Democracy

IZQUIERDA 15 IZQUIERDA 17 En lo tocante a la igualdad política, más vale no hablar. Es en tal terreno donde más resalta el contraste y desde donde surge la evidencia de la imposibilidad real e histórica de una igualdad que no existe y es tronante desigualdad.
La evolución, historia y desarrollo de los partidos políticos, nuevos y viejos, pueden dar una idea del desastre de nuestra democracia.
En el país hay para ella carencia de hombres y carencia de ideas.
un solo gran hombre que forme en la democracia. Ni la literatura es No hay en la Argentina un solo pensador, un solo mesocrática.
Los argentinos se han colocado, presumiendo una gran batalla, a la derecha o a la izquierda. Los de la derecha rompen sus armas contra la mentira de la democracia y tienden hacia la dictadura proclamando la hora de la espada. Los de la izquierda, en consonancia con la hora histórica y su significado, empujan las masas por nuevas rutas hacia una Revolución. Una hermosa juventud, desde la prensa, tribuna, magisterio, teatro, literatura, orientase hacia la creación de nuevas instituciones, proclamando el derrumbe de todo sistema parlamentario, anunciando el arribo de nuevas auroras.
Mientras tanto, el esqueleto putrefacto de la democracia argentina, vive su agonía conducido por políticos bajos, insignificantes, ignorantes y rateros.
La democracia argentina muere. Situada entre dos violencias, tardará poco en La verdad en última instancia corresponde a la vida; lo falso se amortiza, esto es, conduce por fuerza a la muerte. dice un evangelio de la escuela de la sabiduria.
Juan LAZARTE.
caer.
ranza Caudillos de Ayer y Política de Hoy en el cual se usan todas las armas, promesas, sobornos, dinero, amenazas, etc.
Asimismo, sólo logran llevar a las urnas minorias, sin entusiasmo y hechas.
No hay ningún interés por los gobiernos. La actividad política como pasión desaparece. No surge el esfuerzo común por mejorar los gobiernos. Los gobiernos han sido abandonados por el pueblo.
No tiene sentido la democracia. Ni para las elites que ya la han superado, ni para las masas aspirantes y creyentes en nuevos evangelios.
Hay una relación intima entre los hechos, la realidad histórica y las bases teóricas de la democracia. Una idea. dice Reyserlung no llega a ser potencia histórica por razón de su verdad sino por razón de su carácter representativo.
Los revolucionarios de Mayo vivieron y durmieron con la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, decretados por la Asamblea Nacional de Francia, agosto 1879. Esa generación no desconoció a Rousseau. Desde Moreno a Echeverría el contrato, social fue una obsesión, La actual generación, que balbucea el inglés, tomo por ejemplo la superdemocracia yanquí, cuyos escritores siguen la tradición más conservadora de la declaración de independencia adoptada por el congreso de los Estados Unidos de Amé.
rica el de julio de 1776.
La democracia argentina bebe en las teorías francesas como en las prácticas inglesas. En la historia de la democracia nosotrds no contribuimos con nada original, Si triunfó la idea de la democracia en las elites y oligarquias nacionales era por su representación. Significaba todo un programa y encerraba una gran espeLas fórmulas abstractas sobre las cuales descansa la democracia argentina, siguiendo una ley general, fracasan.
La justicia y la felicidad no son alcanzables por la via que andamos. Las promesas que en el orden intelectual y moral pos hieieran: igualdad, lbertad y fraternidad, resultan defraudadas por la experiencia misma de los hombres.
La doctrina de los derechos naturales muere como una abstracción insignificante: en nuestro país el primer vigilante de la esquina demuestra su innocuidad.
Ciento veinte años de democracia argentina no han podido destruir el despotismo legal que se ejercita lo mismo en la nación que en sus provincias. En el país los gobiernos fuertes son despóticas y sólo no llegan a ello cuando son débiles.
No son, pues, muchas veces, despóticos, por impotencia.
No hemos podido abolir privilegios bochornosos y sí seguir creando y aumentándolos.
Una historia de la libertad argentina seria una historia de la tiranía.
No podemos decir que somos un pueblo libre. Amén de las 12. 000 leyes nacionales y del mayor número de provinciales, los hechos de San Juan, Mendoza, Buenos Aires, etc. demuestran la ineficiencia de un self government. para los fines de la libertad en el pueblo entero.
Las libertades civiles unidas íntimamente a las libertades políticas, mejor es Do mentarlas. Con una constitución y todo, ellas han sido supeditadas y subordinadas criterio policial.
Done Las libertades individuales llegan a su ocaso y ante el poder absorbente del Estado, siguen el mismo camino que en los países dictadores del Occidente europeo.
Imposible es una libertad politica sin independencia económica. La constitución estableció libertades sin dar los medios para conseguirlas.
En 1927 los pueblos prepáranse y luchan por nuevas libertades, vale decir por abstracciones irrealizables en el régimen.
La libertad llega a su orto en la democracia argentina. Pero entendámonos bien, esa libertad dada por la ley. En En consecuencia, no fracasa la libertad sino la autoridad dispensadora de libertad.
La libertad como esencia espiritual confundida con la vida del hombre mismo, no fracasa; valor permanente, sigue constituyendo un alto postulado espiritual.
Nuestra república está basada en la igualdad. Si hiciéramos un estudio de la igualdad en el orden económico, veriamos seguramente que en la sociedad nunca hubo tanta desigualdad como ahora. Los grandes estancieros de la revolución o de la Restauración, podían ser empleados de cualquiera de los banqueros bonaeren.
ses o lugartenientes insignificantes de los terratenientes santafecinos, entrerrianos y azucareros tucumanos. La democracia argentina, constituida bajo la base teórica de una igualdad, engendra la desigualdad y trabaja en la formación de una minoría de millonarios y grandes comerciantes. La desigualdad en el orden económico trae otra en el orden civil.
Nunca hemos sido civilmente iguales los argentinos.
que A la manera de Plutarco habría que tejer el elogio de quienes forjaron la personalidad política de la Nación Argentina. Todo aquí se hizo, en su hora inicial, a base de heroismo personal. La historia argentina, en su formación y durante largo trecho de su desarrollo, es la historia de un cierto número de personalidades vigorosas. Nuestra vida política inicial justificaría la interpretación singular de la historia que alguna vez hemos saboreado en las bellas páginas de Carlyle. El héroe es la historia; él lo es todo, las masas le secundan dóciles le entregan su espíritu para que el héroe lo queme en aras de una obra superior; es la exaltación del genio, del arquetipo de una época, de la energia dominadora. El es la única luz que alumbra en las tinieblas le rodean; si se apaga, la historia pierde significado, se obscurece en su insignificancia. Puede admitirse hoy este criterio como ley general de la historia. Indudablemente, no. El cetro del imperio, en el sentido romano, se ha trasladado del hombre a la multitud. El impulso vital nos viene desde abajo. La sociedad ya no es una expresión verbal sin sentido; es un organismo, tiene su ritmo, su dirección, los elementos de su propio gobierno. El heroísmo es colectivo o no existe. La última guerra no fué decidida por los generales, ni por los ejércitos; la han decidido los pueblos. No ha sido guerra de Estados, sino conmoción de naciones. Estamos hablando de un espectáculo que culmine una época y que, por ende, la define. Dónde han estado los héroes?
conocido al héroe Cuando los pueblos quisieron levantar monumentos que perpetuasen el recuerdo trascendental?
de su tragedia no pudieron inscribir en el mármol un nombre. No estaban César ni Se. al impulso total y colectonces, al soldado desconocido, esto es, al heroismo anónimo, LOS pueblos se glorificaron a sí mismos. Porque ese todos, la soldado gacionese Nadie, era el alma de todos, la muerte y el sufrimiento de una ilusión colectiva.
Saotome name Ayer la fuerza de un pueblo dependía del hombre que lo manejaba: El Estado era él y la sociedad se le sometia. Hoy los Estados más fuertes son los más impersonales, imperio de la tierra, el único que pueda compararse con el romano, el imperio inglés, es el asiento más seguro de la democracia, aunque relativa ella mis.
ma. La democracia ideal todavía no se ha visto por ningún lado. La dictadura personal es hoy espectáculo histrionico, evidencia la incapacidad politica del pueblo que a ella acude para regirse. De lo heroico a lo grotesco hay un paso; un gesto humano determinado, según donde se lo ubique, resulta severo o ridículo. la ubicación no. ha argentina