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IZQUIERDA 28 IZQUIERDA 29 Artes Plasticach AL MARGEN DE UNA EXPOSICION mi Para.
hasta la es tan quién puede hacerla sino el médico. Quién puede hablar de zapatos sino el zapatero. Por ventura, soy el único normalista que se empeña en renovar el cascajo pedagógico de la escuela convencional y palabrera que tenemos los argentinos. No lo tiene usted a su lado, en la Inspección de Enseñanza Secundaria a Ernesto Nelson, que tantas páginas y libros maravillosos ha escrito contra nuestros enseñaderos y contra el fracaso de todo nuestro mecanismo político de la educación. No se ha pronunciado el contra lo funesto que ha sido para el país dejarle al Estado ejercer el monopolio de la emisión de títulos y y certificados de competencia?
Ignora usted que debido a la critica acerada y violenta a veces de los maestros reformistas alemanes, en la nueva constitución se entregó el gobierno escolar a los maestros, figurando en sus filas el lider de la Escuela del Trabajo, Kirschensteiner?
Tampoco ignorará usted que en om te: de la Nueva Educación para transformar por la base los planteles de enseñanza.
en Europa se ha constituído una liga internacionai ¿Sabe usted que Wells, el pensador y publicista más eminente de la side con fines semejantes la International Association of Progressive Education?
época, preEn una carta dirigida por usted a la educadora chilena Amanda Labarca, veo que aplaude, con sobrada justicia, el libro de esta escritora titulado Nueva Orientación de la Enseñanza. Pues bien, ella, paralelamente al autor que usted censura, muestra al magisterio el panorama de la Nueva Educación con sus doctrinas, maes.
tros y ensayos más avanzados.
persona, donde usted en ella ideas que repudia en mí? Por prevención contra ¿Por qué Todos los hombres y muchos más los impulsivos somos propensos a caer en esa obtusidad espiritual para comprender a los individuos que nos son desafectos. usted ha tenido para conmigo un mal momento.
Todo mi libro, desde el primer capítulo, en que pido a quienes desde el poder me califiquen como un teorizador con ribetes anárquicos, dénme patria y les dire cómo se hace patria. hasta el párrafo final del último, en que digo que deliberadamente he hablado en el lenguaje de la democracia y no de doctrina social alguna, para que nadie pueda sufrir equivocos respecto a mi actitud ideológica frente al problema actual de la educación, es una refutación franca y leal a esta clase de prejuicios.
puede haber coparticipación consciente con los males que denuncio por el hecho de ser funcionario de la enseñanza. Como no la hay en el cirujano con la enfermedad por el hecho de que aplique su bisturi donde salta el pus que denuncia el mal.
Esa ha sido, de veinte años a esta parte, mi coparticipación consciente e idealista dentro del magisterio, por cierto, que sin salirme del espíritu vivo de las leyes que rigen la enseñanza, aun cuando tuviera que estrellarme a veces contra la estrecha mentalidad burocrática de quienes pretenden aplicar su letra muerta con un automaformulado sobre mí, así lo atestiguan. Y, si algunas veces, el autocratismo de los politismo moral de carabineros. El concepto profesional muy honroso que mis jefes han ticos irresponsables que desgobernaron las escuelas de la nación, me pegaron en el estómago para apagar las voces de mi espiritu, ello contribuyó a hacer más dura mi carne para el sacrificio, y más fuerte mi voluntad para la lucha, convenciéndome que vale más quemarse en la llama sagrada de un ideal que podrirse en la sensualidad y el utilitarismo.
Perdóneme usted el tiempo que le he distraído obligándolo a leer estas cuartillas.
La aclaración se imponía. en cuanto a la suya respecto de mi dedicatoria, me alivia usted mucho con la primera, al relevarme de todo deber de gratitud hacia su persona.
Da cuanto a la segunda, créame que he celebrado con sano humor el ingenio de su frase: Este ministerio no tiene cuenta corriente con la intelectualidad izquierdista.
Le doy toda la razón, sobre todo, después de haber rectificado la opinión que muchos teníamos de su filiación intelectual. Yo lo crei un intelectual de ideas progresivas en cuestiones sociales, y usted se precia sincera y lealmente de ser un conservador. zego ha sido usted generoso al ubicar tres o cuatro socialistas en la docencia, excluyéndonos a los que propagamos principios independientes y avanzados.
Para terminar estas líneas, le ruego acepte los libritos de Patri y Ferriére que le envío por impreso certificado, por ser los que de un modo más concreto y sugestivo demuestran la practicabilidad de ciertas reformas, semejantes a las que auspiciamos aquí varios educacionistas argentinos.
Con la esperanza de que algún día, cuando usted no sea ministro, he de tener el gusto de platicar con usted con serenidad platoniana sobre éstas y otras cosas, lo saludo en los términos más cordiales y afectuosos que a pesar de todas las divergencias, me merece la persona de Antonio Sagarna.
Julio Barcos.
NO cuadro pintaban asi Con motivo de la crítica anterior, nos llovieron infinidad de cartas. Parece ser que se alborotó el avispero. Por poco, algunos no nos rajan de una. expresión volteriana, Ofros, más inteligentes, naturalmente, nos felicitaron.
Alguien se extraña de que nosotros no hayamos visto en la señorita Forner aquellos amarillos y violetas y verdes que ella tan sólo es capaz de pintar. Coniesamos humildemente que los hemos visto, pero, confesamos, también, que esas cosas ni nos asombran ni nos entusiasman. El verde en sí, el azul en sí, el amarillo en sí, no tienen más valor que el valor que cada uno le conceda en sí. La representación aislada de un color determinado, en sí, es Por ejemplo, para algunos personal.
el es un fenómeno exclusivamente amarillo es un color triste y enfermizo.
mo Un amarillo rodeado de azules o violetas o verdes de la misma intensidad, claro, que otros, no.
se impondrá sobre los otros, pero ese mismo amarillo rodeado de otros más cálidos o más fríos, perderá totalmente su fuerza. Además, la violencia del color que acusa claramente que se le ha visto y sentido. no es una codición ante la cual haya que inclinarse. Puede ponerse el color con violencia, hast la exasperación, como hace la Forner, mas no por esto habrá color. Porque el color 110 es solo color. Es gradación de tono. Mejor dicho: entonación. Lo que se destaca como color es la Sedan correspondencia y la valorización del color, según el plano y la luz que los volúmenes ocupen en el No es el color en sí, lo que persigue la pintura. Es el alma del color. La sensación de color que el color produce. Quizás la modalidad brusca de la Forner marque una etapa en su carrera que tal vez no sea la más feliz. Hemos visto ya muchos que al principio Maza, por ejemplo, cuando volvió de Europa. y que fueron abandonando esas estridencias de color a medida que el estudio Jes refinaba el gusto. Aunque después hayan sido peores que al principio. Si comparamos las obras primeras de la Forner con las últimas, advertimos que ella misma nos da la pauta de lo que llegará a ser en el futuro, si es que llega a ser algo. De sus violencias de hoy, a las violencias de ayer, hay ya, una transacción notable.
Asimismo, el color de la Forner no está muy de acuerdo con su temperamento.
Dejemos a la Forner. Volvamos a las cartas. Otro (y éste es literato, rahi juna. sale defendiendo a Guttero, aquél famoso Guttero de la Leda y el cisne, de la Eva y la cebolla. Digamos, antes que nada, que el literato en cuestión es hombre de ideas. Enemigo declarado de la burguesía. Enemigo personal. Posee un excelente malhumor obrerista que destila primorosamente en sus escritos y toda su ción gira alrededor de la misma causa: la causa del pueblo que sufre y que trabaja.
producAbomina de la explotación humana y sueña con de los trabajadores.
Ahora bien. Nos preguntamos, claro belde pintura? Dicho con mayor suavidad: vun instrumento inconciente de esos que la advirtió que Guttero es un reaccionario. Una especie de Hugo Wast de la burguesía desea para rascarle la barriga al cerdo. Qué idea tiene Guttero del trabajo y y de los trabajadores para pintarlos como los pinta. No aparecen en sus telas los estibadores, hermosos, robustos, rosados, llevando la carga a cuestas con bizarria y elegancia, bajo la mirada plácida de la madre feliz que le ofrece sus pujantes pechos a un niño también rosado molletudo, mientras le guifia un ojo al padre que seguramente le legará a la criatura su puesto de burro en los diques. Acaso cuando un escritor revolucionario lee una descripción del trabajo en la que se dice que el trabajo el cuerpo y desarrolla los músculos y otras macanas por el estilo, no se subleva. por qué no se subleva cuando un pintor falsea la realidad, al extremo de creer que los trabajadores del puerto llevan las bolsas con elegancia y que mientras las llevan tienen tiempo de hacerle remoquetes a sus preciosos vástagos. Las tonalidades claras, transparentes y voluptuosas de Guttero se parecen la redención robustece