MarxStrike

10 Q 1 R A Z a 1 R 11 fanación. contrataba a dos o tres mujeres para que se desmayasen en la platea al final de cada acto.
blas es la misma mil pesos de Aly el aplauso, La No. La revista y Héctor que.
rria a un espectáculo, no iba por el espectáculo, sino pensando que el espectáculo podia ser ella. Es de suponer, entonces, la flora microbiana que bulle en el cerebro de una mujer que encabeza el espectáculo La mujer en las tablas o fuera de las tablas siempre: sin público no trabaja. Necesita público hasta cuando lava la la ropa. Porque el público es la continuación del espejo y significa la la aprobación mujer quiere ser la primeta. en figuvar. La primera por orden alfabético.
También quiere ser la ser la primera por orden fotográfico El primer retrato en el vestíbulo corresponde inexpone en el variablemente a la primera figura femenina del elenco. Así se establece previamente en el contrato. Si se lo descuido, en segundo término, ella arma un escándalo descomunal o se desmaya. Si se la coloca intencionalmente, después de la gresca consabida, interviene la fuerza pública. En el contrato se establece, además de la ubicación de la fotogra.
fía, el cuerpo y el tipo de letra en que debe aparecer su nombre en los programas. Cualquier violación al respecto im plica la ruptura del contrato.
La vanidad de la mujer en el teatro es tan virulenta que se contagia. Los varones que la secundan, acaban por experimentat el mismo furor uterino de figuración por orden alfabético. Es asi que el espectáculo teatral. la mayoría de las veces, es más espectáculo por dentro que por fuera Su excelencia el Sr. Paganini.
Cada artista paga mensualmente, al jefe de la claque, el tributo de sus aplausos. Por manera, que cuanto más aplaude el público, tanto más enérgica es la sangria que experimenta su salario. La victoria todos los días, significa al fin una derrota aplastante. Hay tenores que se gastan la mitad del sueldo para hacerse gritar bravo o bis. El jefe de la claque tiene una tarifa singular, een donde figuran las diversas gradaciones de la aprobación, cada una, comprende.
con su precio determinado. El aplauso parcial de la claque, pongamo por caso, vale tanto. El aplauso total, cuanto. El bravo un poco más. Algo más el bravisimo y el bis. un disparate. fin de mes, el cafisio de la gloria, pasa la quenta a los artistas especificando la naturaleza de su trabajo. Le pasa una factura pintiparada a la factura que nos pasa el almacenero está la in coloca.
por piernas. Reune llevan te, pero su misión es invariable: consiste en aplaudir o bisar cuanta cosa buena o mala se representa en el teatro La claque del Sarmiento debia figurar en el programa. Se lo tiene bien merecido. Es una claque excepcional. Robusta y bien alimentada. simple vista.
se nota la presencia de un jefe enérgico e inflexible. Cuando rompe el fuego del aplauso, la explosión es tan fragorosa que aquellos que aplauden espontáneamente se sienten tan empequeñecidos que cptan por guardar silencio.
La claque es el soldado desconocido de la victoria. Ella determina el éxito o ei fracaso. El jefe, es, por una parte, un cafisio de la gloria, y, por otra parte, una suerte de estratega 18 ignorado que termina casi siempre en la cárcel, suponiendo que no acabe de salir de ella. Es un sujeto, como decimos, sencillamen.
te patibulario. Mejor dicho: un militar fracasado. La claque requiere una disciplina de cuartel.
Sólo un hombre avezado en las artes de la guerra puede manejarla. Antes de levantarse el telón, el jefe distribuye a sus soldados estratégicamente en gallinero. los atrinchera atrás de los palcos. En casos excepcionales. los desparrama por la platea. Dondequiera que vaya o se coloque, la claque, abduma y revienta al enemigo, que en este caso es el espectador que ha pagado su entrada La colocación de la claque la claque determina colocación del jefe. Conviene evitar Cebo y la soga. El jefe ocupa un a la comparsa y viceversa. Sepress gún la actitud que asuma éste, luego, asi la actitud que asumen los otros. Si el jefe aplaude y mira a los zanahorias de la izquierda erda, los de aplauden. Si mira a los de la izquierda y a los de la derecha, entonces, se produce el aplauso general. Además, marca con el mentón si las descargas deben ser piano o forte, con allegro o con brio. Si abre el aplauso con un bravo. la comparsa trina y bravea que es una temeridad.
Ahora, nos iremos explicando por qué no fracasa ninguna obra entre nosotros, mejor dicho: por qué son aplaudidas todas las obras, aunque la mayoria de ellas sean rigurosamente fusilables.
Cuando el aplauso decae durante una temporada, se aumenta el plantel de los zanahorias, y el arte queda salvado. veces, se le amplia el campo de sus obligaciones con algunos números extras, como hizo Ballerini en el Smart mien tras se representaba La Horrible ProPrincipio y fin de una cosa sin principio ni fin.
Ahora terminó una revista y empieza otra. Podemos juzgarla ya. Por más escándalo que arme la pazz fenómeno, no logra, sin embargo, embarullar nuestro juicio. Tampoco lo consigue un gran inquisidor de la claqe de la claque que se ha puesto a nuestras espaldas y golpea furiosamente las manos como si tuviese un par de baldosas francesas entre las palmas.
es un espectáculo dinámi CO. pero subalterno, como es el box o las carreras. Ayuda a hacer la digestión, cuando es buena. Cuando es mala, claro la interrumpe. Pero, nunca sale su esfera gastronómica. No se nos diga que la revista eleva el espiritu o recrea Luis el corazón. que llena el alma de alguna inquictud trascendente. No. La tevista no se dirige al corazón ni a la cabeza, Se dirige a las tripas. Nada más Alegra y reconforta la panza y el intes. tino grueso, agradecido, rie burbujea No entra por los ojos del espírita, sino por los ojos de la barriga. El bataclán es un espectáculo sumamente apropiado para rascarile la pelambre roñosa al cerdo humano.
Huelga decir que todo es epidérmico Trajes. luces piernas, senos gran candombe y pizza. fin de que el espectador no piense (suponiendo que a la sala concurra alguna persona capaz de tamaña fechoria. se las dota se las dota de un movimiento vertiginoso de motocicleta, con explosión y todo. La rapidez con que se los cuadros y los personajes, resulta a la postre, envolvente. Marea y a la jazz y los marronazos de la claque completan la borracha worrachera Las revistas del Sarmiento confeccionadas, sin duda, con cierta gracia. No se ve en ellas la intención de exacerbar al ciervo Nuestras consideraciones no se refieren al teatro, sino al género de teatro. Porque la revista aunque sea de arta y sátira y participen en ella actores como Alfredo Camiña y actrices como Celia Montalván, no deja por esto de ser revista. Vale decir: una manifestación teatral sin ningún propósito teatral Factura.
del espíritu se estrellan a menudo contra las exigencias del estómago. el teatro honrado no paga los sueldos que paga cl bataclán. veces, ni siquiera paga y cl actor queda reducido a la miseria o a.
la mendicidad. Se llena de deudas, y no encuentra Juego otra solución que in gresar en una compañia de revistas, donde se le asegura una ganga de mil mensuales. Este es, quizás, el caso fredo Camiña, la nota triste del bataclan. No encontramos otra explicación para justificar su presencia en el Sarmiento. Alfredo Camina, es, sin dis puta, un muchacho serio y y estudioso. Se destaca de una manera natural por su vifor artistico y por su temperamento dray mático. Posee una voz bien timbrada y camina derecho sobre sus pier todas las condiciones del actor que se desea. Pero, sus méritos caen alli.
como la honradez de una mujer honrada que se metiera a trabajar en un prostíbulo.
Parece mentira que el bataclán cuente con intérpretes tan calificados como Camiña, y que no sea posible formar un conjunto de la misma indole para hacer teatro de verdad. En otras épocas se constituian elencos homogéneos con fines verdaderamente artísticos. Era cuando vivia el malogrado Bataglia, Jacinta Pezе zana y Pablo Podestá. Entonces, el arte se hallaba tan prostituido mi ni tan mercantilizado. Había tores como Fioren cio Sánchez, Ernesto Herrera y Roberto Payró. Se formaban cooperativas gremiales entre las mejores figuras de la escena. Sucedía casi lo contrario de lo que ahora sucede. Porque, mirando bien, un actor bueno resulta más bueno si tiene otro bueno al lado. La huelga, que debió consolidar el gremialismo, obró a la inversa. Destruyó poco que bia edificado. Después de la huelga. comienza, para nosotros, el desastre del teatro nacional, tanto en la producción.
como en la interpretación. Se desencadenó, entonces, una tormenta de pasiones mezquinas y de apetitos pedestres, que dividió a los productores y a los interpretes y diezmó las fuerzas del arte nacional.
Digamos que la producción y la interpretación marchan paralelamente. Si una cae, la otra no puede permanecer patada. Sin buenos intérpretes no hay buenas obras y sin buenas obras, no hay intérpretes buenos. Un actor excelente pierde su excelencia si se pone a interpretar una producción desgraciada.
de garra no triunfa si entrega su producción a una compañía de rascatripas.
Sin autor no hay actor y sin actor no hay autor Digamos, asimismo, que asistimos al naufragio del arte escénico. que aunque contamos con los aparejos suficientes como para salvar la nave que se hun de nuestra marinería permanece neutral esperando que la la salvación venga de Francia o de Rusia. Sucede algo peor todavia: nuestra marineria espera, mas no sabe propiamente lo qué espera. A pesar de que Alfredo Camiña se balla en el el bataclan Pablo Acchiardi en el el Principe Ugazio en la selva de Misiones y y Ricardo Passano haciendo caricaturas, sostenemos, sin embargo, que en este descenso brusco de los valores teatrales, quienes se llevaron y se la peor parte no fueron ni son los cómicos, sino los autores. El nivel de la producción es todavía más bajo que el de la interpretación.
Las tentativas de hacer teatro serio fra casan, aquí siempre por diversas razones. Quizás, la primera se deba a que la iniciativa parte siempre, o de los actores de los autor s: nunca de las dos partes lever und la vez, suponiendo que tanto interés tienen los unos como los otros y que una misma participación tienen todos.
La segunda es que se busca siempre, como asesor literario a uno de esos autores que hace veinte años eran jóvenes y serios, pero que ahora son viejos y oficio sos. Además, se incurre en el error de Az constituir una compañía a base de un par integrada por un fárrago de mediocridades. Un actor o una actriz solamente no hace una compania, como una golondrina no hace ve.
rano. La nota que se busca y que se necesita una nota de conjunto. Se busca y se necesita algo así como una cooperativa moral y material de autores y ac.
tores seleccionados. Mientras esto no sea posible, tampoco será posible. levantar el nivel moral de nuestro teatro. El autor el actor que niega la posibilidad de llevar a cabo una empresa parecida osemejante se niega sí mismo, porque niega la única posibilidad de salvar al que se está yendo pique.
Tampoco se puede hacer teatro serio a base de un repertorio clásico o semiclasico, hecho ya y rehecho hasta la saciedad. Ni con autores nacionales exclusivamente. Todavía no se ha descubierto que aqui existe una juventud bien pertrechada que espera el momento, no de estrenar o de ganar plata, sino que sue ne la hora de la renovación. Se espera la constitución de un elenco homogéneo con no se lugar figuras destacadas visible a o El soldado desconocido de la victoria.
suceden atolondra. Los es cacla propia, golpes de la izquierda hagasto de están Día jueves: aplauso general Dia viernes: bravo. bravo Dia sabado: bis. bis Dia domingo: un ramo de flores Total.
manga La noche de un estreno. el paganinino es el actor o la actriz, sino el autor.
No lo decimos por experiencia sino por la experiencia de otros autores más afortunados que nosotros. Todo el. de castañuelas y zapateo, corre, esa noche, por cuenta del agraciado. Ahora nos iremos explicando, también, cómo es que al siguient de un estreno se Ieen criticas, a menudo desfavorables, que terminan, no obstante, diciendo que all final el autor muy aplaudido Si un artista no paga con puntuali al jefe de la claque éste, le retira inmediatamente su apoyo. En otro lenguaje: lo boicotea. el artista comien za a declinar de una manera insperada violenta. e empresario se hace el sueco y le rebaja el sueldo o lo despide.
Cuando un elenco anda mal, y no abona el salario correspondiente a la com parsa, la comparsa se retira o se ti ra a muerto y la compañia se funde rápidamente, or foc Ahora, entremos a la sala. El telón se levanta y cae. La más extraordinaria jazz orquesta que se ha visto hasta el dia. rebuzna y patalea. Afortunadamente, entre ella y nosotros, se interponen piadosamente veinte filas de butacas. Vuelve a caer el telón y vuelve a levantarse. Cada vez que termina un número, la claque entra en acción la sa Sale la retiembla, Advirtamos que la ria de los teatros de arte y sátira. o.
simplemente de arte.
mantienen a un sujeto patibulario que desempeña la je fatura de la claque, quien contrata to.
ren. constance das las noches a una pandilla de zanganos, a los cuales se denomina vulgarmente, comparsas o zanahorias. El conjunto de estos zanahorias forma lo que se llama la claque. Su composición es heterogénea y se renueva continuamendada barco La nota triste.
La vida de los actores está sujeta como la nuestra, y como la de todos los artistas, a lo que Carlos Marx llamó el materialismo histórico. Las exigencias un autor