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AÑO NECOCHEA, 15 de Marzo de 1823 Núm. 15 No hay emancipación de la mujer. La emancipación que nosotras mujeres libres, propiciamos, es social, netamente social.
NUESTRA TRIBUNA La inferioridad mental de la mujer es una mentira to lógica, repetida prop da por todas las con ciones religiosas y furt QUINCENARIO FEMENINO DE IDEAS Redacción y Administración: JUANA ROUCO ARTE, CRITICA LITERATURA SUSCRIPCION Semestre Número suelto 10 LA RELIGION Cel ca Los lobos de la felicidad EDITORIAL Nosotros existimos porque nuestros padres se han amado, y ellos se han amado, porque nosotros, en forma de videa platónica) o atracción natural hemos creado el apasionamiento de ambos en Hubo un tiempo que ya pasó a la historia que la religión revistió un una suprema aspiración de vida.
El genio de la especie que cocarácter puramente transformador y educativo para el espíritu humano, educanoce el todo armónico posible ción religiosa que se trocó en mística y cristiana, inyectando a la especie humade constituirse con dos seres de na, en su total mayoría, a soportar las cosas terrenales con um estoicismo de diferente sexo y los une por me esclavos.
dio de la pasión, en bien del De aquí, de esta educación a toda vista falsa, parte el principio de que tercer ser que puede nacer de ambos.
tres partes de la humanidad se deje explotar humildemente, dócilmente, por una Nosotros, pues, habemos tam parte que nada produce, que vive en contínuo festin y que diariamente trata de bién de amar a un individuo oprimir a los que se ganan el pan con el sudor de su frente.
del sexo contrario, obedeciendo La incubadora de la desigualdad social es la religión Católica Apostólica el impulso de esos ciertos hijos, que constituirán la futura geneRomana y sus religiones similares que hendicen la explotación mas abyecta que ración, tanto mas bella y sana. tiene por norma esta bella sociedad civilizada, y recrimina, abomina, a los que cuanto mas perfecta sea la unión se rebelan contra esa explotación sistemática y legalizada por la Iglesia y por el moral y física de nuestro ser Estado.
con el otro. Qué misión comple la religión actualmente, en pleno siglo XX? La Esto lo dice Schopenhauer declarando la vida como el «por tarea odiosa de poner coto al libre pensamiento, aprisionarlo entre sus claustros; qué» del amor. Pero es innegala misión poco virtuosa de bendecir el crimen y la guerra, ya que no ataca ni ble que su verdad siológica re combate estos males, esta gangrena social; la misiún poco cristiana de predicar sulta un tanto ingénua, cuando desde el púlpito el odio a los «semejantes» que no comulgan con doctrinas abscontempla con un poco de nidad, la conducta de aquetratas y amalgamadas en la falsia depravada y el engaño funesto; la tarea delicallo ombres que sin ser anorda de dogmatizar la vida, haciendo del amor un burdo engaño, un sacrilego pecado, y del trabajo, honrado y fecundo, un interminable castigo que pesa soma ni estar enfermos, no sirven la noble causa del amor, bre las laceradas espaldas de la humanidad, como una cruz espantosa?
sin se hacen servir por esa ¿No es ésta la misión que hoy cumple la religión?
los placeres efímeros, des¿No es ésto lo que diariamente practican los ministros de Dios, los bucores de las felicidades más hos de sotána?
zitimas.
Esos hombres degeneran la ley ¿Qué la religión no bendice el crimen? Ahí está fresquita, en la vieja del amor en vicio sensual; casa Europa, la hecatombe guerrera y los trágicos sucesos por todos conocidos dos o solteros, divorciados o solde la Patagonia Argentina, y otras tragedias horrorosas que se sucedieron en el terones, viejos o jóvenes. lindos horripilantes, excépticos o pecurso de la historia, negra y nefanda para el clero mundial. Qué hizo la relisimistas, desdichados o cínicos, gión para que las grandes guerras no se sucedieran, para que las grandes tragedias se convierten en raros mulsuma no encontrasen éco en la humanidad oprimida? Nada, absolutamente nada; por nes sin serrallo ni fortuna. Ellos el contrario, ha contribuido a impulsar estos males, los ha bendecido.
tienen continuamente la garra Juzgar la obra nefasta que la religión ha hecho en la humanidad, es taextendida hacia todas las mujerea digna de todos los que luchan para que el globo terráqueo no sea un valle res jóvenes que tratan en las casas de familia, en el taller, en de lágrimas, y sí un mundo de amor y de alegría!
las oficinas, o pasan por su escritorio de «personaje influyen te. solicitando algo que no es Que nadie se asuste, pues, que la religión Romana ysus similares, mar precisamente «amor. chan a toda electricidad a estrellarse en los más hondos abismos de su fúnesta Los excépticos no creen en la virtud de las casadas ni en la obra de sus orrendos crímenes.
castidad de las solteras y consiLa mujer, en la que hasta ayer cifró la religión todas sus esperanzas paderan la aventura solicitada, co ra mantener imcolune todas sus trapisondas, hoy abre sus ojos a la realidad mo una de las tantas posible de la vida y del momento histórico que vivimos, no estando más dispuesta a meute «corridas por esa perso ser instrumento y sostén de la iglesia, del cura vicioso inmoral na: por otra parte no les interesa mucho la cuestión, fesionario que pervierte los mas puros y sanos sentimientos de las doncellas, Los pesimistas que consideran haciendo éstas practiquen una sexualidad viciosa, despertando sus instintos la existencia como un mal, no para los placeres más refinados de la «tentación de la carne. que tanto aborespetan su teoría en el sentido minan los célibes de la iglesia.
de considerar un mal también a La religión se vá, se extingue, se muere.
la mujer; tratan de atraparla con Las mujeres, hasta ayer, todo el amargor de las persecu.
cresas ignorantes, eran su sostén más directo; hoy le hacen el vacío. Nuesciones, sin amor y sin espirituatra impenitente propaganda, nuestra obra de cultura y de emancipación, de lidad. El conquistador por jacliberación de libertad, jamás escatimó sacrificios para ilustrar a la mujer y tancia, se dedica a la caza por hacerla compenetrar de su verdadero rol que debe desempeñar en la vida, cosimple amor al arte de la menmo mujer y como madre.
tira y por darse el placer (9) de declarar a voz en cuello que ninNo olvidar que la religión es uno de los más poderosos baluartes del guna mujer se le ha resistido; capitalismo, y por ende, una potencia que trata de poner una muralla a nuesesos son los que se convierten tras sublimes aspiraciones de libertad humana.
en sultanes cuando ocupan, por Nuestros más certeros ataques, entonces, deben dirigirse a ese baluarte desgracia, un puesto desde el cual deben atender señoras y sede obstrucción para el progreso y de obscurantismo para la humanidad.
ñoritas, directa o indirectamente.
Cesen las mujeres de ser instrumentos de la iglesia y de los curas, falEl vicioso incontinente, aquél sos apóstoles de la religión, y ésta sucumbirá para siempre en la negra historia que sufre la obsecación de la mu de su existencia.
jer que pasa a su vera, sea cual ¡Aprestémonos, entonces, todas las mujeres, a dar el golpe mortal a fuere su estado, sea o no sea feliz, es un tipo que llega a la coésta Hidra de cien cabezas: la religión bardía de la violencia con toda la gridéz de su brutalidad.
El desilusionado, ol que lleva un fardo de arrepentimientos amorosos en el alma, o ha de rrochado el tesoro de su fe en el amor, vé su rehabilitación en cualquiera y en todas las mujeres habladas o vistas. Vá a ellas como un alucinado, a sacudirlas con su repugnante calamidad y al no encontrar el agua apetecida, la busca en otra y en otras más.
Estos son los lobos de la Felicidad, los que asaltan la alegria de los enamorados, la serenidad de los esposos, la ternura de las madres y la ingenuidad de las inocentes. Son los lobos de la Felicidad, porque ahi, donde los ven, preparan el ataque brutal.
mente solo para satisfacer una pasajera necesidad fisiológica, haciendo nacer en unos, la discordia, en los otros, los celos; sembrando allá el terror, aqui la malicia y la corrupción. El amor dice Schopenhauer no se contenta con un sentimiento reciproco, sinó que erige la posesión misma. Por ticotrario sucede que no pusier do ser pagados con la moneda del amor recíproco, gentes musena.
moradas, se contentan Cla posesión. Ante todo, debemgs convenir en que los lobos de la Felicil no están ni remotamente na.
morados de sus víctimas. ai les interesa el amr recípror, lo único que desean es la posesión, el placer.
Lo sentido por ellos no pue le clasificarse ni de «amor vulgar. por cuanto éste busca cuando menos, salud, fuerza, belleza; y ellos no retroceden ante el raquitismo y la fealdad: les basta la figura de mujer.
El concepto de que el hombre es polígamo por naturaleza, tampoco atenúa esta falta de moralidad, por que ella es el punto diametralmente opuesto a la fidelidad vitalicia un tanto problemática que exigen a los hombres amados, las mujeres muy enamoradas. En la Naturaleza, dice el filósofo alemán para alcanzar su fin. la conservación de la especie embauca al individuo con una anagaza en la cual vé como un iluso, su propia ventura, en lo que en realidad solo es el bien de la especie. Esto será así en las bestias que tienen su época de celo en la cual trabajan únicamente para la conservación de la especie, pero en los hombres no es, ni mucho menos: ante todo, no ven como ilusos su ventura porque van conscientes a ella y por ella única y exclusivamente.
Iluso sería quien considerara estas realidades estériles como el bien de la especie humana.
El individuo no es en estos casos un esclavo de la Naturaleza que cree satisfacer sus propios deseos, al coutrario, la Naturaleza es una esclava prodigadora inconsciente de órganos y funcio.
nes para la satisfacción de los deseos venales del individuo.
Los deseos no son instintivos, son viciosos porque el instinto nos guía a la elección séria y prolija de la persona a quien se ama yó a la posesión de la cual se del conque