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2 IZQUIERDA IZQUIERDA Es que se confunde la vida interna del Partido con su acción externa. en lo que a publicaciones se refiere, se confunde la orientación que debe tener lógicamente el órgano oficial del Partido con la de las publicaciones no oficiales, órganos de expresión de la opinión de un afiliado o de un grupo de afiliados.
IZQUIERDA jamás se ha atribuído la representación del Partido. Lo que sostiene IZQUIERDA es lo que sostiene un número determinado de afiliados. lo sostienen en esta Revista como podrían sostenerlo y lo sostienen en sus centros respectivos o en publicaciones individuales.
Si se admitiera la extraña tesis que se sostiene, habria que convenir en la petrificación del Partido. En efecto: si después de un Congreso, bajadas las cortinas metálicas sobre las salidas de los locales en que estos se realizan, ya no habría derecho ni po sibilidad de hacer nada hasta el próximo Congreso, el Partido tendría et ernamente la misma orientación, los mismos métodos, el mismo programa y la misma táctica, salvo que se admita que los delegados, con el auxilio de un demiurgo o de un gran poder de sugestión se influenciaran mútuamente y se entendieran por generación espontánea en el momento en que la Comisión de Poderes examinara sus credenciales.
Pero lo que dá vida y personalidad a un movimiento en marcha como es el Socialismo es, precisamente, la posibilidad y la capacidad de poder superarse a sí mismo a cada instante; de poder controlarse en todo momento.
Un partido no es ni puede ser un agrupamiento mecánico de contornos administrativos y estáticos.
Un partido es un instrumento de acción y, cuando es Socialista, es la acción puesta al servicio de las ideas. las ideas para imponerse, necesitan enfrentarse con otras ideas. De lo contrario, un partido puede ser un hombre.
IZQUIERDA es un ideal y es también una voluntad dirigida a un fin.
Nadie está obligado a someterse a sus inspiraciones y a su prédica, pero nadie tiene el derecho de impedir que ella se manifieste. Es el derecho que, democráticamente, se reconoce a todas las minorías.
El Comité Ejecutivo sostiene que no ha ocurrido nada en el país o fuera de él que autorice a cambiar nuestra orientación. Esto puede ser una opinión y la mayoría del Partido puede o no estar de acuerdo con ella, pero no puede significar que nadie tenga el derecho de pensar lo contrario.
La oposición de izquierda no es un fenómeno local. Es un fenómeno de todos los partidos socialistas del mundo, incluso del que mantiene el poder en Rusia. lo es también de la II Internacional.
Otto Bauer, en una publicación reciente, demuestra como en el seno de la 2a. Internacional se han formado dos bloques perfectamente diferenciados: uno de derecha con los laboristas británicos y los partidos soу cialistas de Suecia, Dinamarca, Holanda y Checoeslovaquia, y la izquierda, donde se encuentra el francés con otros importantes partidos.
El motivo determinante de la constitución de los dos bloques ha sido la cuestión de la unidad.
No tenemos noticias de que el Comité Ejecutivo de la Segunda Internacional haya llamado al orden a los socialistas franceses y los haya conminado por reformar las rutas trazadas en 1923 en el Congreso de Hamburgo.
Quizás la constitución de estos bloques haya traído o traiga aparejada alguna perturbación. Pero. qué importancia puede tener para el movimiento obrero y socialista, que per turba la tranquilidad de la burguesía, una inquietud interna de esta na turaleza, indispensable e inevitable. Desgraciado el movimiento que se reduce a un cortejo fúnebre!
En un partido de afiliados conscientes, como dice en la resolución del Comité Ejecutivo, publicaciones como la nuestra no pueden provocar ni el desgano para el trabajo, ni el escepticismo ni la desorientación.
Acaso, si esto existe, habrá que buscar las causas en otra parte.
Nosotros no nos sentimos responsables de los defectos que se apuntan.
Luchamos para superarlos. Para ello, nuestra tarea crítica ha empezado por nosotros mismos.
Nuestra lucha es la lucha por el Socialismo. No somos escépticos, porque aún tenemos fé en las directivas iniciales que permanecen en pié.
Lo seríamos si buscaramos en el arse nal del liberalismo fórmulas cómodas para acallar nuestras inquietudes. Creemos en el triunfo del movimiento socialista. Por eso nos anima y nos al ienta un extraordinario optimismo.
Nuestra función crítica, que es irrenunciable, y que fué uno de los motivos determinantes de la aparición de esta Revista, no tiene alcances personales o de rivalidad individual. Es objetiva y la asumimos en nombre de los intereses de la clase trabajadora.
Por ello, si alguna vez tendremos que referirnos a alguien, lo será des de el punto de vista de su función enel movimiento.
Hace bastante tiempo, se decía en Acción Socialista dirigida entonces por el Dr. Nicolás Repetto. número 8, año II. recomendando una tarea crítica a los delegados al Congreso de Olavarría. Para darse una idea de la importancia enorme que desempeña la crítica, basta pensar en que la acción de los socialistas no consiste, casi, en otra cosa. En la función del progreso social, la división del trabajo ha impuesto a los socialistas el papel de críticos de primera linea. PERO LA CRITICA NO ES TAMBIEN NECESARIA, INDISPENSABLE PARA MANTENER EL SOCIALISMO EN BUENA SALUD? Lo es, y con toda evidencia. No sólo necesita de la crítica nuestra doctrina, siempre expuesta a anquilosarse lejos de los hechos y de la verdad, sino que la necesitan también los encargados de aplicarla en su acción diaria. agregaba: Partido de crítica despiadada, necesita el nuestro, más que ningún otro, de un severísimo control, tanto externo como interno. El primero lo ejerce la opinión pública, acordando o retirando su crédito a nuestra agrupación; EL SEGUNDO ESTA CARGO DE LOS AFILIADOS, DE LAS AUTORIDADES PERMANENTES DE LOS CONGRESOS DEL PARTIDO. diez años de distancia podemos, en este aspecto, repetir las mismas palabras y suscribir los mismos conceptos que se reproducen. Ojalá todos pudieramos hacer lo mismo!