U I Z 5 А Q DA U D EMPECEMOS POR LO PRIMERO ACOTACIONESS EL CUENTO DE MONROE lo decía. Los americanos proceden exactamente como el jesuita español. Hasta sospechamos que para poner en prác.
tica la silla eléctrica se consultó la doctrina de Monroe, y se adujo naturalmente, que Monroe era partidario de la electricidad toques a la figura. Advirtamos, asimismo, que El Hombre no se alegta ni se enoja de ser el depósito general de las ideas de sus correligionarios y en vez de abrir la boca un dia cada dia la tiene más cerrada. No aprueba ni desaprueba. Calla y asimila. Todos los que lo siguen le atribuyen una cualidad distinta, cualidad que El Hombre hace suya, silenciosamente. Todos los que le han visto te descubren una nueva virtud o un nuevo privilegio. Vale decir: amplian su vida de personaje legendario. como todos, a la postre, han tenido una participación en la creación de El Hombre, el hombre se siente muy agradecido con todos y todos con el hombre.
Digamos que El Hombre ha sido una bella concepción popular, siempre que no se trate, claro está, de un caso de sugestión colectiva. Costó mucho construir a El Hombre, pero, al fin, se lo construyó. el pueblo que lo hizo.
ahora que está hecho, lo ama. No ama a El Hombre: ama su propia obra. Cuando el pueblo lo aplaude, a sí mismo, se aplaude. Lo engrandece para engrandecerse y lo exalta para exaltarse, La doctrina, si es que hay doctrina, la constituye el conglomerado vasto de sus admiradores. De todos aquellos que directa o indirectamente participaron o convinieron en la construcción de un hombre, en cuya cabeza descansaria una doctrina.
Se trata, como puede verse, de una creación maravillosa, que participa del espiritu y de la materia. Porque El Hombre ha sido ideado para satisfacer las necesidades del cuerpo y del alma. Es asi que tiene animadores liricos y animaderes prácticos. mientras los unos esperan la resurrección pais, los otros, esperan tan sólo la tesurección de su familia, que a fuerza de aguardar el empleo prometido se está muriendo de hambre.
EL CUENTO DE IRIGOYEN Digamos que ambas publicaciones están editadas y escritas por la burguesia y se venden en todas las iglesias. La mayoria de sus colaboradores es gente de plata. Poseen un titnio o dos o tres, o varias cátedras, o una renta del Estado o una renta de la mujer, o una casa en Morón o un conventillo en Belgrano. Nosotros no vamos a censurar su posición ideológica. Cualquier ideologia, después que hicimos nuestro balance, nos resulta digna de estudio. Ni tampoco vamos a censurar su posición económica. Cada cual vive como puede Pero, vamos a señalar, eso si, la contradicción que encierra la posición ideológica de Criterio y Criterito con su posición económica.
Cristo exigia, como condición previa, a todos aquellos que lo querian seguir, que abandonasen sus privilegios. No se puede ser rico y ser cristiano a la vez. Llenas están las escrituras de anatemas contra los poderosos. Si en algo se excede la palabra de Cristo es, precisamente, en el repudio de la riqueza. Asegura, por ejemplo, que es más fácil que pase un elefante por el ojo de una aguja que entre un rico en el reino de los cielos. La religión de Cristo, no es la teligión de los ricos, sino la religión de los pobres. Cristo predicaba a los afligidos y a los menesterosos. Se dirigía especialmente a los que tenían hambre y sed de justicia. los ricos jamás han tenido hambre de ninguna especie y sólo han tenido sed de riqueza, Cristo trono particularmente contra los magnates de la tierra. Después que se apagó la voz del maestro, el trueno de su filosofia siguió estallando en la boca de sus discípulos.
San Jerónimo decia que la riqueza era siempre el producto del robo. San Basilio fué más terminante. Dijo que todo rico era un ladrón. San Crisóstomo le dió la para a San Basilio. Todo rico afirmó es un bandido. Pero, los ricos, ahora, no se conforman, por lo visto, con ser ricos. Les parece poco ser lo que son. Quieren ser algo más. Ya dan por cierta, seguramente, su salvación y quieren salvar a los otros. Nos quieren salvar a nosotros los pobres, Para hablar de Dios, es menester, estar en buenas relaciones con él. Un hombre religioso, no es religioso porque se diga religioso, sino porque cumple con los preceptos de la religión. Sacar una revista o dos para prestigiar a Dios y hacer todo lo que Dios condena, es hacerle un flaco servicio a Dios.
Un literato americano acaba de escribir un articulo en GL nebra sobre la doctrina de Monroe. La prensa lo comenta extensivamente y transcribe un partafo donde el hombre asegura que gracias a dicha doctrina la Unión es el país más grande del mundo y el más respetado de todos. pesar de que no pasa un dia sin que la prensa del surt o del norte se ocupe de la doctrina de Monroe, nosotros, hemos ilegado a dudar de la existencia de Monroe y a poner en tela de juicio, también, la existencia de su doctrina. Se ROS ocurre, a menudo que la doctrina de Monroe no fue la concepción de un presidente que se llamó Monroe, sino, sencillamente, la creación fantástica de un pueblo pícaro y oficioso La doctrina de Monroc ofrece, en este sentido, cierta anaIcgia con la doctrina de Irigoyen. No por el contenido, sino por la falta de contenido. Aqui y allá, se habla a cada paso de la existencia de una doctrina, pero ni aqui ni allá, la mencionada doctrina, aparece por ninguna parte. En efecto: quién conoce la doctrina de Monroe? Nadie. quién conoce la doctrina de Irigoyen? Tampoco: nadie. Sin embargo, no sólo corre el rumor de que Irigoyen posee una doctrina, sino que se jura y perjura que la tiene encerrada en el bolsillo.
La doctrina de Monroe, quizás, es el producto de la picardia yanqui, como la doctrina de Trigoyen es el producto d: la picardia argentina. No en balde, a ellos y a nosotros nos separó Dios de los demás continentes.
Tanto Irigoyen como Monroe, son dos tipos históricos, más o menos apócrifos, creados por la fantasía popular para satisfacer una necesidad histórica. La necesidad histórica de nuestro pueblo, en este momento, son los empleos nacionales Irigoyen representa la causa de todos los desheredados de la burocracia. la necesidad histórica de la Unión es descargar sus culpas sobre la conciencia de alguien que en este caso es un filósofo que tuvo la ocurrencia de inventar una doctrina Monroe desempeña en la política americana el triste papel que desempeña Quevedo en la literatura española. Cualquier chiste verde que buela a ajo se le atribuye inmediatamento Quevedo. En la Unión a Monroe lo cita hasta el verdugo que maneja la silla eléctrica. La razón de un hombre se ha convertido, paulatinamente, en una razón social. en una rade Estado. Qué la Unión bombardea a Nicarag Bueno: la doctrina de Monroe ya lo había previsto en el capitulo de los bombardeos. Qué se firma un pacto de paz?
Ah ah Monroe era un apóstol de la paz y la Unión continúa el apostolado de Monroe. Qué se quebranta la paz y se inicia la guerra? Monroe que te pariól ¿Qué la Unión traiciona a un pais extranjero? Monroe decia que la traición dejaba de ser traición cuando el estado del Estado lo exigia. La Unión es traicionada por otra potencia más sinvergüenza que ella? Ah, ah, ah Monroe repudiaba el engaño y ahorrecia la traición. Qué la Standard Oil se apodera del petróleo de nuestra continente y nos deja materialmente a oscuras? Monroe previó el caso. Dijo al respecto: el petróleo produce el calor. Sin calor no se puede vivir. Luego, hay que buscar y traer petróleo de cualquier parte. Eso dijo Qué se lincha a una caterva de negros en Cansas City. Monroe era blanco. Luego, no se viola la doctrina del ilustre mandatario, Monroe le sirve a los americanos como Aristóteles al Arcipreste de Hita. El Arciprste de Hita cuando quería decir algo por su cuenta se lo hacia decir a Aristóteles. Decia que OTRO CUENTO PEOR La Argentina ha creado, también un tipo semejante al tipo de Monroe. No lo ha hecho con fines internacionales, como la Unión, sino con fines puramente domésticos. No se trata de un tipo para uso externo, sino para uso interno Nos referimos a El Hombre, con mayúsculas.
Asi como hemos puesto en duda la existencia de Monroe, a veces se nos ocurre dudar de la existencia de Iri goyen. No dudamos, en cambio, de la creación. Dudamos, en una palabra, de que sea una persona, pero no dudamos de que sea un personaje. Un personaje real y fantástico No consoguimos todavia completar nuestro pensamiento. Hombre vive, dicen que vive, pero no vive, si vive, para si ni en sí, sino para los demas y en los demás. Si una ra.
zón de Estado creó el tipo de Monroe, una razón social, tal vez creó el tipo de El Hombre. Sea como sea, la crea ción de El Hombre es una creación real y ficticia a la vez, que responde, no sabemos bien, si a la necesidad espiritual de un pueblo de tener un hombre o si a la necesidad material de disponer de Mezclan las palabras realidad y fantasia, porque a pesar de que a El Hombre no se lo ve por ningún lado, su nombre suena y truena y anda de Ce ca en Meca como el nombre de Monroe. Pocos son los que han podido ver a El Hombre, pero son muchos los que pronuncian su nombre y relatan sus hazañas.
Existirá, en efecto, El Hombre? Vivirá o estará muerto? Unos dicen que vivió y que aún sigue viviendo. Otros, aseguran que ha muerto. Otros, que está embalsamado decir verdad, no hace gran falta que El Hombre viva, supuesto que su existencia no es suya sino el producto de la imaginación popular o la misma imaginación popular donde nació y en la cual vive. Nosotros nos damos cuenta de que El Hombre vive o vivió, no por él: que no habla, ni se deja ver ni sale al balcón, ni anda por la calle, sino por los otros, en quienes el vive y los cuales respira y obra. Por todos aquellos que afirman que lo han visto u oido o que se dicen amigos de él o partidarios de su doctrina y que vienen a ser, en resumidas cuentas, lo único que podemos apreciar de su vida, si es que El Hombre vive.
Por momentos, llegamos a sospechar que las personas que siguen a El Hombre se han complotado con el fin de crear a un hombre y que para valorizar más la creación le añaden las mayúsculas y le cuelgan una doctrina con un régimen y una causa. Se menciona a El Hombre como si se tratara de un santo y se menciona la causa como si se tratara de un milagro. No obstante, nadie puede precisar la fisonomia del santo y menos la naturaleza del milagro, Rei na el misterio más profundo alrededor de los dos fenómenos. Pero, se habla a cada paso de las dos cosas como si fuesen dos cosas positivas y existentes. El santo, entretanto, calla y la gente se encarga de propalar su evangelio, o sea.
las palabras que el santo no pronuncia. Por momentos, llegamos a sospechar, también que dicho hombre existe a condición de guardar silencio, a fin de que los complotados puedan hablar libremente por él, dándole los últimos reSIGAMOS POR LO SEGUNDO Sale aqui una revista católica spostólica romana donde colaboran asiduamente algunos escritores de nota. También sale un pasquin de la misma catadura religiosa, en el cual van a parar todos los restos que evacua semanalmente dicha publicación. Una se llama Criterio. La otra. Criterito. Criterio y Criterito. según parece, se disputan a viva fuerza, la salvación del país. No se la disputan a trompadas y a balazos como las hordas misericordiosas de Can.
toni. Ni tampoco repartiendo empleos nacionales como la fracción contraria. Al binomio mesiánico de unos y otros. Criterio y Criterito. oponen un terceto: la Santisima Trinidad, o sea: El Padre, El Hijo y El Espiritu Santo.
Si a la humanidad no la salva Dios, de esta hecha, no la salva nadie.
Nosotros somos muy respetuosos de todas las ideologias.
Hemos escuchado al reverendo padre Napal sin encajarle siquiera un cascotazo. esta tolerancia nuestra se debe a que después de sumar y restar la calidad y cantidad de los hombres, legamos a la conciusión de que los ideólogos estaban en minoría y que no convenia atacarlos a fondo, porque peligraba, naturalmente, la especie.
Pero, ni el respeto ni la admiración excluyen el análisis. Por eso, a pesar del concepto excepcional que los ideólogos nos merecen, consideramos que no conviene, sin embargo, darles demasiado soga. Conviene, por contrario, tenerlos siempre a raya. De esta manera contribuiremos a mantener la rectitud del individuo y la integridad de la especie.
Trataremos en consecuencia, de apuntar dos cosas que conspiran contra la eficacia de la propaganda de Criterio y su minúsculo apêndice: La primera es la condición económica de los propagandistas y la segunda es la forma de encarar la propaganda Digamos que el lenguaje de Criterio y Criterito sorprende por su estruendosa fonación. Es un lenguaje clásicamente revolucionario: campanudo, pistonudo y tremebundo. Mete miedo. sorprende, porque el criterio de ambas publicaciones es francamente reaccionario. La forma no condice con el contenido. Ya hemos demostrado que el contenido no condecia con la forma. Hay, entonces, contradicción y recontradicción flagrante.
Los burgueses no pueden ni deben ser revolucionarios Cemo las mujeres no deben ni pueden ser varones. Porque los burgueses no pueden ni deben hacer la revolución. Ni la necesitan, ni la desean, ni les conviene. Los burgueses, a lo sumo, podrán hacer la contrarrevolución el dia que la revolución estalle. La revolución es el producto de la desigualdad social. la desigualdad social si no es el producto de la burguesia, por lo menos, asi lo parece. si levantramos un censo de los que están bien y de los que están mal, resultaría que los que están bien son pocos y los que están mal son muchos y estos pocos son siempre los bur.
gueses. De donde se desprende que si los que están mal no tienen derecho a quejarse, los que están bien, deben pot prudencia, callarse la boca. Porque si los ricos se quejan. qué pueden hacer los pobres, entonces? si los que poseen