FascismItalyMussolini

IZQUIERDA IZQUIERDA de los siglos, y se abren cada día nuevos horizontes. El camino de la verdad está empedrado de errores. fuerza de equivocarse, el hombre, finalmente, encuentra la verdad. Y, gracias a los errores de nuestros antepasados, hemos alcanzado nosotros la suma de verdades que actualmente poseemos. No es posible, entonces, volver atrás.
asesino de las libertades públicas, que mantiene a Italia bajo sus plantas.
De este párrafo, lo único que, probable mente, escribió en serio, es eso de asesino de las libertades públicas. El resto, huele a chiste revolucionario: anar chiste.
En el mismo cable, afirma: Las lacras atribuídas al gobierno del señor Mussoll ni no son especificamente fascistas ni tamcher poco específicamente italianas; son las la cras que siempre se encuentran en el tene. broso abismo del corazón humano.
El fascismo nació en Italia y tuvo su encarnación máxima en Benito Mussolini. Nació y se desarrolló en Italia y de alli no salió. Fué un invento especifico. Es menester, entonces, entender al revés este párrafo. De otra manera, carece de sen.
tido.
Añade que el fascismo se mantiene a base de actividad y no de palabras.
Roberto Bracco, no obstante, asegura que el fascismo se mantiene a base de aceite otro escritor emigrado dice que mientras el señor Carlo Erba, cómplice del régi men, viva, Mussolini tendrá asegurada la restauración.
castor.
Discurso Póstumo de Arturo Cancela Con motivo de la silbatina que los estudiantes le hicieron a un coronel que invadió la Facultad de Derecho para dar una conferencia sobre balística o estrategia, Arturo Cancela, desde las columnas de La Nación. le espeto a los insurgentes nueve columnas y media de palabras socráticas.
El primer error de Arturo Cancela, a nuestro juicio, consiste en encarar un asunto del siglo XX con el criterio de un pensador que existió enatroeientos años antes de la era cristiana. Desde Sócrates a Spenggler ha llovido mucho sobre el campo de la filosofía y hubo una limpieza general de conceptos anacrónicos. Más que limpieza, hubo una especie de masacre, donde fallecieron casi todos los piojos de la tradición.
En tiempos de Sócrates, por ejemplo, Aristóteles decía que la naturale.
za había hecho a los hombres de dos maneras: a unos los había hecho esclavos, para obedecer, y a otros los había hecho libres, para mandar. Añadía que la mujer debía una sujeción absoluta al hombre, y que la autoridad del padre era también absoluta, pudiendo, en caso de reputarlo conveniente, dar muerte al hijo El criterio de los griegos de la antigüedad difería fundamentalmente del nuestro, por manera que no podemos tomarlos, en este renglón de la filosofía, como modelos. Ellos no partían de la base que partimos nosotros, y es a saber: que todos los hombres están hechos del mismo barro y que todos los hombres tienen los mismos derechos y los mismos deberes; sino que dividían a la humanidad en dos partes: aquellos a quienes no se sabe por qué causas la naturaleza los había hecho libres, y aquellos otros que por las mismas razones la misma madre común los había parido esclavos. Por lo que se ve, los grandes pensadores griegos tenían un criterio bastante negrero de la especie humana. Además, suponían que todos aquellos que no habían nacido en Grecia eran bárbaros. y así los calificaban.
Nosotros podemos admirar de Grecia sus cualidades, pero no sus defeetos. Cada época tiene su lógica. El cerebro del hombre se amplía a través SEGUNDO ERROR DEL MUERTO Sócrates no hablaba tanto. simple vista, se advierte que Cancela escribe largo y piensa corto, Sócrates, en cambio, pensaba largo y escribía.
nada. El filósofo de Atenas aseguraba que prefería escribir sus palabras en el corazón de los hombres, y no escribió, en consecuencia, una sola línea. El filósofo porteño, en vez de seguir el ejemplo de su maestro, prefiere, claro está, escribir sus palabras en las columnas de La Nación.
El discurso que nos ocupa comienza con una remembrucia al general Justo. Parece ser que Cancela tenía una deuda de gratitud con ese hombre que le hizo experimentar una de sus impresiones más hondas de civismo. y quiso, naturalmente, pagarla. La deuda del escritor era una cuenta vieja que contrajo allá por el año 1921, cuando el general Justo no había llegado a ministro aún, y dirigía la Escuela de Cadetes, cuya labor silenciosa no había hecho trascender todavía su nombre del ámbito militar. Dos cosas llaman la atención aquí: la labor silenciosa del general Justo y la trascendencia de su nombre.
El trabajo de los militares se puede considerar un trabajo. Qué es 10 que se aprende en el ejército fuera del manejo de las armas. qué objeto tiene el manejo de las armas, aparte del uso que comúnmente se les da!
o es que se va a comparar el trabajo de los militares con el trabajo de los cirujanos? 30 es que la coincidencia de que estas dos profesiones se dediquen, como quien dice, a destripar al prójimo, significa que los cirujanos y los militares persiguen la misma finalidad? También los asesinos, a menudo, se apuntan con una craneotomía, pero entre la operación de un cirujano y la operación de un asesino se interpone heroicamente la cultura, y median, por lo menos, seis años de universidad.
Nosotros consideramos trabajo cualquier operación útil o agradable a la especie. El trabajo de una prostituta, pongamos por caso, no es trabajo: es una porquería. el trabajo de un verdugo jamás puede englobarse en el orden moral de las profesiones humanas. El que hace funcionar la silla eléctrica no trabaja: asesina. El trabajo de los militares, para nosotros, es como el trabajo de los sacerdotes. Ya lo hemos dicho una vez: uno se pasa la vida haciendo cruces en el aire, y el otro en el cementerio. De la labor silenciosa del militarismo puede dar cuentas la guerra europea: veinte millones de muertos, sin contar los heridos y los mutilados.
30 es que la muerte y la devastación ahora se consideran un trabajo?
TERCER ERROR FUNERARIO Pasemos a la resonancia del nombre de Justo. Antes nadie lo conocía.
Pero ahora, fuera de nosotros, quién lo conoce! Y, aunque lo conocieran muchos. de qué data su conocimiento. Quién no conoce el nombre de Juan Moreira o de Mateo Banks. Cuántos nombres andan por allí rodando de boca en boca, sin que por esto dejen de ser lo que son: nada. Acaso el nombre de Alvear, que se pronuncia tanto, tiene algo de trascendente o intrascendente. Los Fernández y los Pérez no suenan más que el presidente de la República? Qué ha hecho de particular el general Justo para que su nom