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26 27 IZQUIERDA IZQUIERDA Año mn. por Hs pas de población hemos beneficiado, en realidad, a los mejores exponentes del privilegio. Quizá contribuye a la comisión de tan delicado error de método, el desconocimiento del ritmo adqui.
rido ya por el proceso de la concentración capitalista, dentro de lo relativo de nuestra economía. No investiguemos ya la causa de esos mismos errores, en otros países de racionalismo industrial agudo y de economia plutocrática y colonial. Limitémonos, por el momento, a juzgar nuestra propia situación y para ello demos como medianamente veraces, las estadísticas oficiales que constituirán los elementos de juicio de nuestro análisis de las clases.
se acuerdan a los poseedores de tierras y hacienda por un valor mucho mayor que el acordado en efectivo. Vale decir, aclarando, que para nada cuentan en estas cifras los arrendatarioz en dinero, al tanto por ciento, o medieros.
Año Agricultores Ganaderos Totales 1927 138. 451. 000 295. 922. 000 434. 318. 000 1938 125. 662. 000 319. 344. 000 445. 000. 000 1929 162. 532. 000 327. 500. 000 490. 032. 000 1930 188. 9. 000 333. 705. 000 522. 584. 000 1931 130. 671. 000 327. 884. 000 458. 555. 000 Estas cifras, tomadas de la Memoria de la institución nombrada correspondiente a 1933, son tan elocuentes que solas bastar an para confirmar nuestra aseveración de la caida económica del lati, undio y a la comprobación de que la revo 11ción del de septiembre de 1930, se produjo en el preciso instante en que la escala ascendente de los préstamos hipotecarios, alcanzó su culminación, conmás de 520 millones; por otra parte, las cifras del Banco Hipotecario Nacicial, que opera primordialmente sobre propiedades.
superan en mucho estas que dejamos expuestas.
1926 27 22. 93 192728 23. 72 1928 29 23. 53 1929 30 26. 01 193031 22. 28 Establezcamos ahora el standard de vida rural conocido, para el último año agrícola que es tamos considerando (el menor) y tenemos el si.
guiente promedio para todo el país, por kilógramo de peso: Carne vacuna 49 Carne ovina 54 Fideos 37 Galleta 25 Pan blanco 32 Azúcar 44 Yerba 93 Vino 45 No consignamos, por no ser conocidos, los promedios de costo del vestido, herramientas, seguro y semillas. Aún así, esta estadística está evidenciando por si sola, una visible pauperización campesina, especialmente en la clase propietaria, que debe subvenir, no ya a sus necesidades fi.
sicas, si no a las propias contingencias del rlesgo, asegurando la producción y la vida, con una tierra que se desvaloriza, con productos de la tierra pagados con moneda vil y estable y con un mercado atado a las especulaciones bolsisticas más leoninas y tendremos la paradógica conclusión de que precisamente, quienes no poseen la tierra, son quienes más a cubierto están de la miseria y de los riesgos. Cómo puede entender, entonces, la clase campesina, la ventaja de nues.
tra conocida consigna: LA TIERRA PARA LOS QUE LA TRABAJAN. El campesino argentino Hacia el campo debe enfocar hoy el Socialismo, reivindicando su verdadera posición de combate para un país de economia agropecuaria, su ojo avizor. Por lo mismo, importa establecer las verdaderas condiciones del campesinado argentino, para determinar, a su vez, el método a seguir dentro del nuevo plan táctico a que deberá gustar su actuación en el futuro Hay diseminados en el país, según estadísticas oficiales del año 1929 30, no menos de 153. 254 chacras, de las cuales 60. 535 son explotadas por sus propietarios; 38. 314 por arrendatarios en dinero; 48. 428 por arrendatarios al porcentaje y 977 por medieros.
Hay pues en la clase de los agricultores que se acosuumbra a incluir entre los exponentes de la clase media, un promedio apenas superior al 40 ojo de PROPIETARIOS.
Pero no basta poseer un pedazo de tierra, pera considerar medio burgués a un agricultor: es preciso considerar otros actores que concurren a identificar nuestro campesinado, con cierta capa de proletariado industrial.
Contra la teoría de los fisiócratas, de radlicar en la tierra la unidad de todo valor y riqueza, se levanta actualmente la realidad de que en El último quinquenio el valor de la tierra apta para la agricultura, por hectárea y por año, ha sufrido oscilaciones bruscas, con ciertas derivacionescue pasaremos a exponer. Según la Dirección de Economía Rural y Estadística, los promedios nonderados para todo el país fueron, durante el último quinquenio, los siguientes, por hectárea y por año: Cual es el lastre que experimenta nuestra clase campesina, sino la absorción de la riqueza producida en e sas extensiones que ya no son de sus dueños. Casi la quinta parte de la superficie cultivada en 1932 en nuestro país, estaba hipotecada a los dineros de la Nación. sin din bargo, aun nuestros latifundistas rastacuerus, priman en el escenario pontico nacional.
Quienes han hipotecado en forma tan desordenada sus tierras; el pequeño propietario de una parcela, o el poderoso terrateniente y ganadero que, no pudiendo desprenderse de ellas, porque ya no te pertenecen, aún pretende utilizarlas como un bien mostrenco, arrendándola al tanto por ciento o en dinero, a precios inadmisibles e incompatibles con el promedio dei valor de la producción. Comprendemos que nuestra riqueza sufre las consecuencias de este pesado lastre: que la miseria del campo, se debe hoy, más que a la presencia del nefasto arrendador, al Estado que no se decide a suplirlo con la energía y la decisión a qua le da derecho su condición de propietario real, de esa parte hipotecada del suelo argentino. Sepamos aplicar el remedio heróico que las circunstancias exigen y preparémonos a afrontar la natural reacción que en defensa de sus bienes depredados, se operara entre nuestra burguesía latifundista cuando le llegue la hora de expropiación de un bien que no supo cuidar y ſecundar en beneficio de ia colectividad.
En suma podemos afirmar, sin temor a equi.
vocarnos, que la decadencia de la clase terrateniente argentina es un hecho Incontrovertible que adquirirá expresión de evidencia al vencimiento de la ley de Moratoria Hipotecaria, que constituye hoy la bolsa de exigeno que mantiene aún vivo el organismo descompuesto de la secta feudal, supervivencias del pasado.
LA TABLA DE SALVACION Ultimamente, después del paliativo aportado a la clase terrateniente, principal gestora de la misma, por la revolución de septiembre, parece que su situación se agudiza hasta el punto de que ha podido ver con visible desahogo y evideute alegria, la generosa disposición del Parlariento al sancionar la Ley de Moratoria Hipotecaris, evitando así la ciuda catastólica de nuestra hurguesía feudataria, en las fllas de la clase media.
Esta tabla de salvación, seguida de la otra más reciente, revaluando el oro y creando el Instituto Movilizador de Créditos Congelados, que en suma tienden en última instancia a sacar del anuro en que se halla el latifuadio criollo, constituye ahora el eje de las esperanzas de los exponentes de la clase conservadora.
Pero la caída se producirá igualmente, en forma jnevitable, si al vencimierto de la Ley de Moratoria no se prorroga su vigencia o no se produce un nuevo de Septiembre, que sería la saIida política más probable. esta caída es tanto más segura, a raíz de la forzada limitación de las operaciones de crédito impuesta por el Eanco Hipotecario Nacional, a partir de 1931.
11 aun así, al 31 de Diciembre de 1932, el informe oficial de esta sola institución acusaba im importe total de préstamos hipotecarios, por valor de 642. 036. 72511 La decadencia de los terratenientes La tarea immediata ¿Qué ocurrirá cuando, en 1936, la clase terrateniente se vea obligada a afrontar nuevamente el vencimiento hipotecario?
Los socialistas debemos preveer lógicos reflejos de indole político cconómicos, como consecuencia de la situación de apremio que ha de plantearse. EL Banco Hipotecarlo no podrá recuperar el capital Invertido en las operaciones, procediendo al rsmate de las propiedades en el caso de que sus duenios no cumplan los servicios regularmente, Procurarán estos apretar los torniquetes del arrendamiento? Ello es virtualmente imposible, par tiendo de estos dos supuestos admisibles: Porque el valor de la tierra en un pais que se despuebla ya atado a convenios Interna.
nacionales bajistas para la producción de granos, provocará el éxodo rural, amén do que aquel valor será inevitablemente menor.
Año mn.
1926 27 1927 28 1928 29 1929 30 193031 Frente a esta declinación en el promedio del valor de la tierra, que en el año último se ha agudizado a extremos inverosimiles, queda por plantearse la verdadera situación de la clase terrateniente, que ya no es tan floreciente como se acostumbra a denunciar en los manuales elementales sobre estos problemas.
Para la clase campesina, poseedora de tierras, conto para el terrateniente, constituye hoy un problema arduo el CALLDJON SIN SALIDA DE SU PROPIEDAD. Si bien anhela fervientemente desprenderse de semejante propiedad, no le es posible hacerlo, debido a la baja de su valor; la institución hipotecaria oficial, por su parte, due na ya de grandes extensiones de tierras por vía hipotecaria y de vencimientos de los servicios de prenda agraria, tampoco puede desprenderse de sit CAPITAL MUDRTO sin mengua del capital real invertido.
Echemos, en apoyo de esta afirmación, una ojeada a los descuentos y redescuentos acordos por el Banco de la Nación a los agricultires y ganaderos. en el último quinquenio considerado, no olvidando que dichos préstamos solo 331. 92 337. 53 12. 74 373. 15 315. 89 La tierra hipotecada Tomando por base el último promedio conocido del valor de la tierra por hectárea y por año. 315 para 1931. tandremos que el importe las hipotecas realizadas, afecta a 212. 814 hectáreas de suelo argentino. Cuantas familias de desocupados podrían albergarse en un poderose ensayo de explotación arricola colectiva, bajo el control del Estado, dueño implícito de estas tierras en esta extensión. Asi mismo, el precio de los arrendamientos por hectareas y por año, ha sufrido oscilaciones semejantes y paralelas, estableciéndose los siguientes promedios ponderados para todo el país, según la repartición aludida: Porque una inteligente política agraria y de propaganda socialista en el campo, harán que la clase de los agricultores esté perfee.
tamente adiestrada contra todo intento de especulación en las arrendamientos.