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24 IZQUIERDA IZQUIERDA 25 Rusia en la Liga y Rusia con representantes diplomáticos en muchos países capitalistas, significa el resultado de una brillante lucha y de una gran política que es aplaudida no solo por los que tienen la obligación clasista de hacerlo, sino aún por aquellas mentalidades que sin estar al servicio de nuestro movimiento tienen el mínimo de corrección como el que se requiere para reconocer hechos que son evidentes.
Ultimamente se anunció que el Gobierno soviético tenía el propósito de establecer en Rusia el voto secreto.
En vez de contemplar este hecho con el único criterio que se impone, los críticos que se dicen socialistas, han querido aprovechar la oportunidad para reeditar sus conceptos verdaderamente derrotistas.
Así, por ejemplo, sostienen que con esta medida Rusia se desdice de todo lo que se ha hecho hasta ahora; se destruye la teoría de la dictadura del proletariado que Marx y Engels jamás prestigiaron. se reconcilia con la democracia y la libertad de pensamiento y se desdice de todo lo anterior que únicamente sirvió para desorientar a las masas. Es indudable que en apreciaciones socialistas de esta naturaleza sólo hay derecho para descubrir o una ignorancia sin límites o una inmensa mala fé.
Pero la ignorancia no es admisible, en estos casos, para un crítico que pertenezca al movimiento socialista, pues no se puede admitir que ignore las ideas elementales que lo informan.
Esta gente quiere hacer creer, a quién esté dispuesto a ello, que todo lo que se ha hecho en Rusia en los últimos 17 años se pudo haber hecho por medio del voto secreto y usando del precioso instrumento de la democracia burguesa. Esta es la tesis que informa esta clase de artículos y comentarios.
Pero el espíritu socialista menos avisado sabe lo siguiente: que la democracia burguesa es una democracia formal, que mantiene la desigualdad económica de los hombres. Que la democracia socialista es la transformación de la demoeracia formal en democracia integral, mediante la abolición de la propiedad privada y que la lucha por el Socialismo es, en última instancia, la lucha por la suplantación de la democracia política por la democracia económica. ese espíritu socialista comprende que Rusia no vuelve a la democracia por el hecho de que establezca el voto secreto. Que esa democracia y ese voto secreto no tienen nada que ver ni nada que hacer con nuestra democracia ni con el voto secreto de las Provincias de Buenos Aires, de Mendoza y del resto del pais.
Rusia, con esa medida, trata de poner en movimiento la democracia económica que ha implantado no a través de la democracia burguesa sino a través de la detestable dictadura del proletariado.
La democracia y el voto secreto que se implanten en Rusia, de esta manera, nada tienen que ver con la democracia y el voto secreto de los países capitalistas que servirán para cualquier cosa menos para abolier la propiedad privada.
Antes de Octubre de 1917, en Rusia existía democracia burguesa y voto secreto.
Existían diputados socialistas por centenares y Kerensky sucedió al zar en el gobierno de Rusia. Pero ni esa democracia ni ese sufragio, ni esa mayoría parlamentaria hicieron o pudieron haber hecho lo que hizo la dictadura del proletariado que, por ser tal, ha sido la más alta expresión de la democracia obrera, salvo que se sostenga que los hombres que actualmente gobiernan en Rusia han sido impuestos por los Kulacks, los nobles expatriados o por la alta banca internacional.
Si los trabajadores de Rusia consiguen alcanzar el objetivo de toda revolución socialista, es decir, la democracia económica y social, habrá que reconocer que ese objetivo ha sido alcanzado por la dictadura del proletariado y únicamente ha podido ser alcanzado a través de la dictadura del proletariado.
En otros países los partidos socialistas en el afán de alcanzar la democracia social y económica a través de la democracia burguesa, no solo han tenido que ver trágicamente destrozadas sus ilusiones, sino que han visto desaparecer, al mismo tiempo, la propia democracia burguesa. Esos partidos socialistas, en su gran mayoría, han comprendido, después de los hechos, que la burguesía se sirve de su democracia hasta tanto le conviene y que se deshace de ella en cuanto no la necesita. Esos partidos, en su inmensa mayoría, han comprendido que la democracia no es una institución que esté por encima del proletariado y de la burguesía, y que guarde con ellos una relación de independencia, sino que hay una democracia burguesa como debe haber una democracia socialista. Por ello, la fraseologia antidemocrática está dirigida contra la democracia burguesa formal.
La dictadura del proletariado no es otra cosa que un período de transición. Así lo afirmó Marx. Así lo ha confirmado la Revolución de Octubre.
La dictadura del proletariado significa la centralización del poder político en manos de la clase trabajadora para echar las bases y construir un nuevo ordenamiento en lo social y en lo económico.
Sostener lo contrario significa sostener que se puede pasar de un régimen burgués a un régimen socialista triunfando en una elección y dictando una ley de expro piación de los expropiadores. La dictadura del proletariado termina cuando han sido aniquilados todos los elementos y gérmenes contrarrevolucionarios. Cuando el frente obrero de lucha no tenga ya enemigos que abatir. De esta manera la democracia económica y social entra en función para ellos y no para los contrarrevolucionarios. De esta manera, los críticos pueden tener la seguridad, desde ya, que si el voto secreto dá como resultado la germinación o aparición de propósitos o de grupos organizados enemigos del régimen, el voto secreto será nuevamente postergado porque se habrá comprobado que la dictadura del proletariado no ha llenado aún todo su cometido y contenido histórico. es que estos críticos conciben que en una organización socialista, con libertad de opinión y de sufragio, se podrán admitir partidos que prediquen la vuelta a la explotación del hombre por el hombre o al Estado Corporativo Fascista?
Todo lo que esté en contra del más mínimo interés o derecho de la clase trabajadora será considerado como traición y será aplastado en defensa del régimen.
Los socialistas no somos democráticos porque veamos en la democracia burguesa el cauce insustituible del desarrollo de nuestro movimiento para la conquista del poder, Somos democráticos, en todo caso, porque el Socialismo y únicamente el Socialismo, podrá realizar la demoeracia económica. Pero, por eso mismo, sabemos que no llegaremos a ella por la democracia formal, como sabemos que ninguna clase social entrega voluntariamente el poder a otra clase social.
Al desnudar la democracia burguesa no hacemos otra cosa que proyectar nuestra lucha a una de las manifestaciones políticas de la organización capitalista. Porque un socialista no está contra el régimen, a medias. Está contra la estructura y la superestructura del régimen.
Conviene, pues, que los ingenuos defensores de la democracia burguesa, en vez de lanzar sus dardos contra la única organización socialista del mundo, confundiendo a las masas, comprendan o reconozcan alguna vez, que únicamente a través de la ingenuidad insurreccional y de la rečia dictadura del proletariado será posible llegar a una democracia que no tiene ningún vínculo ni ningún punto de contacto con la burguesa, y que la expresión socialismo democrático. sobre la base de la defensa de la democracia capitalista, es sinónimo de socialismo burgués. Ε Ι Ο Α Ι Ν Τ Ι