Civil WarCommunismFascismRussian RevolutionSocialismSocialist PartySovietStrikeSyndicalismTrotskyismViolenceWorking Class

24 IZQUIERDA IZQUIERDA 25 a tos.
a ciembre de 1930. La primera, salvo violencias aisla como en Alemania, las derrotas heroicas son siempre das, fué pacífica. La segunda quedó frustrada por la fecundas; la historia está tejida de etapas dolorosas, tibleza de los dirigentes sindicales. Los directores del de fracasos momentáneos, que preparan, y sólo ellos partido Socialista y de la Unión General de Trabaja hacen posible el triunfo de mañana; se recordaba la dores, que siempre han ido de acuerdo, no creían en revolución rusa de 1905 sin la cual, tal vez, no hubiela eficacia de la insurrección armada. En el congreso ra sido posible la de 1917. Este espíritu de combate que el Partido Socialista y la celebraron en había prendido sobre todo en las juventudes obreras, 1933 hubo un cambio de dirección y de táctica. Por muy saturadas de propaganda comunista y especialqué?
mente trotzkists, incluso en las afectas al socialismo Uno de los motivos que más influyeron en este cam Puede decirse que la revolución ha sido obra de las bio fué el aniquilamiento del partido socialista alemán juventudes proletarias. La mayoría de los líderes adula principios de 1933. Era la bancarrota del evolucio tos o se apartaron del movimiento o fueron a remolque nismo democrático. Contra lo que se había pensado, de los jóvenes, con poca fe y decisión. Ha habido el fascismo significaba mucho más que una simple pe excepciones magníficas que ahora no sería discreto culiaridad italiana. Por primera vez se reconocían sus nombrar porque los jueces andan todavía afanosos rasgos universales. El fascismo, como luego ha dicho buscando un comité central o altas responsabilidades el publicista francés Rosenstock Franck. La economie personales sobre quienes se descarguen las tras de corporative fasciste en doctrine et en fait. represen la ley y de una sociedad empavorecida. Cuando se ta la socialización de las pérdidas del capital. Para puedan conocer todos los detalles de esta extensa y aliviar la crisis económica había que reducir los sala honda insurrección, se verá que las juventudes obreras, rios y prohibir las huelgas. Consiguientemente, había ellas solas, la hubieran desencadenado aún contra la que suprimir (era el método más sencillo y radical) las voluntad de los dirigentes sindicales. Ha sido un moorganizaciones fundadas en la lucha de clases.
vimiento incontrastable, de abajo arriba, de una masa Los socialistas españoles tuvieron ya en 1933, la que no estaba dispuesta a dejar pasar sin batalla al fasintuición de que el fascismo trataría de imponerse en cismo. La tensión revolucionaria había llegado a tal todos los países y también, por lo tanto, en España. extremo, que si no estalla, el proletariado de tendenLa propaganda de los partidos de la derecha, en las cia socialista hubiera roto sus cuadros sindicales y se elecciones de noviembre, confirmaba este presenti hubiera incorporado a los de carácter comunista o anarmiento. Declaraban sin embozo esos partidos que su co sindicalista. Ese proletariado, hasta ahora pacífico, propósito, si vencían en las urnas electorales, no se exigía el bautismo del fuego, como el comienzo de una limitaría a someter en el parlamento a los socialistas, nueva actitud histórica.
sino a destruir su fuerza política y sindical en todo el Ejército bisoño en este linaje de lucha, la huelga país, barriendo por la fuerza sus organizaciones. La adoleció de los defectos que caracterizan a toda fueramenaza se ha ido cumpliendo. Los gobiernos minori za no fogueada y poco preparada técnicamente. Una tarios, manejados su antojo por los partidos de la revolución moderna, si quiere triunfar, ha de planearderecha, fueron destituyendo todos los ayuntamientos se como una guerra: otra cosa es mero blanquismo o donde había mayoría socialista. Se clausuraron nume motín sin consecuencias. Una revolución necesita, no rosas casas del pueblo de filiación socialista. Se per sólo de directores políticos, sino también de directosiguió, con saña sin precedente ni en la monarquía, res militares. En la española han faltado. si los había, a la prensa socialista, multándola con sumas enormes, y ¿por qué no participaron en el movimiento? Tampoco recogiendo casi a diario sus tiradas. Ultimamente, con sería oportuno ahora y aquí dilucidarlo. El hecho es el pretexto de un contrabando de armas y el hallazgo que faltó esa dirección. De allí su debilidad técnica por la policía de unas pistolas y bombas en la Casa hasta en las zonas donde fué más intensa, como Astudel Pueblo de Madrid, guardadas allí para defender rias, León y el país Vasco. Los revolucionarios de esas se de un probable ataque de la Falange Fascista, se pi provincias, mineros en su mayoría, apenas combatiedib la disolución de gran número de sociedades obre ron más que con dinamita en cuyo manejo eran maesras; los tribunales de justicia han fallado posteriormen tros. Los asturianos disponían de fusiles y cañones, pete en ese sentido. Se cumplía el programa de Acción ro conocían mal su funcionamiento y carecían de muniPopular y otros partidos afines.
ciones abundantes. En sus objetivos y en sus movimien Ante esos hechos y al ver como se deshacía o burla tos de masas cometieron grandes errores, que bajo la ba la modesta legislación de la república; obstaculi dirección de unos cuantos oficiales del ejército se huzando la Reforma Agraria; consintiendo que las órde bieran evitado fácilmente, poniendo en grave aprieto nes religiosas siguieran con sus colegios de enseñanza, a las tropas del gobierno.
contra lo que dispone la Constitución; restaurando La insurrección se polarizó en las montañas mineras en el campo los jornales de hambre; amnistiando a to del norte. La favorecía el terreno abrupto de esas redos los monárquicos y permitiéndoles reingresar en el giones y el carácter viril de esas razas cantábricas, doservicio del estado republicano; restableciendo otra blemente endurecidas por el medio natural y por el vez un presupuesto del estado para el clero, lo que trabajo ciclópeo de las minas de carbón y hierro. En también era inconstitucional, la desilusión del prole las ciudades fué menos intensa, por estar mejor defentariado de la república a los tres años de instaurada, didas y ser más difícil la concentración de grandes mano tuvo límites. Porque todo eso y lo que seguramente sas armadas. En Madrid, donde pude comprobarlo, salhabía de venir como complemento era el fascismo, no vo dos o tres tentativas de asalto a algunos cuarteles, franco y rudo, de abajo arriba, de la calle al poder, y la lucha se sostuvo entre la fuerza pública que estaba como el de Italia y Alemania, sino astuto y soslayado en las calles y los revolucionarios que disparaban des como el de Portugal y Austria y otros países donde de las terrazas y los balcones. Esta táctica parece inúinfluye poderosamente el Vaticano.
til, pero no hay duda que, prolongada, acaba agotanLa lucha era inevitable, incluso sin posibilidades de do los nervios de la fuerza pública: a los tres días los victoria. La insurrección austríaca en febrero de 1934, Guardias de Asalto estaban moralmente deshechos por lejos de amilanar al proletariado español, le encendió la hostilización de un enemigo invisible.
de entusiasmo. La consigna fué esa: antes caer venci La sorpresa de la huelga en sentido negativo fué el dos como en Austria que ser pulverizados sin lucha campo. La Castilla central, Extremadura, Andalucía, el Levante, Aragón, respondieron a la huelga pero con dias de Asalto no hubieran podido resistir ocho días poca o ninguna violencia. dos motivos hay que atri de tiroteo en las ciudades. Pero la gran debilidad del buir esta relativa defección revolucionaria. Uno fué Estado se reveló en el temor de hacer uso del ejército, a desilusión y el resentimiento que en el ánimo del salvo pequeños contingentes en Asturias y en Cataluproletariado campesino dejó la huelga general que ha contra la Generalidad. Como la lealtad de la mayola pasada primavera organizó en toda España la Fede. ría de los soldados de fila y de una buena parte de ración de la Tierra, perteneciente a la Los los suboficiales a un gobierno como el de Lerroux era dirigentes de la y del partido socialista no por lo menos dudosa, preventivamente se la retuvo en prestaron a esa huelga el apoyo moral y material que los cuarteles, ni siquiera se intentó apenas emplearlos los campesinos esperaban, por considerarla inoportu en los servicios de Transportes y otros públicos.
na e ineficaz, como así ocurrió. Sin el concurso de los La represión corrió a cargo de tropas mercenarias otros sindicatos, la huelga se desmoronó rápidamente, traídas de Africa, del Tercio, originariamente formado debilitando la Federación de la Tierra y sembrando por extranjeros, aunque ahora está limitado su númeel abatimiento en los campesinos, que se creyeron abanro, y de Regulares, o sea soldados marroquíes al serdonados. Ese estado de espíritu explica la tibieza invicio de España. La Ferocidad de estas dos fuerzas es surreccional con que tomaron parte en la huelga de proverbial, Pues a ellas hubo de recurrir el gobierno Octubre; para ellos era demasiado tarde: del mismo para sofocar la insurrección en Asturias. Los moros modo que su huelga de la primavera había sido prematura y mal aconsejada para el resto de los sindicano pudieron llegar a esta región durante los siglos VIII al XV en que invadieron y dominaron en España y fué precisamente en un lugar de los montes asturianos, en Otro motivo fué la insolidaridad de anarquistas y Covadonga, donde se inició la reconquista. Ahora ensindicalistas en las provincias, donde cuentan con imtraron por mar en Asturias, llamados por los antiguos portante fuerza propia. No evitaron que la huelga fue cristianos y sueldo de la república para combatir o ra general, pero no quisieron imprimirle carácter relos nuevos infieles: los mineros revolucionarios. Este volucionario. También en esta actitud pacífica hay una hecho sin ejemplo en la historia de ningún país, ha esraíz de resentimiento: era la represalia o respuesta que candalizado incluso a muchas víctimas de la revolución.
se daba a las organizaciones socialistas por no haberse sumado éstas a ninguno de los cuatro levantamientos Las atrocidades cometidas por el Tercio y los Regulares, no sólo durante la lucha sino después del armisarmados que durante la república había promovido el ticio, escandalizarán al mundo cuando se conozcan.
anarco sindicalismo. Al propio tiempo hay que tener Rara vez ha sido tan brutal el terror ejercido por un en cuenta que los dirigentes sindicalistas y anarquistas no podían contemplar con buenos ojos el cambio gobierno. Los tradicionalistas se han quejado siempre de táctica de los sindicatos socialistas, por temor de sobre España: pues frente a estos hechos, ya no ignode la leyenda negra que los extranjeros habían tejido que éstos arrastrasen a sus masas, como ya está ocurrien rados, todas las leyendas negras son pálidas.
Sólo en el norte hubo unidad de acción entre todos y el terror tampoco aterra. Mata a unos; pero los los sectores obreros socialistas, comunistas, sindicalis supervivientes, lejos de intimidarse, crispan los puños tas y anarquistas, otro motivo además de los indicados, de ira y esconden el fusil para mañana. Hoy nos han que explica la extraordinaria intensidad de la insurrec vencido; otra vez será. dicen los fugitivos. El valor y ción en esas regiones y la variedad de caracteres con el espíritu de combate de esa gente son infinitos. Con que se definió en los pueblos donde dominaron, sin estos hombres. aludiendo a los revolucionariosyo gularmente en Asturias. En unos se abolió la moneda, conquisto Europa, declaraba, según una anécdota, un y se proclamó el comunismo libertarlo, dos rasgos tín oficial de las tropas gubernamentales, poseído de irrepicamente anarquistas. En otros se instaló el soviet, frenable entusiasmo ante la resistencia. Con hombres hecho notoriamente comunista. En los más predomina así se puede conquistar todo, menos a ellos mismos.
ron los socialistas que supeditaban su triunfo local, Ahora quieren desarmarlos; pero las armas más fuertes claro es, a la suerte del estado central, pero vencida las llevan en sus conciencias de visionarios indomaCataluña bles. La guerra civil sigue en pie. Todos lo dicen: la contenida la insurrección en Madrid y en la mayor parte de les provincias, el desenlace de la deposición de las armas es solo una tregua.
lucha en Asturias estaba previsto: el dominio de la re Las guerras civiles españolas del siglo XIX fueron belión era cuestión de tiempo.
luchas sangrientas de unas oligarquías contra otras; Sin embargo no es de presumir que el gobierno, ni ésta de ahora es la guerra del proletariado contra las los partidos que le apoyan, esté satisfecho de su victo oligarquías, contra las antiguas monárquicas y contra ria, que mucho nos equivocamos, o será una de las vic las nuevas republicanas, unidas por el común denotorias más pírricas que ha tenido un gobierno. En pri minador del fascismo. Las derechas no han querido mer término, porque habiendo sido en conjunto bas que en España hubiera una moderada república libetante débil la insurrección, por las razones apuntadas, ral y democrático; la réplica ha sido la revolución de se puso de manifiesto también la enorme debilidad Octubre. Una revolución que ha empezado, pero que del Estado. La Guardia Civil, a pesar de su probado no se sabe cuando ni cómo terminará. Para una soluvalor y su férrea disciplina, fué arrollada en casi todas ción media, para una restauración de la república del partes en donde hubo lucha en el campo. Los Guar 14 de Abril, probablemente es ya demasiado tarde.
do.