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25 24 IZQUIERDA IZQUIERDA obra, que no me pertenece, o el prestigio de hombres cuya honradez, sinceridad y sabiduría son para mi indiscutibles. Hoy el partido está minado y habrá que salvarlo, de la ignorancia presuntuosa más que del error sincero, a mi juicio. Tengo el orgullo, si ello puede ser, de no haber tenido jamás ambiciones políticas. Créame que no temo por posiciones personales, sino por que creo firmemente que si el mal avanza, ello no será sino en perjuicio de la clase trabajadora, a cuyo dolor no soy insensible. Para mí, sus doctrinas no son otra cosa que el ataque mundial del comunismo, con los resultados conocidos, contra el socialismo, sin adjetivos. Reciba Vd, mis saludos cordiales, Manuel Palacin.
Respuesta del compañero Marianetti Estimado compañero: Acuso recibo de su carta de fecha 16 del actual, la que me apresuro a contestar por cuanto pasado mañana salgo para ésa.
Me dice en su carta que hace algunos días ha recibido dos nuevos libros o libritos mios, doctrinarios (entre comillas. como todo lo que sale de mi pluma desde 1932 a la fecha. En realidad, no todo lo que sale de mi pluma tiene ese carácter, aunque lo desearia inmensamente. Mis múltiples actividades me impiden dedicarme como yo lo quisiera a lo que constituye el centro fundamental de mis preocupaciones, Debo rectificar, también, lo de la fecha. Antes de 1932 he tenido oportunidad de escribir algunas otras cosas del mismo carácter: por ejemplo, en 1928, Reconozco que en su carta usted expresa casi todo lo que piensa de mí, de mis modestos trabajos y de la izquierda. Ya es una ventaja. Siempre conviene hablar claro y ésta es la oportunidad para que se expresen algunas cosas, hombres de nuestro partido, pues se confunden unos y otros, a los que Vd. afirma que ni diez congresos del partido serían suficientes para modificar. Vd. ha aceptado ser esa bandera, o su portador. Eace tiempo que se le banquetea. con todo derecho por elementos incorporados al partido muchos de ellos después de la revolución de septiembre. En el congreso de Santa Fe va, recibió el bautismo de luego en esa lucha contra principios y hombres que, según sus propias palabras, tienen una tradición de 40 años en nuestra agrupación política. Qué de extraño puede haber en ello, si Vd. se expresa con el mayor desprecio de todos los socialistas del mundo alemanes, italianos, austriacos, y conforme vayan cayendo, podrá enriquecer la lista es seguro que los nuestros no le merecerán mejor concepto. Me llama la atención que Vd. no tenga el mismo recuerdo para los comunistas de Bela Kun, de Thaelmann, para los maximalistas italianos de Serratti, pues yo no sé por qué toda la responsabilidad de las desgracias del proletariado deben recaer sobre los millones, por ejemplo, de socialistas alemanes, socialdemócratas. y nada sobre los millones de comunistas, que estaban ofreciendo su receta las masas. como los primeros la suya. Esta es otra de las características de la literatura comunista, es decir, doctrinaria. en el mundo entero. Parto, pues, del principio que Vd. acepta con agrado esa bandera.
Cuando llegamos a Santa Fe los desaprensivos reformistas y discípulos de De Mann, nos encontramos con que vd. debía ser, o había dado ya, una conferencia que está incorporada a su librito La lucha por el socialismo. que ha tenido la gentileza de enviarme. Yo creo que todo eso es una lucha contra el socialismo, a favor del comunismo, salva una posición mental realmente insostenible. Esa lucha se realiza a hora con toda virulencia, pero sin lucha! Es decir, no ha sido hasta ahora lucha, sino trabajo de zapa, día tras día caé la comisión de un nuevo centro en manos de hombres, muchas veces recien venidos, o de jovencitos que andan sin sombrero, algunos estudiantes. otros periodistas. muchos sin un trabajo demasiado absorbente. Estos hombres, socialistas intrépidos o comunistas timoratos, hacen la vida imposible a hombres que desde décadas han sido los puntales inconmovibles del partido en esos centros, hombres que resistieron la tempestad de los socialistas argentinos. de los tartufos (comunizantes del año 1917. de los libertinos de 1927. Ah. me olvldaba de los terceristas de 1921. En Santa Fe, según se me informó de muy buena fuente, había un delegado que era reporter o cronista de un diario en cuyas columnas se hace la propaganda al señor Mussolini, que estaba con el grupo de delegados doctrinarios. Otro leader era un joven egresado al partido en el año 1931, que tengo entendido que ya se definió.
Formaban parte del grupo, como delegados o como hinchas. abogados de abolengo, pero no 80cialista, Ese grupo pretendió postergar la discusión del Informe del grupo de diputados nacionales, y yo tuve el dolor de verlo a va participar de ese propósito, pues el informe no era distinto del que Vd. se había hecho aprobar en Mendoza, es decir, nuestra actuación no era distinta de la suya, En esa conferencia Vd. se presento como el portaestandarte de una causa del socialismo mendocino, que sería la que informa su conferencia, es decir, la de una revisión de métodos, la de una adopción del programa máximo. Debo hacerle notar algunos hechos. Primero, que yo no puedo comprender cómo se puede actuar en un cuerpo como esa legislatura, ajustándose, como Vd. lo hace, a normas de convivencia democrática y luego decir fuera de ella las cosas que va. dice. Su librito De la municipalidad a la comuna. me informa de cómo Vd, creyó que una carta orgánica de las municipalidades debía discutirse con la presencia de todos los partidos políticos y debía ha.
ber sido el resultado de unt verdadera conjugación democrática. expresión legítima de opinión pública. que es la negación de esa doctrina de la conquista del poder; pero, a poco andar, va.
cree, con la indiscutible opinión socialista del Dr.
Sanchez Viamonte, que idénti. o deseo del partido en la provincia de Buenos Aires, ha sido un error!
Todas estas contradicciones son la resultante de una postura doctrinaria no clara, a mi juicio. Si somos demóeratas socialistas, nunca caemos en estas contradicciones, si somos comunistas, tampoco. Segundo. Yo tengo la mayor simpatía por el socialismo de Mendoza. Precisamente, esta simpatía me viene de atrás. Cuando el socialismo de Mendoza votaba como un sólo hombre con Morey, en los congresos nacionales, yo lo comprendía, y cuando vota casi como un sólo hombre con Marianetti, lo sigo comprendiendo. quien comprende, simpatiza. Pero, mi querido amigo, aquí, en Buenos Aires, no sólo tenemos en mucho las causas del socialismo de Mendoza; también consideramos las del socialismo en otros puntos del país, y del extranjero. Hablo de socialismo.
Bueno. Yo creí que después de aquel episodio final del congreso de Santa Fe y de su sinceramiento en el tren, de regreso a Buenos Aires, todos estaríamos de acuerdo. Pero pronto El socialista de Mendoza me llamó a la realidad Ud. trató de demostrar en el que no nos entendfamos.
Hoy, so nos rompe los oídos con una revista. Izquierda. en la Casa del Pueblo, en los actos que organiza el partido, en todas partes proclamando los artículos que para salvación del socialismo han escrito Vd. y otros ciudadanos. Nosotros, los desaprensivos discípulos de De Mann (le advierto que yo he leido a De Mann, pero que soy tan discípulo de el como de Wiclet. escribimos a diario y desde hace añue, pero jamás hemos tenido la ocurrencia la perseguir a golpes de artículos a los Inocentes izquierdistas. Compré la revista, pues en su mesa de redacción estaba un amigo mío. Vd. y pude notar que allí había para todos, para todos nosotros, los socialistas a secas. En la peor forma en que se puede combatir a las personas, es decir, con hipocresía, alli se las combate, porque, compañero, yo no soy hombre de pamplinas: según esa revista nosotros no somos socialistas, o por malvados, o por zonzos. no otra cosa quiere dar a entender la revista, naturalmente: hay que licenciar. Qué ocurriria si nisotros nos convirtiéramos todos a las doctrlnas de Izquierda. Nos darían Vds, un banquete?
Un miembro del reviviendo un procedimiento que creo que no tiene más antecedente que el del diputado Carballo, acaba de dirigirse al partido, a propósito de un conflictillo de centro, discriminando dentro del E, una mayoría. contra la cual pone en guardia a los de abajo. Es la anarquía que apunta como resultado de las camarillas innovadoras, de las doctrinas de corrillo, de la acción de hombres que pasan por encima de los sacrificios sin cuento de los camaradas de muchos países del mundo, cuya gesta ignorano conocen a medias, a quienes tratan. qué audacia! de cobardes, de traidores, de babiecas.
Compañero Marianetti: Ya vé que lo diffeil no es escribir. Ahora. Vd. conoce mi interior sobre estos problemas. Podemos ser amigos. Yo creo todavía en va. Pero yo puedo ser amigo de un comunista, no de un socialista, Intrépido, que no alcanza la temeridad del comunista para sentar campamento aparte, pero si para demoler una LA CONQUISTA DEL PODER Veo que usted aprovecha el acuse de recibo de que se cree. Me he convencido, asimismo, que la mis dos últimas publicaciones para hacerme co tarea de los que ocupamos ciertas posiciones en nocer. a dos años largos de distancia su opi. el Partido, consiste, entre otras cosas, en tratar nión sobre La conquista del poder. Aunque ya de aprender y de enseñar a aprender.
conocía, por referencias, su juicio, le agradezco La conquista del poder pudo ser un libro en que me lo haya hecho conocer, ahora, directamen. que yo, modestia aparte, pude decir con otras pa.
te. Algo me había dicho ya, usted, sobre ese tra labras, lo mismo que dicen los autores que des.
bajo. Para usted, ese libro no ha sido otra cosa ihan por sus páginas. Pude abstenerme de ha que la edición a cargo de un socialista de Men cer citas o de hacerlas en gran cantidad. Pero doza de pensamientos más o menos originales de he preferido respaldar una posición en la obra.
la literatura comunista, tal como se pueden obte maestra de nuestros guías insuperados. Quizás ner en los libros que editan algunas bibliotecas haya citado yo dos o tres autores (de los sesen.
españolas, a base de traducciones muchas veces ta y tantos que menciono. que no han alcanzaanónimas.
do una gran resonancia internacional, pero lo he Si usted ha leído el libro, habrá podido advertir hecho porque sus opiniones me parecieron muy que, en el prólogo, he significado en qué condi buenas y porque. en definitiva esto es lo que ciones se hizo ese trabajo, cuáles han sido mis interesa. También he citado a autores social propósitos al publicarlo, y cómo no he perseguido, demócratas como Víctor Adler, que, a pesar de al hacerlo, ningún fin de originalidad. Nunca he ello, han comprendido con alguna claridad ciertas tenido la pretensión de convertirme en inventor cuestiones. Al pasar, debo advertir que no todas de teorías. El único propósito que me ha guiado las citas son de las recientes ediciones españolas.
ha sido el de conocer más o menos bien las ideas Las hay en francés y en Italiano, y las hay de di.
que informan nuestro movimiento y exponerlas bros que poseo y que leſ desde la época que cur.
en la forma más clara posible. Es decir, que me saba mis estudios en la Facultad de Derecho de he colocado voluntaria y conscientemente en el Buenos Aires, cuando aún no habían aparecido papel de un propagandista y agitador socialista, en España las editoriales que tanto le disgustan creyendo que con ello podía ser útil a la organi. a usted.
zación a que pertenezco, y, en consecuencia, a la En este libro, he preferido reverdecer las vie.
clase trabajadora. Me he convencido, después de jas y gloriosas páginas de nuestro pasado teóri.
varios años, que conocer nuestra teoría y nues co, porque me ha parecido que para un socialista tra doctrina( acepto su distingo. es una tarea ello era más importante que reverdecer los lau.
mucho más difícil y mucho más importante de 10 reles de Caaguazú.