SocialismWorking Class

Año lo. de Mayo de 1929.
No. LABOR EL INTELECTUAL EL OBRERO, por Manuel González Prada.
ADMONICION DEL lo. DE MAYO LO SLIBROS EL DEVENIR DE LA POLITICA MUNDIAL, por Eudocio Rabinda EN DEFENSA DE LA ASOCIACION DE PROFESORES DE CHILE, por Gerardo Seguel PROBLEMAS DE ORGANIZACION SINDICAL. LA EDUCA CION OBRERA.
PERSPECTIVAS DEL PROLETARIADO GRAFICO, por Manuel Zerpa.
LA LUCHA OBRERA EN COLOMBIA, por Demetrio Tello POLITICA PATRONAL POLITICA OBRERA, por Ricardo Martí nez de la Torre.
CONTRA LA GUERRA. LA CONFERENCIA SINDICAL SUDAMERICANA DE MONTEVIDEO.
VIDA SINDICAL. Manifiesto del Comité Pro 1o. de Mayo al Proletariado del Perú.
QUINCENARIO DE INFORMACION IDEAS PAGINAS 10 CENTAVOS SOCIEDAD EDITORA AMAUTA WASHINGTON IZQUIERDA 544 970 CASILLA DE CORREO 2107.
Lino. Part El intelectual el obrero Por Manuel González Prada Piensan y Discurso leido el 1o. de mayo de 1905 en La Federación de Obreros Panaderos. aprovamente manual?
cevi lan: el herrero at forjar una cerradura, el albañil al nivelar una pared, el tipógrafo al hacer una compuesta, el carpintero al ajustar un ensamblaje, el barretero al golpear en una veta; hasta el amasador de barro piensa y cavila. Sólo hay un trabajo ciego y material el de la máquina; donde funciona el brazo de un hombre, ahi se deja sentir el cerebro. Lo contra rio sucede en las faenas llamadas in telectuales: a la fatiga nerviosa del cerebro que imagina o piensa, viene a jun arse el cansancio muscular del organismo que ejecuta. Cansan y Rgobian: al pintor los pinceles, al escultor el cincel, al músico el instrumento, al escritor la pluma; hasta al orador le cansa y lo agobia el uso de la palabra. Qué menos material que la oración y el éxtasis? Pues bien: el místico cede al esfuerzo de hincar las rodillas y poner los brazos cruz.
Las obras humanas viven por lo que nog roben de fuerza muscular y de energía nerviosa. En algunas líneas fé.
rreas, cada durmiente representa la vida de un hombre. Al viajar por ellas, figurémonos que nuestro wagón se desliza por rieles clavados sobre une serie de cadáveres; pero al recorrer museos y bibliotecas, imaginémonos también que atravesamos un especie de cementerio donde cuadros, estatuas y libros encierran no sólo el pensamiento sino la vida de los autores Ustedes (nos dirigimos únicamente a los panaderos) ustedes velan ama sando la harina, vigilando la fermentación de la masa y templando el calor de los hornos. Al mismo tiempo, muchos que no elaboran pan velan también, aguzando su cerebro, manejando la pluma y luchando con las formidables acometidas del sueño: son los periodistas. Cuando en las primeras horas de la mañana sale de las prensas el diario húmedo y tentador, a la vez que surge de los hornos el pan oloroso y provocativo, debemos demandarnos. quién vechó más su noche, el diarista o el panadero?
Cierto, el diario contiene la enciclopedia de las muchedumbres, el saber propinado en dosis homeopáticas, la ciencia con el sencillo ropaje de la vulgarización, el libro de los que no tienen biblioteca, la lectura de los que apenas saben quieren leer. el pan? símbolo de la nutrición o de la vida, no es la felicidad, pero no hay felicidad sin él. Cuando falta en el hogar, produce la noche y la discordia, cuando viene, trae la luz y la tranquilidad; el niño le recibe gritos de júbilo, el viejo con una sonrisa de satisfacción ΕΙ vegetariano que abomina de la carne infecta y cri.
minal, le bendice como un alimento sano y reparador. El millonario que desterro de su mesa el agua pura y cristalina, no ha podido sustituirle ni alejarle. Soberanamente se impone en la morada de un Rothschild y en el tugurio de un mendigo. En los lejanos tiempos de la fábula, las reinas cocían el pan y le daban de viático a los peregrinos hambrientos; hoy le amasan los plebeyos y como signo de hospitalidad, le ofrecen en Rusia a los zares que visitan una población. Nicolás II y toda su progenie de tiranos dicen como al ofrecimiento se responde con el látigo, el sable y la bala.
Si el periodista blasonara de reali: اور الحمدان No sonrian si comenzamos por trelucir los versos de un poeta. En la tarde de un dia cálido, la Naturaleza se adormece a los rayos del Sol, como una mujer extenuada por las caricias de su amante.
El gañán bañado de sudor y jadeante, aguijonea los bueyes; mas de súbito se detiene para decir a un joven que llega entonando una canción. Dichoso tú! Pasas la vida cantando, mientras yo, desde que nace el Sol hasta que se pone, me canso en abrir el surco y sembrar el trigo. Cómo te engañas, oh labrador. responde el joven poeta. Los dos trabajamos lo mismo y podemos decirnos hermanos; porque, si tú vas brando en la tierra, yo voy sembrando en los corazones. Tan fecunda tu labor como la mia: los granos de trigo alimentan el cuerpo, las canciones del poeta regocijan y nu. ren el alma.
Esta poesía nos enseña que se hace tanto bien al sembrar trigo en los campos como al derramar ideas en los cerebros, que no hay diferencia de jerarquia entre el pensador que labova con la inteligencia y el obrero que trabaja con las manos, que el hombre de bufete y el hombre de taller, en vez de marchar separados y considerarse enemigos, deben caminar insepayablemente unidos.
Pero existe acaso una labor puramente cerebral y un trabajo exclusi en con sem Julio Antonio Mella, valiente tribuno de la Revolución socialista, mesinado por mercenarios de la Reacción en México en 1929.
zar un trabajo más fecundo, nosotros le contestariamos: sin el vientre no funciona la cabeza; hay ojos que no leen, no hay estómagos que no co man II Cuando preconizamos la unión o alianza de la inteligencia con el trabajo no pretendemos que a título de una jerarquia ilusoria, el intelectual se erija en tutor o lazarillo del obrero. la idea que el cerebro ejerce fun.
ción más noble que el músculo, debemos el régimen de las castas: desde los grandes imperios de Oriente, figuran hombres que se arrogan el derecho de pensar, reservando para los muchedumbres la obligación de creer y trabajar.
Los intelectuales sirven de luz; pero no deben hacer de lazarillos, sobre todo en las tremendas crisis sociales donde el brazo ejecuta lo pensado por la cabeza. Verdad, el soplo de rebeldía que remueve hoy a las mul.
titudes, viene de pensadores o solitarios. Así vino siempre. La justicia nace de la sabiduria, que el ignorante no conoce el derecho propio ni el ajeno y cree que en fuerza se resume toda la ley del Universo. Animada por esa creencia, la Humanidad suele te.
ner la resignación del bruto: sufre y calla. Mas de repente, resuena el eco de una gran palabra, y todos los resignados acuden al verbo salvador, como los insectos van al rayo de Sol que penetra en la oscuridad del bosque.
El mayor inconveniente de los pensadores figurarse que ellos solos poseen el acierto y que el mundo ha de caminar por donde ellos quieran y hasta donde ellos ordenen. Las revoluciones vienen de arriba se operan desde abajo. Iluminados por la luz de la superficie, los oprimidos del fondo ven la justicia y se lanzan a conquistarla, sin detenerse en los medios ni arredrarse con los resultados. Mientras los moderados y los teóricos se imaginan evoluciones geométricas o se enredan en menudencias y detalles de forma, la multitud simplifica las cuestiones, las baja de las alturas nebulo.
sas y las confina en terreno práctico.
Sigue el ejemplo de Alejandro: ne desata el nudo, le corta de un sablon 20. Qué persigue un revolucionario?
influir en las multitudes, sacudirla, despertarlas y arrojarlas a la acción.
Pero sucede que el pueblo, sacado una vez de su reposo, no se contenta con obedecer el movimiento inicial, sino que pone en juego sus fuerzas latertes, marcha y sigue marchando hasta ir más allá de lo que pensaron y qui.
sieron sus impulsores. Los que se li furaron mover una masa inerte, se hallan con un organismo exuberante de vigor y de iniciativas; se ven COR otros cerebros que desean irradiar su luz, con otras voluntades que quieren imponer su ley. De ahí un fenómeno muy general en la Historia: los hombres que al iniciarse una revolución parecen audaces y avanzados, pecan de tímidos y retrógrados en el fragol de la lucha o en las horas del triunfo. Asi, Lutero retrocede асоbardado al ver que su doctrina pro.
duce el levantamiento de los campesinos alemanes; así, los revlucionarios franceses se guillotinan unos a otros porque los unos avanzan y los otros quieren no seguir adelante o retrogradar. Casi codos los revolucionarios y reformadores, se parecen a los niños: tiemblan con la aparición del ogro que ellos solos evocaron a fuerza de chillidos. Se ha dicho que la Humanidad, al ponerse en marcha, comienza por degollar a sus conductores; no comienza por el sacrificio pero suele acabar con el ajusticiamiento, pues el amigo se vuelve enemigo, el propulsor se transforma en rémora.
Toda revolución arribada tiende a convertirse en gobierno de fuerza, todo revolucionario triunfante degenera en conservador. Qué idea no se degrada en la aplicación. Qué reformador no se desprestigia en el poder?
Los hombres (señaladamente los políticos) no dan lo que prometen, ni la realidad de los hechos corresponde a la ilusión de los desheredados. El descrédito de una revolución empieza el mismo día de su triunfo; y AL:NIN ARTE REVOLUCIONARIO MEXICANO LOS CAMPESINOS.