BourgeoisieDemocracyFascismLeninLeninismMarxismMarxism-leninismPrivate PropertySocial DemocracySocialismSocialist PartyWorkers PartyWorking Class

32 IZQUIERDA IZQUIERDA 33 LARGO CABALLERO LA REVOLUCION CON jadores, que hasta permitía la expropiación y hacia soñar en una marcha tranquila y serena hacia la abolición de la propiedad privada, hacia la socialización. Este ha sido el grave error del Socialis.
mo español, que cayó un poco tarde en la cuenta do la tragedia que caería sobre el proletariado si no se preparaba nara conquistar el poder por las armas, aprovechando la primera coyuntura favorable. El error fué el mismo que señalara Lenin al referirse a otros jetes del Socialismo a quienes les decía: no supieron comprender las relaciones entre la revolución democrática burguesa y la revolución socialista proletaria. La 1a, se transfor.
be ON el objeto de elevar el nivel político de las masas proletarias y demostrarles la necesidad de encaminarse por la ruta revolucionaria, el Partido Socialista Obrero Español resolvió editar bajo el título significativo de Discursos a los trabajadores. un resumen ordenado y metódico de las conferencias pronunciadas por Francisco Largo Caballero en los meses previos al estallido de la insurrección. Cabe destacar que los discursos recopilados en el libro son los primeros que pronunciara Largo Caballero, por lo que se nota en algunos de ellos algunas contradicciones y no pocas vaguedades que, justo es decirlo, fueron aclaradas y precisadas en los discursos de los últimos meses, en que el lider de la revolución española, salvo alguna que otra desviación impuesta por las circunstancias, se colocó en la linea del marxismo leninismo y condujo al proletariado español a la toma del poder. los pocos días de lanzada la primera edición del libro El Socialista tuvo que hacer una segunda, para poder satisfacer la de manda de los trabajadores, que deseaban captar el sentido de la transformación radical que se había operado en Largo Caballero y explicarse la actitud revolucionaria adoptada por el Socialismo.
En este sentido el libro es de una eficacia indiscutible, ya que demuestra hasta al menos esclarecido de los obreros cómo es imposible esperar nada de la democracia burguesa, que constituye una forma hábil de dictadura capitalista, que prepara el advenimiento del fascismo e sea su forma descara da, en el momento en que el proletariado exige la satisfacción de sus aspiraciones o se agravan las contradicciones del régimen capitalista. es efi.
caz precisamente porque Largo Caballero confiesa su error, y cl error del Partido, de creer que dontro del marco de la democracia burguesa podria llegar al Socialismo, mediante reformas graduales y contando con una constitución mode.
Jo, de una república, de traba Relámpago ma en la 2a. La 2a. resulta superando los problemas de la 1a. La 2a. consolida la primera. La lucha y sólo la lucha decide en qué medida la pri.
mera alcanza a transformarse en la segunda.
No comprendieron ésto, y en el momento en que participaron en el gobierno revolucionario, cosa que se puede justificar por la correlación de fuerzas que la hacia obligada, olvidaron las condiciones que delimitan esa participación, que según aquella célebre resolución del 3er. congreso de la socialdemocracia oorera rusa tiene por fin sostener una lucha implacable contra todas las tentativas contrarrevolucionarias y sostener los intereses independientes de la clase obrera. Olvidaron otros puntos no menos importantes de esa resolución especialmente aquel que se funda en el concepto de Lenin de que la burguesia, después de su triunfo, trata de arrebatar las conquistas del periodo revolucionario. y que dice así: es indispensable propagar la necesidad de una presión constante sobre el gobierno provisional de parte del proletariado armado y dirigido por la socialdemocracia, con el fin de conservar, consolidar y ampliar las conquistas de la revolución.
Desoyaron la parte que se refiere a una de las tareas fundamentales, que afirma que el proletariado exigirá la realización de todas las reivindicaciones económicas y políticas de su programa.
Y, gravisimo error, no dieron importancia al punto en que se manifiesta que a pesar de la participación, el Partido obrero debe recordar que en último término las grandes cuestiones de la libertad política y de la lucha de clases las resuelve únicamente la fuerza y nosotros debemos ocuparnos de la organización y preparación de esta fuerza y de su empleo activo, no solo defensivo, sino también ofensivo. Largo Caballero y el Partido se acordaron de todo esto un poco tarde y el armamento ideológico y material para la revolución fué hecho con una rapidez vertiginosa. El libro de Largo Caballero ha sido uno de los elementos más seguros para preparar ideológicamente al Partido y destruir el peso de los reformistas que. aquí otra falla pudieron ser desplaza.
dos de la dirección de la Unión General de Tra.
bajadores y de sindicatos importantes muy poco tiempo antes de la revolución. Antes de estos discursos hubo en Largo Caballero ya algún chispazo indicador de que se daba cuenta de la situación y quizás no adoptó la actitud resuelta de los últimos tiempos norque la situación del partido era desfavorable.
Permite suponer esto, por ejemplo, si recordamos que en varias oportunidades Larro Caballero sostuvo la necesidad de disolver el ejército y proceder al armamento del pueblo. Pero el Partido no acompañó esta actitud con la energia indispensable y, en general, puede decirse que el Partido se detuvo en la revolución democrático burguesa y que, al participar en el gobierno provisional lo hizo olvidando lo esencial, que es no perder de vista ni un instante los fines de la revolución Socialista completa. Otro habría sido quizás el resultado de la insurrección si el Partido Socialista hubiese seguido una linea justa durante y después de la revolución democrático burguesa agitando consignas claras, capaces de movilizar a los proletarios y campesinos pobres, explotando las aspiraciones de liberación de las minorías nacionales y procediendo a exigir el armamento del pueblo y la disolución del ejército permanente, en momentos en que los propios partidos republicanos burgueses reconocían que sin la colaboración Socia.
lista no podría vivir la república. En un momento tan excepcional, frente a un Estado débil, sin posibilidad de rápida consolidación del dominio burgués cuando los partidos burgueses estaban obligados a pedir la colaboración del socialismo, un partido revolucionario hubiese logrado constituir frente a este Estado vacilante y débil, los soviets, como gérmenes de la revolución proletaria, que pasarían más tarde a ser autuntica expresión, genuina representación del po.
der obrero y campesino. Esta tarea no pudo realizarse por la falta de preparación del Partido, que se aclimato durante algunos años al ambiente del socialismo europeo, terriblemente reformista. Otro hubiera sido el resultado si Largo Caballero hubiese pensado año ha, como pensó y obró después de la salida del socialismo del gabinete español, Luis Araquistain, que pr loga el libro y que es un viejo amigo y admirador de Largo Caballero, lo lamenta tanto como nosotros cuando dice: en 1917 como en 1930, Largo Caballero pensaba tal vez que una república burguesa, liberal y democrática, como la instaurada en 1931, permitiría a la clase obrera llegar pacificamente al Poder, para realizar desde él, gradualmente la revolución Socialista; hoy es un desengañado de esa ilusión, como lo son va casi todos los socialistas del mundo después de los aciagos acontecimientos de Italia, Alemania y Austria y de las torpes rectificaciones que han hecho a la obra social de la república española las oligarquias históricas y los gobiernos que las han representado desde setiembre de 1933, al caer of presidido por Manuel Azaña.
Lo que es preciso admirar en Largo Caballero es su enorme sinceridad, que lo ha llevado a afrontar la gran responsabilidad de dirigir una insurrección y que, lejos de imitar a otros jefes socialistas, en cambio de hacer sofismas para demostrar que lo mejor era no hacer nada y seguir retrocediendo frente a la ofensiva capitalista, llegó mediante una severa autocritica. que tanta fal ta nos hace. al convencimiento de la necesidad de encaminarse por la ruta del marxismo revolucionario. lo que reconforta es que se condujo de acuerdo a este convencimiento y a lo que decia meses antes, desde la tribuna y el diario, con trariamente a lo que hicieron los austriacos, que creían triunfar solo amenazando y que no pelearon sino cuando va estaban sitiados y próximos a morir sin gloria, como el socialismo alemán.
El libro de Largo Caballero, escrito en un lenguaje sencillo y claro, es de una utilidad indiscu.
tible para los socialistas de todo el mundo. Conmueven las confesiones de Largo Caballero con respecto a sus esperanzas en la legislación conseguida dentro de la organización burguesa y a su dedicación para hacerla cumplir. Se demuestra alli con argumentos serios, expresados con hondo dolor, que emociona al lector, la torpe mentira de la democracia burguesa y de la necesidad de que bl socialismo haga obra constructiva, para ser realmente eficaz, en servicio del proletariado y llegar paulatinamente al socialismo. Allí se de.
muestra cómo en pocos meses la burguesía, fortalecida, inicia la contrarevolución y destruye toda la legislación que benefiia a las capas oprimidas, como la democracia burguesa destruye la 44 se a George Grosz