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2 IZQUIERDA IZQUIERDA C M N TARIOS ENSEÑAR DOCTRINA Hoy debemos decir: de la democracia, régimen político de la burguesia liberal triunrante que le sirvlo para desarrollar sin trabas estatales su propio orden, solo puede interesarnos el conjunto de libertades para la propaganda ideológica que ella preconizó en provecho propio y que hoy son necesarias a la clase oprimida, como medio de difusión de las soluciones proletarias de la organización institucional.
Pero si estamos dispuestos a defender esas libertades en todos los terrenos contra el liberalismo tascis tizado, no es por que creamos en lo mas minimo que a su sombra vamos a transformar la sociedad capitalista en la socialista, basada en la propiedad colectiva de los medios de producción y de cambio. Dejamos esa ilusión para los idealistas, pacifistas y teósofos. Al proletariado ya le basta con las lamentables experiencia de la República de Weimar, con la revolución sin sangre de España, y con el ensayo reformista de la roja Viena. Ha comprendido bien, que por encima de la democracia electorera, la ley de la concentración capitalista sigue su camino en una parábola tan inevitable como la que regula el movimiento de los astros.
Por eso, no creemos ni en los planes neo revisionistas de Henri de Man, ni en los gabinetes de coalición nacional, término obligado de todas las desviaciones doctrinarias.
Bien pueden algunos evocar todavía a la República Española del 31 como régimen al que debemos aspirar. Los obreros de España saben qué cosa tan distinta han de buscar en lo sucesivo. también los de Viena, y los de Berlin, Saben que sin la toma del poder político y sin el y periodo de dictadura proletaria no ha de llegar el socialismo Trepen los otros por el palo jabonado de las pequeñas victorias electorales, que dejan al régimen incon movible. Que ya, cuando les parezca alcanzar el extremo final, alguien les va a sacudir la base y a hacerlos resbalar camino. cuando lleguen de nuevo al suelo les dará todavía la pluma con que han de firmar, como Leipart, como Wels, la adhesión vergonzante al nuevo régimen.
Nosotros vamos por otra senda, porque vamos al socialismo y no a la democracia liberal. Creemos con Marx que entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista se abre el período revolucionario de transformación que sirve de puente entre una y otra y que, paralelamente tiene que existir un período de transición política durante el cual el Estado no puede asumir más forma que la dictadura revolucionaria del proletariado. creemos, con Lenin y contra Kautsky, que la única democracia que interpreta la voluntad del pueblo, la democracia proletaria, se propone, no poner boletas en las urnas ni arrojarse flores en los debates parlamentarios, sino realizar la auténtica aspiración popular, suprimiendo en toda la extensión de la tierra la explotación del hombre por el hombre.
los que la han abandonado son fuerzas diluídas, sin ninguna base obrera, ni jalones de gloria.
Adoctrinar al partido es mantener encendida la lama del ideal que entusiasma y da fe para la lucha, porque se siente y se sabe que se lucha por algo más grande que uno mismo. Por eso hablar irónicamente de ella es burlarse del socialismo, y llamar charlatanes a los que modestamente pretenden re vindicaria, es ponerse el mismo apodo concientemente.
Nuestro partido debe adoctrinarse, para rectificar desviaciones y ser en la República Argentina el intérprete de la clase trabajadora que marcha hacia el camino de la emancipación. Fun ción de todo socialista será discutir a la luz de la doctrina las actitudes del partido y la conducta de sus representantes. Cumplirá con los preceptos de la declaración de principios.
Sostenemos que el partido és y debe ser el representante de la clase diametralmente opuesta a la que dirige y usurpa las riquezas por sus sentimientos, por su cultura y por sus anhelos, y que solo la doctrina, la doctrina marxista, será capaz de darnos esa personalidad necesaria para actuar en los cuadros de la historia.
Adoctrinar al partido, es prepararlo en la via de sus triunfos; por eso es para nosotros, militantes socialistas de izquierda, una divisa y un deber. partido socialista que se precia de acepla lucha de clases, debe saber valorar la función profunda de la doctrina marxista.
Ella es la guía para la acción. Aleja del falso espejismo y hace cumplir especificamente al falso espejismo y hace cumplir específicamente al partido su función de clase. Desconocerlo es afirmar ser un ignorante o renegar del titulo de socialista.
Adoctrinar al partido es la labor primaria que debe cumplirse. Adoctrinar es dar los elementos principales del marxismo a todo militante socialista, haciendo de él, un hombre que observe la realidad social con ojos muy diferentes a la co munidad de los individuos y de la opinión oficial conscientemente preparada y mantenida por la cultura de clase distribuida, desde las escuelas y las Universidades.
Adoctrinar es formar la base moral de un revolucionario por convicción y responsabilidad. El militante que adquiere la doctrina tiene conciencia de la historia, que no marcha a tumbos, ni va detrás de los caudillos.
Puede un hombre llegar a nuestras filas por sentimiento o conmiseración; solo la doctrina hará de este estado emocional, una convicción.
Sabiendo todo su inmenso valor, cómo no vamos afirmar que es lo fundamental para un partido de clase para alejarse de las desviaciones y despreciar los oportunismos logreros?
La doctrina es la lógica matemática con que se dirige toda la acción de una clase a través del inmenso panorama sombrío de la historia para llegar a la meta final de la conquista del poder político, y es también un método para interpretar la realidad a pesar de las mentiras, las ficciones y los privilegios milenarios que la deforman. La doctrina es ciencia interpretativa de la realidad histórica y es método para la acción política. Hace de los hombres que militan, soldados de un ejército que deben obecederse a sí mismos. Hacen de un partido una unidad en la acción, a pesar de los diferentes planos en que actúe.
Impone una conciencia de clase individual y colectiva, de ahí el terror con que hablan de ella algunos de los que militan en el partido, y no han sabido desprenderse de sus prejuicios. El enemigo más grande de la doctrina es la cultura que enseña e impone la clase dominante. Cuando un partido socialista abandona la doctrina, el liberalismo electoralista hace presa de él y el espíritu de lucha es abandonado para dar lugar al juego de las ambiciones. Es un partido como los demás, sin directivas históricas.
Los partidos socialistas más pródigos en triunfos obreros, son los más aferrados a la doctrina; LA PRENSA SOCIALISTA RENTE a la prensa burguesa, poderoso Instrumento de dominación y guardiana de los intereses capitalistas, la prensa obrera y socialista está lla:nada a ser el arma insustituible en el inmenso campo de la lucha de clases.
Cada uno de esos dos tipos de prensa tiene su rol específico que cumplir: la primera persigue como fin primordial el mantener el vigente orden social, infundir respeto por sus instituciones, su cultura, tradiciones, convencionalimos y prejuicios. La prensa burguesa es la escuela de conservación, cuando no de retroceso.
La segunda, tiene por misión difundir las aspiraciones mediatas e inmediatas del proletariado y las líneas fundamentales de la estructuración socialista desde el poder, Taralelamente a esa misión doctrinaria le corresponde preparar las condiciones subjetivas de la masa trabajadora, encendiendo en ella el espíritu batallador, el espíri.
tu revolucionario, cuya materialización la habrá de conducir a la destrucción de las normas burguesas económico social.