BourgeoisieCapitalismIndividualismJosé Carlos MariáteguiProfinternSubversiveWorkers MovementWorking Class

PAGINA No. LA 0 No. L B OR PAGINA E DICIONES DC M U A sus ramental pura, era la liberación de toda anécdota, de todo pretexto literario, de toda estimación y pretexto extrapictórico, para producir una obra en la cual sólo existieran valores plásticos, es decir, que ambos movimientos tienen de común, el esfuerzo encaminado a reducir el hecho pictórico a la más estricta y pura objetividad plástica, dando a la forma y al color un valor expresivo, y no, a la vieja manera académica, descriptivo, emancipándolos de todo aquello que no fuera expresión de la irreductibilidad temperamental del cada pintor. La Escuela de Santa Anita, sirve de iniciación a ese intento: de la de Chimalistac, saJen Fernando Leal, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Matco Bolañoz, que constituyen la legítima y auténtica avanzada del movimiento pictórico revolucionario mexicano. Concluirá en el próximo número)
LUIS VALCARCEL. Tempestad en los Andes 00 sa, como el estallido de un ansia, difícilmente reprimida, de liberación.
El artista, con el impresionismo, se adueña de su libertad, y, escudándose en su individualismo, que es la defensa de esa libertad tan penosamente conquistada, produce un arte que se obliga y responde, únicamente, al acerbo y al estímulo individuales. Cuando surge y salta a la superficie, como un fenómeno social incontrovertible, flagrante, la pugna y el antagonismo entre el capital y el proletariado, el artista, el intelectual, encastillados en su individualismo, siguen con él y fuertes con él, produciendo un arte de intereses y valores puramente intrartística, limitados por una área de posibilidades y especulaciones estéticas, arte desvinculado de toda realidad social, ininteligible lo mismo para unos que para otros, sin partido de clase, dirigido sólo a un exiguo sector, a esa aristocracia de la inteligencia, que forman, aislados de las pasiones multitudinarias, los obreros intelectuales. Causas y explicaciones de esta desvinculación? Dos poderes, des potencias, se disputan el campo, en ofensiva declarada: dentro de la sociedad capitalista, existen, en gestación, latentes, los gérmenes de disolución, signos inequívocos del desastre que se avecina. Siguen perdurando, no obstante, los sistemas y el orden capitalista, y en apariencia, engranaje y marcha se sostienen firmes e inconmovibles. Salidos de la burguesía, pertenecientes y procedentes en casi su totalidad a las clases medias, los intelectuales, los artistas, heredan, con esa procedencia, los prejuicios de clase, y en realidad, excecrando, según su decir, a la burguesía y la mediocridad burguesa, al hacer un arte de minorías, cerrado, hermético, intra artístico, perpetúan el clacisismo burgués, sus limitaciones, y al mismo espíritu de que dicen volver y que pretenden negar con su obra. El post impresionismo, desde el cubismo acá, con tode la sucesión ininterrumpida de ultraísmos artísticos, ha sido, por esa misma limitación, por su valor y trascendencia puramente y exclusivamente intrartística, a través de cada una de sus fases y manifestaciones, condenado, por su carencia de contenido humano, de vinculación con las grandes pasiones de la masa, a la más completa esterilidad, a una vida efímera infecunda, sin unirse a la vida, pletórica y agitada de nuestra época, que lo es de pugna implacable y apasionada. Pero de esto, nada saben los ultraísmos artísticos al uso.
JOSÉ EGUREN. Poesias 00 JOSE CARLOS MARIÁTEGUI. Ensayos de interpretación de la realidad peruana Un capítulo de El Aguila y la Serpiente 80 (Viede de la página 2)
Entre a RICARDO MARTINEZ DE LA TORRE. El Movimiento Obrere en 1919 50 De vena en las principales librerias Depósito: LIBRERIA MINERVA, SAGASTEGUI 669 La Administracion de Amauta envía franco de porte a provincias, al recibo del importe en estamplllas.
Próximamente: Obras de Antenor Orrego, Jorge Basadre, Uriel García, Xavier Abril, Magda Portal, Armando Bazán, Alberto Hidalgo, Abraham Valdelomar, César Falcón, Emilio Romero, Martin Adár, etc.
LUCIANO CASTILLO ABOGADO Atiende con solicitud defensas de empleados y obreros Matavilela 330 Teléfono 1732 Porque para él la experiencia de la ocupación norteamericana de Veracruz proyectaba, bacia el futuro, combras siniestras. Esta ocupación militar deciatiene toda la fuerza de un anuncio de lo que pudiera ser en mayor escala.
Materialmente, los americanos nos han hecho aqui de paso, o simulan hacernos, ciertos pequeños bienes, algunas mejoras externas de orden menor. Por ejemplo: han envuelto en tela metálica el Mercado y la Carnicería, para acabar con las moscas. No es mucho. Pero espiritualmente. Para comprender lo que esto significa espiritualmente aparte la humillación fundamental, basta con fijarse en lo que pasa a la puerta de nuestras tiendas y tabernas cuando alguno de los oficiales o soldados invasores desmonta para entrar en ellas: no faltan, entre los desocupados que andan por sllí, quienes se disputen y son veracruzanos el honor y las ventajas de tener por la rienda el caballo. poco rato el oficial o soldado sale de la tienda, requiere su cabalgadura y rroja una peseta a los lacayos.
go Lucio Blanco llegaría a Méjico con la vanguardia de las tropas revolucionarias, formadas principalmente, con los formidables cuerpos de caballería que dependían de él de manera directa. Lucio, en todo evento, sabría protegernos.
Quisimos ser leales con Breceda hasta en aquello; de suerte que lo invitamos a que, adelantando su viaje, vjniera con nosotros. El opuso al principio algunas dificultades, porque no veía la cosa del todo clara; pero cuando lo entero Domínguez de que contábamos con amigos que podrían ayudarnos en el viaje en caso de que se nos descubriese, los cuales, agregó, eran bastante fuertes para librarnos de un contratiempo serio, en el supuesto de entorpecerse los arreglos entre lturbide y Carranza, Brecede aceptó de buen grado y se unló a nosotros para hacer los preparativos de marcha.
Yo opinó que lo mejor sería viajar confundidos con los pasajeros de primera o segunda clase. Breceda creyó que era más seguro recluírnos en el gabinete del pulman, y eso fué al fin lo que hicimos. las siete de la mañana salió el tren. Ibamos con las cortinas bajadas; pero por entre los resquicios que quedaban entre las orillas de la tela y el marco de los cristales se colaban en el gabinete unos cuantos rayos de luz que venían a inundarnos en dulce penumbra. Por allí también vislumbramos los primeros paisajes del camino y una que otra escena de la es.
tación inmediata.
Más allá de los Cocos salimos de la jurisdicción militar de las tropas extranjeras y entramos en las avanzadas de los federales. Ya estamos en terreno enemigo dijo Breceda. Si contesto Dominguez. ener migo, pero libre de invasores.
El tren se detuvo. Afuera se oian voces y mucho movimiento de gente.
Tiramos ligeramente de las cortinas y nos pusimos a espiar. Frente nuestro vagón estaba un piquete de soldados. Veiamos la doble fils de rostros obscuros, humildes, tristes, bajo la forma ridícula de los kepis de peno. Lucian al sol los marrazos. Un sargento, tras de pasearse varias veces ante su pequeña tropa, vino a situarse a medio metro de nuestras ventanillas. Estraña emociona us tiempo mezcla de inquietud y regoci.
jola de ver otra vez de cerca aquellog uniformes azules con vivos e insignias rojas!
no a derivar en que, por muchos años, ellos vinieron a albergar únicamente a la parte de la clase obrera que lue.
go degeneró y constituyó la llamada aristocracia obrera. parte ésta que sigue dominando en muchas organizaciones obreras. a propósito de esto último, les qué puede hablarse de aristocracia obrera. es justa esta terminologia?
Si tomamos a la clase obrera ea su conjunto, vemos que ella no es uniforme, que en su seno hay diferentes capas, y que las condiciones de salario, de vida y de trabajo de las diferentes categorías de obreros de un mismo país, son muy diferentes. Para demostrarlo no es necesario ir buscar ejemplos en la vieja Europa capitalista o en los Estados Unidos. La América Latina nos los ofrece bastantes para comprobar la veracidad y justeza de esa calificación.
nosotros existen, también, determinadas capas de trabajadores que, condicionalmente y frente a otras capas de obreros, pueden ser calificados como pertenecientes a la aristocracia obrera.
Si es que tomamos en la Argentina a los maquinistas, ferroviarios, a cierta categoría de obreros de las artes gráficas y a los obreros que se hallan, como suele llamarse, bien colocados en las distintas empresas capitalistas, y los comparamos con los peones, guardas y demás obreros de los ferrocarriles, o con las categorías inferiores de los obreros gráficos, con los obreros de los frigoríficos, tranviarios, textiles, cigarreros, fosforeros, etc. etc. vemos que los primeros ganan salarios tres o cuatro veces superiores a los de estos últimos que todas sus condiciones de vide, som muy superiores a las condiciones de la gran masa obrera. El mismo espectáculo se observe en Chile, Bolivia, Colombia, Cuba, Méjico y en todos los demás países de la América Latina, Agréguese a esto la gran diferencia de salarios que existe en todos estos países, donde predominan en absoluto los capitales yanqui e inglés, entre los trabajadores nativos y los obreros norteamericanos e ingleses y se tendrá una idea más completa de lo importante de esta cuestión, III sus o y 22 Dr. AMADOR MERINO REYNA Ex médico de los hospitales de Lima. Medicina y Cirujía General. Enfermedades génito urinarias CONSULTAS DIARIAS: de a p.
Calle Cañete No. 761 Teléfono 3166 Dr. LUIS ESPEJO MEDICO CIRUJANO MEDICINA GENERAL Teléfono 39 84 Pobres 986 (altos)
Horas do Consulta: de a h.
con la legal aplicable y hábil, sobre el mismo campo, imponiendo la fuerza de los hechos consumados, reparaba la profunda e inhumana injusticia del latifundismo, distribuyendo las tierras entre gentes, armándolas con el arado al par que con el fusil.
Surgida y desarrollándose dentro de ese ambiente, caótico, confusionario, dentro de esa atmósfera saturada de pasiones y sed de venganza y reparación, difícilmente refrenables, se desataron turbulentamente las pasiones y los instintos populares, de la masa, de la indiada, y atropelladamente, avasalladoramente, el alma mexicana desplegóse y se desbordó con ella, y con ella caminó. Tras largos años de contención, de silencio y pasiones concentradas, años que para la indiada fueron cuatro siglos de sumisión y vasallaje, los sentimientos y pasiones populares se desataban y al hacerlo, lo hacían a vasalladoramente, impetuosamente, mostrándose el alma popular al desnudo, tal cual ella es, a carne vive. El indio, convertido en héroe principal factor de la revolución, fué, en aquellos momentos, la verdadera y fiel revelación y fiel testimonio del alma mexicana.
Esta desorientación inicial. esta serie de problemas que, de pronto, salían a superficie, atropelladamente, la acción apasionada y desbordante, que imponia la revolución y su marcha irrefrenable, produjeron, necesariamente, una fuerte y vigorosísima exaltación individual. En este medio anárquico, desconcertante, confusionario, en que se caminaba sin guía, confiándose al instinto. sin cabal conciencia de los fines que se perseguían, esta exaltación individual y las manifestaciones del más impulsivo y exacerbado individualismo tenían que producirse, necesariamente, y así ocurrió: los impulsos individuales, el instinto, la curiosidad y la iniciativa individuales se desataron, manifestándose en forma irresistible y avasalladora.
Unase y asociese a este cambio profundo de la conciencia y ese desbordamiento de instinto y pasiones despertados por la revolución, el cambio de escenario que ésta trajo consigo. En efecto, la revolución, cambió radicalmente, de una manera total, el escenario y los personajes de la vida mexicana, sus tragedias y sus héroes. Una subversión de la magnitud de la que en México se producía, tenía que ocasionar a su vez, un cambio total en su vida y en su escenificación.
Para el observador, para el contemplador, para el artista, la revolución, como sus gestas, sus pasiones, su profunda y humaniísima tragedia, constituye una fuente completamente virgen, apasionante y sugestiva, de emociones y vivísimo interés. Sus héroes, sus protagonistas, huestes, salen de la indiada, ctro factor que impone un cambio profundo en la vida mexicana, puesto que, en él, el indio mexicano deja de ser un simple. objeto de curiosidad histórica o folklórica, pasando a ser un agente vivo y decisivo de un momento álgido de la vida de México, y el caudal de sus posibilidades para el futuro. El ambiente de la revolución, creó, pues, un nuevo escenario, que se ofrecía a los ojos del contemplador y solicitaba la curiosidad de las gentes de México, de sus artistas, con la atracción irresistible de su enorme sugestividad y su apasionante humanismo, mexicanísimo.
No se hicieron sordos a esta solicitud los artistas y pintores mexicanos. Necesitados y ávidos de nuevos horizontes, de nuevas fuentes de interés, de nuevas posibilidades estéticas, este escenario, sugestionante, fuerte y truculento, de una emocionante y vigorosa plasticidad, les dió temas y materia suficientes para satisfacer y saciar ese afán, proporcionándoles estímulos bastante poderosos y apasionantes para acabar con los viejos moldes académicos, convencinalismos y artificios, e intentando, frente a ese escenario, un arte de honda raigambre humana, nuevo desde sus raíces, saturado de una emoción fecunda, viva y palpitante, arrancada de una realidad próxima y de apasionante sugestividad.
Pueden facilmente marcarse, dentro del proceso de la pintura nexicana y psi revolucionaria, dos momentos, que seña dentro de él la sucesión de dos procesos que, concurriendo unas veces y otras interfiriéndose, nos permitirán llegar al actual momento de la nueva pintura mexicana, logrado ya, de una poderosa substanciación humana y revolucionaria.
En el primero de esos momentos, cuando la revolución provocó en el campo artistico un cambio de estímulos y de intereses, el ambiente creado por ella y la nueva escenificación constituyen para los pintores mexicanos simples temas de curiosidad y de interés estético.
Se ha producido un cambio escénico, salen a escena nuevos elementos y factores, y el pintor es seducido y llamado por la novedad, por la sugestión y el estímulo, puramente estético, plástico, que encierran esos temas y este nuevo ambiente. La revolución alterando desde sus cimientos la vida mexicana, provocando manifestaciones insospechadas, sacando a superficie cosas hasta entonces ocultas, ofrece nuevas posibilidades de emoción, nuevas fuentes de interés y de curiosidad, y los pintores echan mano de ellas para saciar su afán renovador, para satisfacer la necesidad que les urgía de nuevos moldes y formas nuevas, afán y necesidad meramente estéticas, sin trascendencia extrartística, que el espíritu subversivo y revisionista de la revolución infiltró en todas las conciencias, a manera de un poderoso y tonificante revulsivo individual. De esta forma, la revolución repercutió en el campo artístico: la grandiosidad de su escenario, el tumulto de pasiones que ella provocara, no cabían dentro de los viejos moldes académicos, exigian y pedían una expresión directa, viva, de raíces mexicanas, es decir, una completa renovación del material plástico y de las posibilidades expresivas, y así, determinada por exigencias de orden artístico, de plasticidad, es que surgió el primer intento y el primer esfuerzo de renovación.
Es indudable que la revolución trascendió inicialmente al campo artístico, como un movimiento y un intento limitado, intrartístico, exclusivo. Se rompe con los viejos moldes, un afán instintivo de libertad sacude todas las conciencias, y cada pintor busca sus propios derroteros y los caminos que su instinto le indican. Muchos de los pintores de la nueva generación forman en las filas revolucionarias, y en una u otra forma, todos ellos son actores de esta gesta, tumultuosa y apasionante. Pero, apenas iniciándose, caótica, la revolución, en sus etapas iniciales, no se presentaba con rasgos lo suficientemente firmes y definidos, con clara conciencia de sus propósitos, para que sus ideales humanos, sus ansias y aspiraciones, el afán de reivindicacionismo gocial y económico en que se inspirara, informaran y nutrieran substancialmente, dándole contenido y vivificación, a la obra de los pintores mexicano. Estimuló, es cierto, la iniciativa y la curiosidad individuales, provocó un afán y un impulso renovadores, despertó nuevas ansias y apetitos emocionales, pero a este impulso, era necesario buscarle un de rrotero, un camino, una finalidad, un contenido. El primer paso, fué despojarse del lastre del pasado, de los convencionalismos académicos, e iniciar otros caminos: ya en ellos, un esfuerzo vigoroso, heroico, de renovación artística, guiado por el instinto más que por otra cosa, rriesgándolo todo en carninos cuyo finai se desconocía, virgenes inexplorables, señaló y constituyó los primeros valentía y audacia, por la nueva pintura revolucionaria; los momentos pasos dados con heroicos de las escuelas libras de pintura de Santa Anita y Chimalistac señalan esta iniciación y bien puede decirse que en ellas, seguramente, de una manera inconsciente e impremeditada, se repiten la historia y el proceso de los impresionistas franceses, tanto porque ambos movimientos representan una liberación individual y una reacción vigorosa contra viejas rémoras, como porque en los dos, lo que se perseguía, como camino para ligerar esa liberación individual y una expresión tempesug Tres días después de nuestro encuentro con Breceda supimos a ciescia cierta que Eduardo Iturbide había entablado tratos con Carranza para entregar a éste la ciudad de Méjico.
En vista de eso Dominguez y yo acordamos partir desde luego, a fin de estar en la capital antes que don Ve nustiano, poes quizás así lográramos impedir que se nos deportase, de lo que corriamos peligro más que probable. Nuestra esperanza se fundaba en la suposición de que nuestro amiDr. EDUARDO GOICOCHEA MEDICO Especialista en enfermedades de ni.
ños. Graduado en las Universida.
des de Londres, Madrid y Lima Consultas de a 25 Quilca, 204 TELEFONO 34 82 Nuestra tarea, entonces, al traducir de las Conferencias mencionadas, las partes que versan sobre los problemas anteriormente indicados, consistirá en adaptarlas a las características del movimiento obrero de la América Latina y en dar algunos esquemas y diagramay, que faciliten la comprensión de estos importantísimos asantos. entremos en materia.
La forma más antigua y primitiva de las agrupaciones de trabajadores, la constituyeron una innumerable serie de diferentes sociedades de socorTog o ayuda mútua, que recién a fines del siglo XVIII y a principios del IXX, comenzaron, en parte, a lenar las funciones de sindicatos. Eg en esa época, cuando estos aparecen, aunque en forma embrionaria. Pero, log obreros que crearon las primeras agrupaciones perseguían como finalidad, por excelencia, la ayuda mútua en casos de desgracias, en casos de muerte de algunos de los miembros de la familia, etc. En qué se diferencian los sindica.
tos de las sociedades o gremios motualistas. por qué denominamos a una agrupación de obreros SINDICATO, y a la otra, SOCIEDAD mutualista? La diferencia fundamental reside on el hecho de que la sociedad mutualista, o de socorrog mútuos, tiene por objeto ayudar o auxiliar individualmonte, en ana u otra forma, a sus miembros en caso de necesidad, desgracia, enfermedad, etc. mientras que el Sindicato tiene por objetivo di Yigir y ayudar a todos sus miembros en la lucha contra los patrones en pro de un mejoramiento colectivo de SD situación Mas, a pesar de esta diferencia fundamental, on hecho es evidente: del seno de esas sociedades o agrupaciones mutualistas, sobre todo en los viejos países capitalistas de Europe, como Inglaterra, surgieron los actuales sindicatos. Esta verdad es, también, aplicable para todos los paises de la América Latina. Nuestros movimientos sindicales cuentan con una existencia, a lo sumo, de cuarenta años, y hasta antes de la guerra, en casi todos ellos, salvo Argentina, en un sentido relativo, Brasil, Méjico y Cuba, predominaba el tipo de organize.
ción gremial mutualista.
En paises como Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, en gran parte Colombia, y en toda la América Central, aún hoy subsisto ese tipo primitivo de organización. Pero, también, es verdad, que en los últimos cuatro años, en estos países, se ha venido operando un rapidísimo progreso sindical, como consecuencia de la rápida penetración intperialista que ha monopolizado y, en algunos sectores, acentuado la explotación de las fuentes de materia prima que, lógicamente, ha traído aparejada la formación de un nuevo y nutrido proletariado.
En la faz primaria de su desenvolvimiento, los sindicatos solo abarcaban a la capa superior de los trabajadores, a los más calificados, pertenecientes a un oficio determinado.
Anteriormente, habían sido estos Obreros los que crearon las sociedades o uniones mutualistas, a que nog hemos referido antes. ese tipo de organización primaria de los sindica:os, que incluyen en su seno únicamente a los obreros de un mismo oficio, y ante todo a los más calificados, 29 lo que se llama tipo de organización sindical por oficio, o corporativo.
Puede afirmarse que solamente hacia 1880 se observa en muchos paises de Europa, el ingreso de los obreros no calificados en los sindicatos, pues, hasta ese período los peones y jornaleros no tomaban casi participación en el movimiento sindical Ese ingreso corresponde, justamente, al período en que en Europa se produce un rapidísimo desarrollo del capitalismo. En cuanto a la Ainérica Latina, éste proceso de ingreso de los no calificados se produce más tarde. En estos últimos años, con la penetración de los diferentes imperialismos, opera el reclutamiento de cientos de miles de trabajadores en la industria y, como consecuencia ingresan, tombién, en el movimiento sindical los peones y jornaleros, que le dan un co.
lorido nuevo y especifico, o mejor di cho un contenido más clasista.
Por otra parte, para comprender bien in historia del movimiento sindi.
cal y mucho de sus actuales aspectos conservadores, en los países capitalistas, hay que tener bien en cuenta esa caracteristica de la preferencia y del absoluto predominio se los obreros ualificados, en los sindicatos, lo que vie En la más espantosa mediocridad, sin raíces en la vida, rica en palpitaciones ocultas y enormes energías del país, se producía el arte mexicano hasta la revolución de 1910: la fanfarria de la corte porfiriana había creado y fomentado un arte cortesano, de oropel, eco y resonancia del academismo francés, pintura culta y de salón, que exaltaba a las figuras proceres la corte y perpetuaba, en grandes telas históriadas, las heroicidades. Pintura limitada, de una parte, por el marco y escenario cortesano que se imponía, por su servil sumisión a los intereses políticos reinantes, y al propio tiempo, por su falta de amplitud, de horizontes, de contacto con las realidades cálidas, y palpitante de la vida mexicana. No era la vida del verdadero México, su fuente; era la vida de la corte porfiriana, afrancesada, desarraigada, o, la perpetuación de hechos históricos, a través del espíritu cortesano y al servicio de los intereses políticos que esa sumisión imponía.
Con la revolución, se produce un cambio total en la vida mexicana, que trasciende y se proyecta a todas sus manifestaciones y actividades: la revolución despierta y provoca nuevos estímulos y afanes, y crea, fundiéndolas en una gran pasión, una gran aspiración social, unánime, y un gran movimiento de masas.
En el occidente, en Europa, el capitalismo ha echado raíces, ha logrado vincular y unir a su suerte y destinos a clases sociales intermedia rias, creándose de tal forma una estratificación social complicada, que evita los choques directos, cuerpo a cuerpo, entre las dos potencias en pugna, capital y proletariado: esto permite a los artistas y los obreros de la inteligencia general, inhibirse, declarándose agenos a la competencia, impidiendo tuda repercusión de ésta en sus producciones, despojándolas así, de toda lastre social de toda substancialidad humana, de toda pugnacidad. En México, donde el orden social tiene por apoyo formas de vinculación más simples, sin que hayan logrado crear, las clases capitalistas, otras capas sociales intermediarias unidas a su suerte, la revolución de 1910, inspirada e impulsada por necesidades económicas y un imperativo económico irrecusable, fué, en realidad, una empresa que afectó y unió, unánime, a toda la colectividad mexicana. El capitalismo nacional, refugiado en el latifundismo, no había asociado a sus intereses a otras clases o grupos sociales. así, frente a un número limitadísimo de terratenientes, únicos beneficiarios del latifundismo, régimen feudal de señoría y privilegio, se encontraba la gran masa del pueblo mexicano, casi su totalidad, sin que existieran capas o grupos sociales intermediarios que pudieran servir de conten, o sumarse con las filas de los terratenientes. Por esto es que la revolución mexicana de orígenes políticos, pero real y fundamentalmente económica, fué en verdad una empresa nacional, unánime, cuyos beneficios llegaron por un igual a todo el pueblo mexicano, y que al dar el poder a las huestes revolucionarias, dió concreción a un afán y un anhelo vivos y palpitantes en el espíritu de la gran masa del pueblo mexicano.
Una conmoción de este alcance y trascendencia, y de tan hondas raíces, tenía que producir, necesariamente, una subversión total de valores y un cambio profundo en la vida económica y política del país. En efecto, las primeras providencias emanadas de los caudillos, aun en plena campaña, apenas la revolución adquiere conciencia de su fines y objetivos, e intenta llevarlos a la práctica, afectan mueven de una manera profunda la vida económica de México: la propiedad territorial, concentrada en unas pocas manos, feudal, pasa a ser, por obra de la revolución, consagrándose esta conquista y ese postulado en el artículo 27 constitucional, una institución social, supeditada a los intereses de la colectividad, dejando de ser, como hasta aquel entonces, individual y como tal intangible, aun cuando atentara este régimen de propiedad a los intereses y necesidades colectivas, como así ocurría con el latifundismo que sostenía sin cultivar, estériles, improductivas, grandes extensiones de tierras.
Pero entanto que este nuevo concepto del derecho y ejercicio de la propiedad, supeditada a los intereses supremos de la colectividad, entendida como un fin social y para fines sociales, se concreta, consågrándose en el constitucionalismo revolucionario, produce un momento desconexo, anárquico, sin guía y sin norte, sin que se supiera cuáles eran los fines econónicos y políticos de la revolución y de las posibilidades y caminos para lograrlos. Ya desde inicios, aun cuando sus orígenes fueron políticos, fueron en realidad los anhelos de reivindicación social y económica de la indicada los que dieron carne a la revolución y nutrieron, constantemente, pidiendo tierra y arrancándola al terrateniente, sus filas. Confusos, guiados más por un cie o instinto y un anhelo de justicia y de igualdad que por la clara visión de una fórmula política que las consagrara, dando formalidad a los hechos consumados por las armas, pronto surjen los caudillos y voceros de esos anhelos de entre las filas revolucionarias, y el grito de tierra y el rescate de las tierras constituye pronto el fin esencial e inmediato de uno de los períodos más interesantes y trascendentalmente fecundos de la revolución. Es lo que ocurrió con el agrarisino de Emiano Zapata, que sin tener ni encontrar una fórmuDr. JOSE MANUEL CALLE ABOGADO Divorciadas 618 Teléfono 47 14 clima, PROBLEMAS DE ORGANIZACION EXTRUCTURA SINDICAL tes juntos, porque es un gran pedagogo, On verdadero educador. Mi baer maestro de otra época no dirigia ya la Eseuela Cantonal; ahora tenis un instituto privado, en el cual se aplicabs e modelar el alma de nuevas generaciones, gracias a sus excelentes métodos de discípulo distinguido de Rébsamen y a su espíritu noble y vuelto sia desmayos hacia los valores de la cottura. En la casa de su nueva escuela di con la misma nocho que me Isacé en su busca.
Con don Delfino Valenzuela hubie.
ra yo querido recordar los años de mi rifiez; el ambiente, tan grato en la mer koria, de la escuela del parque Ciriaco Vázquez; las clases alegres, con sus grandes ventanas siempre abiertas, por donde entraban la brisa marina y ei oor tropiesl del jardín; las tar.
des inolvidables tardes de privilegio ex gde don Delfino, concluídas las tareas, reunía en su despacho sus discípulos predilectos para leerles, de un bermoso libro que sacaba de un hermoso estante, episodios de las luchas de Reforma y de las tres heroicas defensa veracruzanas. De aquellas escenas, de aquellas lecturas, de aguelos días, se agitaba en mi cabeza una multitud de recuerdos vivos. Pero les toques militares extranjeros, que el viento nos traía de cuando en cuando, y la forma de los grandes acorazados exóticos, que ni don Delfino ni yo Velamus en ese momento, pero que adlvinábamos al otro lado de la Escuela Naval, iluminados y vigilantes en la boca de la bahía, eran una evidencia inmediata demasiado enérgica para Bubstraerse su influjo.
Cuando nos hubimos sentado en el balcón ancho y salidizo, balcón veracruzano de dimensiones desproporcionadas, de barandal tosco, de u40 gratismo en aquel dora Delfino me habló melancóli camente de la ocupación norteameriсала. Sus palabras, al brotar, parecían eagarzarse en los rayos de la luma y duplicar así la tristeza de su tono susurrante, tristeza que extrañamente se mezclaba en mi a las sensaciones del barandal de madera, con sue gruesos barrotes, medio verdes, medio en la sombra, ásperos al tacto, y a la mancha movible de nuestras siluetas confusamente dibujadas por la luz lunar en el muro negro, viejo.
Muchas cosas me dijo esa noche don Delfino. Pero de ellas dos escucho todavia con claridad perfecta, con la perfecta claridad que es peculiar a ciertos recuerdos. Las escuelas? Los yanquis primero las convirtieron en cuarteles.
Luego se acordaron de la instrucción pública y pretendieron que los maestros nos pusiéramos a sus órdenes. Yo, según decían, era el indicado para dirigir el servicio educativo que pensaban imponernos. Los maestros y las maestras por supuesto, non negamos de plano y en masa no, en masa no: bu bo un traidor. un traidor. el terrible término traidor!
salía de los labios de don Delfino sin el menor rastro de odio, ni de sana, ni de enojo El dejo unico de emoción con que pronunciaba el vocablo se discernia apenas en el temblor de la voz melancólica, que al emitir las dos silabas parecia apagar su timbre, kelar su tono. Traidor! La firmeza intima de aquel hombre cabal se dolía del desfallecimiento de los de biles, y al despreciar a éstos, como que los explicaba con una generalización para ellos piadosa. Completo el trazo de su pensamiento, la idea era asi. Tenemos todo el patriotismo necesrio para salvarnos algún día, o aca)
para desaparecer con honor; pero, mezclada a eso, cuanta miseria mien As tanto!
Origen y desarrollo de los Sindicatos home de Oficios Las sociedades mutualistas. Los obreros calificados y la aristocracia obrera. en los sindicatos de oficios. Necesidad de un nuevo tipo de organización EDGARDO REBAGLIATI ABOGADO Lima Edificio Italia 204 206 Apartado 24 85 Teléfono 50 94 Dr. CARLOS ROE CIRUJIA y PARTOS LIMA. Amargura 975. Teléfono 30 36 CALLAO. Sáenz Peña No. Teléfono 175 Dr. JUAN FRANCISCO VALEGA MEDICO DEL HOSPITAL LOAYZA Domicilio, Chacarilla 430 Teléfono: 1109 DE a p.
Dr. RAFAEL ALZAMORA Medicina General Enfermedades del corazón y de los órganos respiratorios.
Electrocardiografía CONSULTAS: de a p.
Monzón, 178 Domicilio, Miraflores, Bellavista 207 Teléfono 26 45 Teléfono 629 conen Es esa diferencia en los salarios, y en el nivel de vida, lo que nos de el derecho de hablar sobre la existoncia de diferentes capas y categorías en el seno de la clase obrera. es esa diferencia la que, dicho ser de paso, nos permite decir que la solución efectiva del problema de la unificación de todos los obreros reside, precisamente, en hacer desaparecer de entre los trabajadores todas las grietas y todos los abismos que se han ormado en su seno y que los han dividido, como consecuencia fatal de los diferentes niveles de vida artificialmente fomentados por la burguesía.
Volviendo sobre la primera época del movimiento sindical, cuando surgió abarcando únicamente a los obreros calificados, debemos señalar que este hecho dió al movimiento un matiz especial, que condujo más tarde a la creación de una teoría y de una orien tación específica en el movimiento sin dical, teoría y orientación muy arrai gada aún en nuestros dias, en muchos países.
En los Estados Unidos de Norte América, es donde el movimiento de los obreros calificados ha adquirido, y tiene, una forma más definida y acabada. Allí, casi todo el movimiento sindical está influenciado por los intereses estrechos de esta capa superior de los calificados, mejor dicho, está influenciado por los inteseses y la ideologia de la aristocracia de la clase obrera. Este hecho no hay que olvidarlo jamás, si es que queremos comprender varias de las corrientes ideológicas y políticas que existen en el movimiento sindical mundial contemporáneo Resumiendo: 1o. Los sindicatos surgieron de entre los obreros nás calificados; 20. En la primera faz de su desarrollo agruparon solamente a los obreros de un mismo oficio o profesión: 30. Estos sindicatos de fendían solamente los intereses profesionales de esos obreros calificados.
Los sindicatos de este tipo, no solamente no se ocupaban de los intereses de las otras categorías de trabajado.
res no calificados, sino que, en cieto sentido, se convertian en sus enemi gos, haciendo todo lo posible por 10ner fronteras a su oficio, formando un circulo hermético o creando baYreras que los otros obreros solo podian cruzar con muchas dificultades, sindical, que se van imponiendo en aquellos países y que en los de la América Latina empiezan ya a diseñaree, aunque en una forma, que diriamos, subconsciente, es decir, que se diseñan más como un hecho impuesto por las mismas necesidades de la lucha, que por una participación consciente de nuestra parte. Quiere decir, pues, que nos ocuparemos de los Comités de Fábrica, Minas o Empresas, de los Sindicatos, Federaciones Nacionales de Industria, etc. etc.
Todos estos problemas fueron tratados admirablemente por el compañero Lozovsky. Secretario General de la Internacional Sindical Roja. Huján, China, en el año 1927, en una serie de Conferencias que pronunció, ante los dirigentes más destacados del movimiento sindical revolucionario chino. Lo joven, vigoroso e impulsivo de este movimiento, el carácter poco industrial ese país, la penetración de los diferentes imperialismos y el gran impulso que ha tomado en los últimos tiempos la colocación de los capitales extranjeros, y, por consecuencia, su tempestuoso desarrollo industrial, son factores que hacen que exista entre aquel y nuestros movimientos obreros latino americanos una gran semejanza.
Es por eso que, al hablarles a los obreros chinos y al darles diferentes consejos sobre organización y estructura sindical, Lozoveky, ha reflejado, sin quererlo, nuestros movimientos sindicales, sus defectos y sus necesidades. Trabajadores, venid al sindicato. Así han dicho hasta el presento los dirigen.
tes de los sindicatos. No se.
ría mejor y más justo decir. Sindicatos, id hacia los trabajadores. LOZOSVKY Iniciamos en el presente número de EL TRABAJADOR LATINO AMERICANO, la publicación de una serie de artículos sobre problemas de organización y de estructura sindical. Hasta el presente estos asuntos, aparentemente teóricos, pero en el fondo de un carácter evidentemente práctico y de vital importancia para nuestra clase obrera, hay que confesarlo francamen.
te, no han sido casi tratados y estudiadon, en forma más o menos seria, en nuestros medios sindicales.
Al escribir esta serie de artículos, no pretendemos dar a los lectores trabajos y estudios en absoluto originales, sino que nos concretamos a la modesta taren de recopilar y sacar de la experiencia acumulada por los proletarion do paises con movimientos sindicales más desarrollados, que los nuestros todo aquello que nos pueda ser util. y adaptarlo nuestro ambiente.
Los primeros artículos verkaren 50bre las nuevas formas de estructura nueva se MIGUEL CORDOVA NOTARIO Unica oficina que conserva su archivo en verdadera bóveda incombustible English Spoken. Oa paile francais sus ae Teléfono 12 44 OFICINA: Negreiros 573 DOMICILIO Miraflores: Guillermo Rey 182 Teléfono 648 UNIVERSIDAD Director: Germán Arciniegas Apartado 91 Bogotá Agente en Lima: Minerva. Sacástegui 669.