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IZQUIERDA 12 IZQUIERDA 13 DEL REPERTORIO AMERICANO AUS Por JOSE VASCONCELOS otros, el bolcheviquismo. Esto no necesito demostrarlo yo, porque ya lo ha demostrado Ferrero y lo ha dicho bien sesudamente Lloyd George. La próxima guerra mundial, determinará la bolchevización acelerada del mundo entero, con excepción de los EE. UU. de Norte América. poco de esto se establecerán los Unidos de Europa, bajo un régimen de democracia económica bolchevique. Después de lo cual se hundirán los Unidos de bajo la presión de la Europa y Asia bolchevique.
Si hubiese guerra, parte de Sud América, que para entonces habría calcado el boloheviquismo francés como calcó la revolucion francesa, estaría en la guerra contra los Unidos de América Cosa natural, porque de su interés, la arrastraría a esta guerra, su odio contra el yanqui.
hubiese desarme, ya se ha visto como triunfaria Rusia: el bolcheviquismo, o la anar.
quía, según los países, se instalarían en el mundo. Pero, pues, la propuesta de Litvinoff ha sido rechazada con befa e irri.
sión por parte de Inglaterra y los demás países: con esto, todos los que en el mun.
do son, burgueses o no, han comprendido ahora bien a las claras cómo no hay que esperar el desarme. Todavía quedan algunos, o tontos o hipócritas, que se atreven a decir esta simpleza: habrá desarme cuan.
do primero haya seguridad. Pero, si no hay seguridad, es precisamente porque están allí las armas para quitarla. Mac Donald es de estos simples, y su proposición equivale a decir: cuando se acaben las gallinas no habrá más huevos. Pero, entre tanto, como nadie quiere acabar con los huevos siempre saldrán nuevas gallinas. Todo el mundo ha comprendido ahora, que medio mundo desconfía del otro medio. Esta es la seguridad. Por esto nadie quiere desar10 bes marse. La propuesta de Litvinoff. con el escándalo que ha armado, ha delatado justamente esta desconfianza recelo de unos Estados para con otros. Ni entre los aliados se confian un adarme. Nadie fía sino en las armas propias. Después de tanta habladuría pacifista en Ginebra, viene Litvinoff y hace que todos los Estados deseubran su juego. Estaban engafiando al mundo y querían engañarse unos a otros; y, en rigor, nadie se engañaba: todos eran tahures, y las fullerías de los unos, eran contrarrestadas por las fullerias de los otros.
Lo sabemos ahora gracias al bluff de Litvinoff. Este bluft ha sido un magistral golpe de Estado.
En suma Por allí andan ya voces guatemaltecas pidiendo que se acabe de extinguir en Guatemala el cabrerismo; las nuevas generaciones de Guatemala quieren ejercer el voto y quieren hacerse cargo del poder. No se resignan a ver que el derrocamiento de Estrada Cabrera no haya traído verdaderos cambios ni de personas, ni en muchos casos de sistemas. Quizás ando resbalando por un terreno en que no quería caer; pero es que tengo en la memoria las palabras de un reciente artículo de Asturias, el joven político y escritor de Guatemala muy conocido entre mosotros. El y otros con él, comienzan a dar expresión a la nueva Guatemala. Ni tiranías ni privilegios. Trabajo justamente remunerado y libertad hasta para derrocharla: eso parecen decir los jóvenes de Centro América, por lo menos aquellos jóvenes que no han vendido tempranamente convicciones a ninguno de los faccionalismos personalistas que son azote de muestra América.
También la generación nueva del Salvador está de acuerdo en que el gobierno de un pueblo no es asunto de familia ni puede subordinarse a los intereses de un grupo capitalista. El Estado no es una gran hacienda que el propietario maneja y explota, sino un interés moral y una empresa colectiva a la cual deben subordinarse todas las haciendas. Un latifundista solo es ya una calamidad; pero un latifundista presidente es como el retroceso a Moctezuma. su vez, los políticos hondureños, sin duda, habrán reconocido ya para estas fechas que matar a un ciudadano de Honduras es tanto como adelantarse a la obra del imperialismo. Porque uno de los propósitos del imperialismo es limpiar de toda nuestra raza inferior, todos los ricos territorios que hoy ocupan nuestras nacionalidades, para ocuparlos con la raza mejor que los imperialistas procrean; tal es uno de los puntos del programa imperialista. nosotros lo cumplimos desde antes de que nos llegue la conquista, porque la pasión política nos ciega y no respetamos el derecho de nuestros semejantes.
La raza que comienza, por empeñarse en su propia destrucción, como podrá librarse de la destrucción que le preparan sus rivales! Centro América, lástima que no podamos los mexicanos, vuestros hermanos deciros. Haced como nosotros! Sólo podemos deciros: recordad que la raza americana, que también es vuestra raza, produjo un Madero. el eblo mexicano todavía no se arranca del corazón a Francisco Madero. Entretanto, mientras no seamos dignos de ser oídos en consejo, volved la vista hacia la hermana menor que es Costa Rica.
La patria se defiende como la defiende Costa Rica: haciendo de cada habitante un hombre libre y un ciudadano. La patria se pierde cuando le nacen caudillos. Se salva cuando cada ciudadano encarna a la patria en su corazón.
La independencia no se asegura con actitudes. se garantiza con prácticas.
Desconfiad de los gestos que suelen ser la mueca de una derrota merecida.
El ideal no se define con gestos, se construye con obras.
Litvinoff, con su propuesta ha insinuado, para los que saben ver, una perspectiva del futuro social del nuevo mundo; ha confirmado que dei resultado de este duelo entre Rusia y Gran Bretaña depende la suerte del mundo. a mí me ha hecho pensar en esta conclusión objetiva cuya ingerencia es del todo ajena a mi simpatia o antipatia: que si hay desarme triunfará el bolcheviquismo en el mundo, y si no hay desarme habrá otra guerra, fatalmente, y tras de la guerra, fatalmente, triunfará el bolcheviquismo en el mundo: porque entonces los pueblos, reventados por tamaña carniceria y miseria, desesperados de sus jeles políticos y de sus amos económicos, querrán acudir a algún gran remedio: mo se hace en las ocasiones supremas; y como ya todas partes y todo este tiempo habrán oído predicar que el gran remedio está en el bolcheviquismo, lo probarán, por no tener otro a mano, sea o no el bolcheviquismo el remedio para el caso. Litvinoff, como sabía que no iban a admitir su propuesta de desarme, sabia que por lo mismo haria asi pensar a todos en lo fatal de la próxima guerra; y ra; y sabia que en todos dejaria la convicción o menos vaga de un fatal triunfo bolchevique, al cual ayudarán el tiempo y los hombres, principalmente los tiempos bélicos y los hombres belicosos. En final de cuentas, los facto res que se cree ser antibolcheviques por definición, serán de los más eficaces colaboradores en el advenimiento del bolcheviquismo.
COLo que nos espera ón más Nadie duda ya de que como sigan de esta manera las cosas, con tantos armamentos, y tantas engañifas, se parará en una nueva guerra. Rusia lo que ha hecho es revelar cómo odos los Estados se recelan y se acechan entre ellos. Así, en cierto modo, ha abierto una vía para que se hunda Europa en otra guerra. Es verdad. Pero ello es que a Rusia para llegar a dominar le conviene el desarme universal o la guerra universal. Ya he dicho lo que pasaría con el desarme. Pero como no va a haber desarme, diré lo que pasará con una nueva guerra: y es que sobrevendrá en unos países, el caos o la anarquía, y en Jaimne