Sacco y Vanzetti

5 IZQUIERDA IZQUIERDA ACOTACIONES NO SOLAMENTE HA PROGRESADO EL CONTENIDO. TAMBIEN HA PROGRESADO LA FORMA EL ARTE DE FUSILAR HA LLEGADO SU PERFECCION MAXIMA El público tenía razón: hay que dejar ver, también, a los del gallinero. El condenado sube al patibulo y mani Liesta que quiere hablar. Concesión. Uti lizando frases poéticas puso a Dios por testigo de su inocencia y dijo que el pue. blo estaría satisfecho por la diversión que se le proporcionaba. Intervención del fiscal. Entra el hermano del reo. Su hermano Juan. prosigue el perio. dista le grito: Rie, rie, hermano como rie el justo, seguro de su inocencia. El público, entonces, se estremeció ante la inminencia de la tragedia. La muerte fué instantánea sin que hubiera necesidad del tiro de gracia. como al final de una crónica teatral. La ejecución causó honda impresión en el público.
No en vano, lejem. no en vano llevamos sobre las espaldas toda la piedad de veinte siglos de cristianismo. Ni tampoco, en vano jejem! el hombre es considerado el animal más inteligente de todos los animales.
pero no con LA COSA. HUELE MAL por cumple Las dos Américas, están demostrando, cada dia, mayor interes por los fusilamientos y por las electrocuciones. Se ve que es un interés sincero, porque, a menudo, se ejecuta contra la opinión de todo et mundo. Ultimamente, soplo por los dos continentes, una especie de pampero do ejecuciones públicas. La primer víctima que tronchó el vendaval fué Madeiros. continuación, Saeco Vanzetti. Luego, la veleta se inclinó hacia México. El dia fueron fusilado tres generales: Arnul.
fo Gómez, Vizcarra rrió por y Castaños. Esto ocula mañana. Por la tarde, fueron sorteados otros tres: Meza Pérez, Almeda y Palacios. Por la noche, hubo una lotería.
general. Se calcula que el número de los agraciados alcanzó treinta.
De México, el huracán paso a Bolivia.
En la madrugada del cinco fue ejecutada en el Panóptico del Altiplano. La Paz, sic. el condenado Jáuregui, apresado en 1920, y cuya ejecución aplazóse indefinidamente como en el caso de Sacco y Vanzetti. fuerza de fusilar, sin duda, se adquiere una pericia incuestionable, y es así como el arte dramático de pegar cuatro tiros, avanza a pasos agigantados. La técnica de los americanos, en esta asignatura es ya su: perior a europeos. ITO resulta ría exagerado, afirmar que de estos países llamados despectivamente hárbaros. partirá el mejor día para el otro mundo, la fórmula de la renovación total en lo que se refiere al instrumental quirúrgico y a su aplicación práctica. El último descubrimiento del tío Sam. la silla eléctrica confirma nuestra suposición.
Confesemos que la silla eléctrica ha dejado atrás toda la producción pretérita.
Recién hemos comprobar que el doctor Guillotin era un retrógrado. Si echamos una ligera ojeada al pasado, además, la diferencia profunda que nos separa de todos los medios que utilizaron los hombres para finiquitar a los hombres, más profunda todavía. Nos tropezamos con una serie de instrumentos y aparatos ru.
dimentarios, como el garrote y la cachiporra, verdaderos cachivaches punitivos, propios de la infancia mental del género humano. Tomemos, por ejemplo, la horca.
No se puede pedir mayor ingenuidad para poner fin a una cuestión tan formal como es la supresión de un individuo, que plantar tres palos y ceñirle una cuerda con un mudito.
En Norte América, nación piadosa y emotiva, raza privilegiada y progresista, la hor ca, ha pasado a ocupar un lugar en los museos de antigüedades. Los americanos, cada vez que se recuerda semejante instrumento pa satista tienen la misma sonrisita piadosa que tienen los futuristas cuando hablan de Ricardo Rojas. Después de la horca, viene la hoguera. Si no viene después, debemos confesar, entonces, que ya existía antes. La hoguera significa un paso hacia el futuro, convence a nadie, espe cialmente aquel en cuyo honor se enciende es anterior a la guillotina y posterior la invención de los fusiles. no prosee, sin embargo, la eficacia que se le atribuyó al principio y ofrece los mismos inconvenientes de la horca. o por lo 12 menos, se presta a las mismas objeciones th lógicas, Iva cuerda de la morca no siempre sus ces: marra; a veces: se rompe o no a prie ta. Llena está la historia de los ahorcados que burlaron aviesamente la cerradura del lazo. Otro tanto puede decirse del fusilamiento. menudo, se simula fusilar como en el caso del señor Mario Caravadosi cada vez que se representa Tosca.
musiquita de Puccini, letrita de Sardou. sucede algo peor de los diez o veinte tiradores, tan sólo uno acierta y le pega al reo en una pata. De ahí que al fusilamiento fue menester afiadir un acto suplementario que se denomina tiro de gracia. La guillo tina, si bien produce una desnucación rápida y limpia, requiere, no obstante, el mismo cuidado que requiere una navaja de afeitar. parte de que exige un afilador práctico y consciente. De lo contrario, le pasa al operador lo le pasa a esos peluqueros chambones que ordinariamente afeitan en seco. Todos estos inconvenien tes han sido subsanados por el genio de la América del Norte, a quien le la fortuna de inventar el instrumento más perfecto que se conoce en la historia del delito y de la pena. la silla eléctrica.
Dos cosas le debemos a nuestros queridos hermanos de allá arriba: la invención de un asiento tan cómodo, que evita a todo de lincuente morir de parado. y la perfec ción de la cría del cerdo.
Otro aspecto que antiguamente no se consuitaba en las ejecuciones era, lo que podria llamarse, su representación escénica.
Antes, no se le daba mayor importancia ai espectáculo. Se levantaba el el telón.
caia una cuchilla y el verdugo hacia mutis por el foro llevándose la cabeza de un ho un hombre en un canasto. Pero, desde que se inver el periodismo, la máquina de retratar y los rollos de la cinematografia, el espectáculos ha pasado a ocupar un primer plano. Ha perdido, asimismo, ese aspecto sombrio macabro que le prestaba la carencia de at.
mósfera histórica y la impericia de los meteur en scène Ahora, es en primer término: un espectáculo y y en segundo término: un espectáculo bastante concurrido.
En Bolivia se acude a una ejecución como aquí a una cancha de futbol Foscuchemos, sino, la relación que hace un periodista para uno de los diarios más serios de esta metropolis, sobre el fusilamiento de Jáu regul. La naturaleza dice presentaba ur espléndido aspecto. Columnas humanas ascendian por las laderas del Altiplano para presenciar el espectáculo.
La ejecución, aquí, en rigor, deja de ser ejecución, y se convierte en espectáculo.
Sigamos la descripción. Acto primero. Es cenario: la cárcel. El condenado estaba en el cuartel de aviación. Cuando entramos para entrevis tarlo nos saludó afectuosamente. Vestia de negro, con guantes, y en la muñeca derecha tenia ceñido un rosario. Carac terización adecuada. En el momento de entrar nosotros bebia una copa de whisky. Pausa. En este momento. escena se gunda) Ingresaron a la celda varios de riodistas, dos sacerdotes, un jesuíta y un franciscano. Jáuregui me entregó una co pia del discurso (lo mismo hubiera hecho Jenaro Giacobini. que iba a leer antes de la ejecución y repartio todos fotogra fías con autógrafos. Mania literaria)
Acto segundo. El condenado llega al bulo. Prosigue la descripción: Los perio distas ocupamos los sitios más convenien tes primeras butacas) así como los foto grafos y los operadores cinematográficos.
Esto en el proscenio. En la barra. El público protesta contra los falsos pe riodistas que pretendían ingresar en el cuadro.
que de la de los curs Se halla, entre nosotros, un señor que se llama Atilio Barilari, el cual es ministro de Costa Rica, Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala Panamá, y ha lle: cencia. Dice el señor Barilari que Costa Durch os te Rica es el país de América que cuenta con menos analfabetos, y como el viene de alla y como nosotros no tenemos estadísticas para comprobarlo, no nos queda más reme.
dio que creerlo y darlo por cierto. Extraña, sin embargo, el señor Barilari halla solicitado y obtenido varias becas para estudiantes costarricenses en las escuelas rarales argentinas, pues, se supone que un pais que nos aventaja en analfabetos, de bía, también, aventajarnos en los demás grados del desanalfabetismo. sea, de la enseñanza. Lo más curioso del caso radica en que los cultivos principales de Costa Rica difieren fundamentalmente de los argentinos. por manera que los estudiantes de dicho pais aprenderán, aquí, por ejemplo, a plantar tabaco o zapallitos y se irán alla a plantar concienzudamente perejil o vinca per vinca.
Sabido es que todos esos países que representa el señor Barilari son factorias norteamericanas, donde una caterva de políticos criollos están vendiendo al oro yanqui la poca dignidad que nos queda a los pocos hombres dignos que poblamos este continente. Eos así, que por estas razones obvias. el señor Barilari, al ser requerido lo que pati podido cupo la se hace