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6 IZQUIERDA IZQUIERDA 1 desea medidas punitivas para los que abren la discusión, mentos tales que permiten todas las conjetu ras. Pero dependerá de nuestra intervención en un estado de cosas objetivamente revolucionario que la inevitable crisis politica se liquide en contra o en favor de los trabajadores. SORÇABURU PROBLEMAS DEL CAMPO La historia se hace hoy con mayor celeridad que otras veces. Al disloque de la economia capitalista corresponde como contraparte una precipitación de los colazos políticos. tanta mayor anarquía económica, tanto mayores peligros para la clase social que afronta las colisiones sin el debido bagaje de elementos defensivos y ofensivos.
En quince años se ha modificado el mundo más que en los ochenta precedentes. De año en año cambian las posibilidades. También cambian los frentes políticos: y la característica de los adversarios políticos.
Felices los partidos proletarios en que las nuevas relaciones económicas y la creciente convulsión social repercuten en las preocupaciones por las nuevas formas de la superestructura política, Felices las organizaciones de la clase trabajadora en que la angustia social se traduce en dolores de parto de nuevas ideas y nuevas orientaciones. Hay en ellas vitalidad e instintiva inclinación a precaverse contra los peligros que se incuban en la historia. Al. no suceder asi existe, por el contrario, un grave sintoma de decadencia y la amenaza de afrontar las agudas crisis políticas en condiciones desventajosas.
La inquietud, aún la más estridente, nace en la compleja química social. Ni es arbitrario su origen ni antojadizo su planteamiento.
En el campo argentino hay hambre. Millares de seres aran, siembran, cosechan, venden sus productos y tienen hambre.
Ya pasó el año 1920, en que el trigo se vendía a un promedio anual de 20. 95, el lino a 24. 71 y el maiz a 08 los 100 kilos; el promedio de 1933 fué de 39. el trigo, 10. 64 el lino y 05 el maiz, para la misma cantidad.
Al mediados del pasado año de 1934, la prensa gorda de nuestro país anuncia en grandes caracteres los estragos que en Estados Unidos hace una prolongada sequía.
Cosechas y haciendas, trabajo de meses y trabajo de años, todo desaparece en el norte por un caprichoso clima sorpresivo e inclemente. La cosecha argentina está salvada!
Con criminal regocijo, ministros, politicos y cerealistas se frotan las manos Volverán los viejos precios, a costa del hambre de millones y millones de campesinos yanquis.
Se ha ido el año 1934, se ha vendido la cosecha y los agricultores argentinos todavía tienen hambre.
Ante las rápidas modificaciones del panoraEn consecuencia, hay que dejar hablar. Hay ma politico económico resalta que es un pelique permitir la formulación del descontento de gro la mantención de posiciones estáticas.
los obreros acerca del desastre económico y Tampoco es lógico asombrarse que un ahondahay que permitir también los intentos de remiento de la miseria llene a muchos excelenmoldeamiento de la acción politica. Hay que tes compañeros de constante preocupación. No permitir, además, que la ventilación de los es posible calificar la creciente nerviosidad de complicados problemas se efectúe sobre la amla masa obrera y de una gran cantidad de afiplia base de la discusión libre, elevada y perliados de histerismo revolucionario. Al arremanente. Solamente así se evitará, que un prometerse contra supuestas fórmulas verbales. pósito de generosa superación se esterilice en coincidase con nosotros en que idénticos ries rozamientos subalternos o que se ventile en la gos implica quedarse en la mitad del camino.
clandestinidad de minúsculas intrigas persoAdmitase que del complicado alambique de la nales.
realidad social argentina nacen conclusiones Hay que dejar hablar; hay que dejar que que orientan a los agentes humanos en un sen los afiliados analicen sus problemas y que tido distinto de lo que ocurrió hasta ahora, busquen con la mayor libertad el camino por el cual solucionar las afliciones de la clase trabajadora.
Hay que dejar hablar; hay que dejar que Hay gente que quisiera ver al mundo en rá se forme opinión sobre la gravedad de los mopida convulsión; que desearía precipitar ar mentos que atravesamos y dejar que se robustificialmente el proceso de liquidación de la tezca la conciencia socialista. Hay que librar al sociedad capitalista. Pero la hay también que partido de que en circunstancias de intensa no comprende el fenómeno por el cual la mi transformación social no pueda sino con intérseria se hace voz y letra impresa. La hay que valos de cada dos años analizar su posición.
se alarma por cualquier nota disonante Habrá acaso una que otra colisión ingrata de sus puntos de vista; la que huye el cam vehemencias personales, pero ganará el sociabio de ideas y lo que es peor aún que lismo y los destinos de la masa obrera.
En la República Argentina existe un Partido Socialista.
Su misión es agrupar a su alrededor a la masa laborista y señalarle al proy letariado el camino de su propia redención. Fué por eso que ante el panorama de hambre de los trabajadores de la tierra dijo: Medidas urgentes, reclama el campo argentino y el 1o. de marzo de 1933, lanza un manifiesto solicitando medidas de emergencia y en su plataforma electoral de 1934, dedica todo un capítulo, el 30. cuyos nueve puntos condensan su posición frente a este problema.
Nosotros queremos decir: que si bien es cierto que la situación de pauperismo de nuestros agricultores, está agravada, por la rapacidad y explotación de la clase rica y la oligarquia gobernante y por el monopolio que en la exportación tienen tres o cuatro grandes rusts internacionales, el problema sale de nuestras fronteras y ensambla con el mercado internacional, para no tener más solución que la derrota del capitalismo y su sustitución en el mundo por una ordenación Socialista.
Nosotros queremos decir que la mayoría de las medidas propuestas por nuestro Comité Ejecutivo Nacional ya han sido o son experimentadas en otrs países agrícolas, que tampoco lograron para sus camps el bienestar y la felicidad que se proponían.
Queremos decir que algunas de esas medidas, están lejos de significar un golpe de muerte para nuestros latifundistas y otras pecan de una risueña ingenuidad.
Queremos decir, por último, que mientras el campesinado de los estados capitalistas vegeta en la pobreza y el analfabetismo, el de la Unión Soviética con su sistema de artels y kolioses eleva su standard de vida y su nivel cultural.
con EL LATIFUNDIO La liquidación del latifundista como clase No es éste el momento de pontificar sobre es de principal importancia para los productores y sus esfuerzos han de tender a que el los males del latifundio, apropiación en una sola mano de grandes extensiones de tierra latifundista, separado de los campos, y, por ende, del producto de los que en ella oriente su actividad hacia otra forma cualtrabajan. Todos estamos de acuerdo.
quiera de explotación capitalista.
no