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IZQUIERDA 20 IZQUIERDA 21 mos una pieza teatral nuestra y sacá SO resulta un personaje cuando habla ramos de su texto todas las palabras bien porque el autor conoce el idioque no se usan o que solamente las ma, como cuando habla mal porque el usan los entedidos que por lo regular autor lo desconoce. Porque el teatro no concurren a las salas, la obra que nacional tiene dos especímenes de audaría reducida a la mitad. Hay varias tores: el que habla falsamente bien y maneras de entender una obra y lo más el que habla falsamente mal. Cuando común es que la obra sea entendida a un personaje habla su lenguaje no se medias. Nos referimos a esas obras advierte ninguna de las dos cosas: ni de tesis donde salen a relucir un de que habla bien, ni de que habla mal, sinfín de ataraxias y tú eres y porque habla lo justo. tú tienes y otras complicaciones verEn verdad, de verdad, que en vez de bales. Si un hombre habla mal en la realidad no sabemos qué razones puecomenzar por el final que es la renovade aducir el autor para hacerlo hación, sería más sensato comenzar por blar bien cuando lo planta en el esceel principio que es el abecedario.
nario. El lenguaje de cada individuo forma parte de su psicología. Tan falR. Chaves.
NUESTRO PRIMER NÚMERO Nos declaramos satisfechos de la acogida que se le ha dispensado a nuestra publicación. Vemos realizado uno de nuestros deseos: que a nadie se le caiga de las manos por pesada o por innocua. este otro: que produzca la inquietud en la conciencia del lector inteligente. También esto último parecería que lo hemos conseguido. En efecto, ninguno al leerla ha podido mostrarse indiferente.
Hay quienes nos envían aplausos erpresivos por la obra de salubridad intelectual que IZQUIERDA se dispone a realizar en este medio; y quienes han perdido la serenidad, como si presintiesen un desplazamiento. Otros, animados de generosas intenciones, nos envían artículos y consejos, que por cierto agradecemos de todo corazón, reservándonos, naturalmente, el derecho de no aceptarlos.
Nosotros sabemos cuáles son los temas refritos que no debemos tocar para no hastiar al lector, y cuáles son los escribas que nada tienen que hacer porque nada tienen que decir, en una revista como la nuestra.
Aunque para muchos esto del izquierdismo sea una cosa rara que no figura en el libro de recetas de quienes tienen bien registradas todas las fórmulas farmacéuticas de la revolwción, para nosotros es más clara que la luz del alba.
No pensamos convencer con palabras, palabras y palabras. Somos de los que convencen con la acción; esto es, de los que refutan toda crítica maligna con toda una vida de probado desinterés y comprobada valentia intelectual.
Por eso la maledicencia rebota en nuestro amor propio como la bala sobre el mármol de la estatua Un diario socialista advertido del importante rol que nuestra revista viene a desempeñar en la prensa libre del país, da su toque de alarma en un editorial lleno de cavilaciones y recelos, preguntándose qué será esta nueva herejía del izquierdismo. como la única pesadilla de los jefes en decadencia de nuestro fracasado socialismo criollo, es Irigoyen, único fantasma que los persigue y a quienes ellos cargan con la culpa de todos los pecados del pueblo como al chivo de Israel, es natural que se miren entre sí angustiados y con los ojos muy abier.
tos, preguntándose: eno serán éstos también irigoyenistas?
Parece mentira que estos hombres viejos, con más de medio siglo a cuesta, no hayan aprendido nada en esta vida, ni siquiera a distinguir al hombre del hombre; ni siquiera a ser buenos políticos entre los políticos, donde ellos se mueven y respiran como el pez en el agua, o como el batracio en la charca. Por qué hablan desde el Sinaí, estos ciudadanos, como si ellos fuesen los únicos que están limpios de pecados? Que la política burguesa sea una porque ría, a nadie toma de sorpresa. Pero, ha sido mejor y más limpia, acaso, la del sector socialista que la de los demás sectores. Por qué han llevado estos últimos 81 partido al descrédito, perdiendo lo único que hasta ahora habían conquistado (no para la clase que dicen representar sino para sí) que eran sus bancas en el parlamento?
Por muchos que sean los delitos de la vieja política utilitaria representada por los partidos tradicionales, nada hay tan vulnerable, sin embargo, como la moral y el prestigio del partido socialista; no por su capacidad para el mal, sino por su absoluta incapacidad para el bien demostrada por casi veinte años de estéril acción parlamentaria. Desperdiciaron miserablemente el papel histórico que les estaba reservado en nuestra evolución política. Se gastaron en peleas domésticas dentro del partido y en escaramusas triviales dentro del parlamento, sin levantar en ningún momento el punto de mira hacia la realización de los ideales del socialismo, porque esto ya no era cuestión de discursos de mucho arco y poca flecha, sino cuestión de pantalones, y nuestros doctores del socialismo, francamente, nunca tuvieron fundillos de revolucionarios. Por eso van quedándose tan solos y por eso continúan temiendo que alguien venga a dispersarles el reducido rebaño electoral que aún poseen.
Tranquilicense por ese lado los políticos socialistas. Nunca hemos pertenecido a ningún rebaño, ni aspiromos a crear otros nuevos con fines electoralistas.
Tenemos de la política un concepto propio, claro, limpio y de una extraordinaria valentía moral, que nada tiene de común con el de los políticos militantes de hoy, para quienes el ejercicio de la ciudadanía sólo consiste en votar.
Contamos con hombres de capacidad y responsabilidad en nuestro elenco periodístico para abordar el tema de la nueva política, destinada no a resucitar muertos ni a arrebañar multitudes ignaras, sino a movilizar conciencias, y a encauzar las fuerzas morales y cívicas que existen en la clase media y proletaria del país, para pelear práctica más que teóricamente, por el pan, por la libertad y por la cultura del pueblo.
El movimiento de los intelectuales izquierdistas no es de doctrina ortodoxa, sino una reacción natural contra toda ortodoxia doctrinaria, la cual ha prodrcido el caos en los espíritus y la bancarrota de la organización obrera.
Lo que nosotros queremos salvar no es ningún ismo. sino el espíritu revolucionario traducido en acción frente a los hechos reales de nuestra exis.
tencia social. En tal sentido, no nos pagamos de etiquetas ideológicas ni tenemos prejuicios para los hombres que se allegan a nosotros Entre los mismos socialistas creemos que hay personas dignas de la mayor estimación y respeto. Si alguna vez necesitamos combatir a quienes hicieron del socialismo la carabina de Ambrosio, no será ni con la injuria ni con la mentira Esas son armas que se las dejamos a los malos periodistas del mal socialismo, quienes no es la primera vez que atribuyen venalidad política a personas de esta redacción, de una de las cuales llegaron a decir que lo había comprado Irigoyen con un puesto de inspector de enseñanza secundaria rentado con 800 pesos mensuales. Tan inverecunda como aquella, es la afirmación que repiten ahora diciendo que el diario obrero El Trabajo fué irigoyenista. creemos haber despejado con estas palabras las dudas de quienes nos Teen. sin acabar de saber qué es lo que leen.