque un pedazo más de pan de guna clase de descuento.
la boca de tus pequeños hijos o hermanos. La Ley de Jubilaciones es el roRecojamos, pues, algún ejemplo de bo y. la infamia legalizada para el pueblo trabajador!
experiencia que nos haya podido dejar la haelga fenecida.
La planta de la rebeldía es innata en nuestros cerebros; pequeñita y débil al principio, es como los arbustos del camino, de un color verde de esineraldas; es fanal que irradia luces de esperanza Nos rebelames contra nuestras madres en la primera infancia, porque nos dejan en la cuna o en el andador; más tarde en la escuela hablamos de las injusticias del maestro y nuestros puños se crispan de cólera. cuando nos falta ya el báculo de nuestros padres o preceptores y bregamos solos en la vida, entonces aumenta la brasa de la protesta porque es mayor la cantidad del combustible opresor.
He oído días pasados, a un niñito empleado en un comercio, llamar patrón al dueño del mismo. Me acerqué y le dije: No debes decirle patrón. Jlámalo Don, si así lo quieres, pero nunca patrón. puesto que dueño sólo tienen los ganados y esto porque les falta la preciosa manifestación de la palabra para darse el valor que merecen. Ojalá me haya entendido ese jiequeño y me obedezca. Tal vez empleando una expresión más digna, de un humano, para con otro igual, avive el recto crecimiento del arbolito noble. Desgraciado del que deja morir de raquitiquismo la plantita sagrada de la subleración. Infeliz del que la haga carecer del agua fertilizante de la lectura, del abono fecundante de los hechos injustos, del injerto, mejorador de las opiniones autorizadas. Feliz, en cambio, del que a su árbol no haga faltar los elementos necesarios al buen desarrollo. La planta se cargará del fruto dorado de la satisfacción de nuestros triunfos, aunque sean meros en su valor intrinsico! El fruto se abrirá y dará salida a las semillitas de la rebelión, que cayendo en tierra fértil formarán primero un plantel que se hará monte, que se hará bosque o selva espesa, perfectamente impenetrable, con la defensa de sus espinas y de sus fieras potentes!
Hermanitos! Haced que la protesta que arraigó sus raíces en vuestros pechos, crezca lozana, verde cual la esperanza, hoy y mañana, después que hayáis sufrido; roja, de un rojo intenso, como la entraña del eucalipto secular!
Violeta Bouilly Tandil.
NUESTRA TRIBUNA Con motivo de la última huelga general de protesta contra la ley de jubilaciones, no pudo aparecer nuestra hojita la quincena pasada.
De ello damos cuenta a nuestros lectores y paqueteros para que no piensen en el extravío de dicho número.