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30 IZQUIERDA IZQUIERD DA 31 PUBLICACIONES al amparo de la falta de espíritu revolucionario con que se desorienta a las masas socialistas. Cuál ha sido la trayectoria del movimiento so.
cialista en Europa después de la guerra! Pietro Nenni, dice, refiriéndose a Italia, palabras que se pueden aplicar a todos los países de dieho con.
tinente. Era la situación una de las más difici les. La guerra dejaba al pueblo lleno de amargura y al propio tiempo de ilusiones. Se tenía sed de justicia y de libertad. De las trincheras al fin apacignadas retornaban los soldados trayendo en su corazón el rencor por los sufrimientos padeci.
dos y el deseo de orden nuevo. Los rebelaha el contraste de sti vida mísera y la pobreza de sus familias, con la existencia lujosa e indolente de los nuevos ricos. Los aldeanos del mediodía regresaban a sus hogares para reivindicar la tierra que se les había prometido. Los obreros volvían sus miradas a Rusia, que había sabido transtor mar la guerra imperialista en guerra civil. más adelante agrega. León Trotsky ha escrito que si no triunfo en occidente la revolución, al final de la guerra, fué debido a la impotencia de los partidos socialistas.
Tis necesario repetir uma vez más que, en momentos en que todos los factores estaban de parte del proletariado, el movimiento socialista contribuyó a la estabilización de los gobiernos de la burguesia, manteniendo ma política de colabora ción.
Tosta impotencis revolucionaria es la que ha to: cilitado el triunfo del fascismo en numerosos pai.
ses del mundo; y en aquellos en que aún se mantienen las formas democráticas de gobierno, la reacción amenaza acabar con ellas.
Se hace de la democracia im fetiche y se apuntala los gobiernos burgueses so pretexto de defenderla. mientras para el proletariado se alejan las posibilidades de conquistar el poder, fina lidad lle toda su lucha, la burguesía se estabilizat en el mismo, armando sus legiones reaccionarins.
Ante este estado de cosas, cabe que nos preguntemos si la finalidad de la clase trabajadora políticamente organizada, es la de luchar por el triunfo del socialismo, o apuntalar los gobiernos capitalistas.
Contra esta tendencia colaboracionista que ha fracasado prácticamente en todos los países en los cuales se aplicó, tales como Inglaterra, Alemanis, Austria y España, la masa del partido debe expresar con claridad si pensamiento extraño a to da intención de colaboración, y a toda pretensión de convertir el socialismo en una fuerza liberal de la burguesía, como parece pretenderse.
La caida estrepitosa del socialisno alemán, que había relegado al archivo todo su contenido revolucionario y marxista, y el desarrollo del taseismo en todo el mundo, hizo esperar con acre.
centado interés el último congreso de la Internacional.
Se creyó por un momento, que los últimos acou tecimientos indicarían a los dirigentes la necesidad inmediata de dar directivas revolucionarias al Bocialismo, pero para las generaciones de antegue rra, educadas en una política de compromisos y agitación electoral, esto no ha sido posible. Las resoluciones votadas en París, pese a la oposición de una minoría, no pudieron ser más desalentadodas. Se recomendó a los partidos socialistas luchar democráticamente en los países democráticos y apelar a lo métodos revolucionarios, all donde este sistema, hubiese sucumbido.
Nada más imposible que aceptar estas directivas como emanadas de un congreso en el que estuvieron presentes, los hombres más caracterizados de la internacional socialista. Esperar el triunfo de la reacción capitalista, para recién entonces apelar a los métodos revolucionarios, significa entregar el movimiento obrero al fascismo tal como ocurrió en Alemania. Cómo es posible suponer que una vez triunfante la reacción, y destruídas las organizaciones, recién entonces se prepare la lucha revolucionaria. Mientras los partidos socialistas se sometana estas directivas, sus posibilidades de oponerse al fascismo serán nulas.
Hemos señalado en lineas generales la trayectorin errada del movimiento socialista. Esbozaremos rápidamente la posición de nuestro partido.
Marchamos en la línea del reformismo que ha orientado a las organizaciones socialistas cuya cuida ha sido más estrepitosa, y cuando sostenemos la necesidad de imprimir al partido directi.
vas marxistas, formando en la masa una mentalidad revolucionaria, se nos tilda de estar reñidos con la realidad.
Se invoca constantemente que hay que dar pruehas de capacidad constructiva. Parece que el ejemplo de Austria, reedificada por los socialistas dose pués de la guerra, y donde pese a ésto nada im pidió el golpe fascista, no ha servido aún de ejemplo. La capacidad constructiva la da un par.
tido socialista, demostrando su voluntad de Inchar por la conquista del poder y trazándose un programa para aplicar desde el mismo.
La lucha contra el fascismo es débil, no oponién: dosele una movilización de las masas Obrerns y campesinas; pese a las características laseistas del gobierno que eoarta las libertades más esenciales del movimiento obrero; se persiste en una política de tolerancia y colaboración parlamentaria.
La posibilidad de un nuevo golpe de estado, que nos coloque en la ilegalidad, no ha bastado para que se piense en dar al partido junto a su estructura legal otra ilegal, que pueda, dado el enso, movilizarse en pocas horas para iniciar sus tareas bajo una dietadura. Por otra parte, el estudio de la economía del país no se llace con un criterio marxista. No se la planteado a las masas el problema del imperialismo, desaprovechando las posibilidades que para una campaña ofrecia la entrega del petróleo al capitalismo extranjero y el peligro de que la conquista de este mineral nos embarque en la guerra del Chaco.
La democracia es todo nuestro programa, cuando en realidad no puede ser más que uno de los tantos medios de lucha, pero lo realmente parado.
jico es que aun cuando el gobierno va restringiendo cada día más las formas democráticas de nues tra legislación, no se efectúa ma lucha real vor sn defensa.
Las desviaciones democráticas están minando la base de nuestro partido, y esperan horas dolorosas para el proletariado de nuestro país, si es que se persiste en la política seguida lasta el momento.
Bernardo Edelman LA IDEA SOCIALISTA DE HENRY DE MAN. HA ce pocas semanas ha llegado la versión española del libro do Henry de Man, titulado La Idon socialistil, en el que se resumen las nuevas concepciones de este tipico ejemplar de centrista que quiere salvar al socialismo refor mista on bancarrotalcon un nuevo reformismo que con tiene todos los vicos de aguol De Man fustiga con energin ul reformismo, ou despiada crítica in considernmos justo podriamos subxcribirin en en parte, nero cuando llegamos al momento en que es preciso concretar como se debo superarlo, el autor ene de nuevo en el reformismo, con su filan de socialización. De Man opone al reformismo do pequeñas reformas que considera definitivamente fra ensado, el reformismo de grandes reformas, pero no sale del reformismo, a pesar de que manifiesta reiterndimente absoluta ineficacia para los fines del proletariado De Man. como reformista que es, subestima In cuestión del poder y creu o tada puede resolverse si e socialismo luce un program de randes reformas pra atraer lus mas y lograr el obiurno mediante el triundo electoral, Toda la diferencia entre el reforraismo de Dolany el viejo reformismo estriba en que aquél puhlienra desde el gobierno su programa de grandes reforma y procederá la socializnción en nlgunos aspectos de la industria, el comercio y el transporte. Pero De Man no se planten in cuestión del poder, que para nosotros es fundamental porque ello lo obligaris reconocer, junto con el fracaso del reformismo la necesidad de la teoría y la acción reyo.
hucionnrios para el triunfo del proletariado. ln esto consiste precisamente in habilidad del centrismo, que cumple sn misión salvador para el reformiamo inventando un nuevo reformismo que pretende esthi Thirgado de los vicios y defectos del anterior. La fritscologia Izquieritista iuund lass críticas de estos pretendidos enemigos del re.
formismo, pero llegado a punto culminantatie in diver: rencia entre el socintiam reformista y el revolnbionario in cuestión del poder podemos apreciar la intima soli daridnd que existe tre los centrintas al estilo de De Many los viejon dereclistas de quienes aquel dice que deben abandorin de inbrenn ve la direce16. del movi.
mento proletario, por kuriem pacidad para orientarlo de neherdo con las modalidades que debe adoptar ante la realiand actual que obliga amplia rectificación Chinto estas frente a muchos de nuestros camaradas, que predican, in hos Ins bondades del reformismo, me chos de los conceptos de De Mon son terriblemente revolucionarios. es más claro todavia que quienes una De Man para defender viejo reformismo cedo eu tiltimo congreso de truestro partido no co nocen De: Mano solo citando ello que les conviene, pero 10 hncen referencin algunsus eritiens contra in ilusión reformista ta vieja generación de dirigente del movimiento socialista. Oinla quienes hablaron usando De Mon fueran capaces de decir algunas de las cosas de éste. Eso seria en ellos un progreso muy grande, ya que significaría la superación del viejo reformismo berns.
feiano, que orienta todas BB neciones.
Pero para el proletariado y el socinlisto el centrismo puede significar un daño grandisino, porque ilusionados por In fraseologin revolucionaria y tirreformista de los De Man, muchos militantes sinceros, que están yn en vins de curnrse dial fetichismo legalista y democrático y quie ren superar sus prejuicios reformistas pueden cher en este reformismo de mievo enño, que se presenta hoy como un grave peligro para la acción socialista como um arma eficaz para que los viejos reformistas impiden que la masns tomen por fin olenmino de In lucu el de in toma del poder y lot instauración del régimen de transición in dispensable para poder proceder a in socialización, la dies tadura del proletariado, que preconizan nhorn los alemanes despuós de In derrotas que señal como el obligado Adler en los paixo en que ya ha triunfado el fascismo. Nosotros lo nuspiciamos como un grande fincción del socialismo internacional para consolidar el poder obrero y hacer posible la socialización y la construcción del socialismo y no como wo hipotético para usar sólo cuando el fnscimo ha derrotado momentaneamente la clase obrera.
El centrismo constituye putem. unravo peligro contra el cual es preciso reaccionen tiempo. Más aún vuanto que han salido algunos discípulos de De Man en nuestro partido. Por eso pensamos dedicarle mantención prefe.
rente este rápido comentario del libro de De Man no es más que un toque de atención en próximos números trataremos de hacer un análisis del centrismo, mas dettIndo, tomando las ideas de otros centrista, que hasta hablan de la dictadura proletarin pero que no dejan de ser reformistas de nuevo eufo para terminar, sonnos permitido demostrar como preveine frncnso del relor.
mismo en tanto como Do Man, cuyn posición hemos tratado de fijar rápidamente. Dice De Mon El orden social existente es cada dia mis insoportable.
32 no 88 susceptible de mejoramiento, kolo onde eu des.
trucción. El deseo de reforma, por my fundado que esté en las necesidades sociales está condenado, la ineficacin. o llenar un función mernmente conservadorn. ER precisa acometer, concl mismo espíritu de inmediatividad responsabilidad práctica con que antes debian inx reforma, la destrucción de un ordon social incapaz ya de mejoramiento Luogo Brera: in una situación en que, nun fuera de la clase obrera, ccharnices la duda y Ins desesperunneque lagondin el capitalismo, constituirse en enfermern de este es remuneiar tntes fuerzas colecti Kontro de una ilusión. Por el contrario, deberíamos comprender con claridad y hacerlo comprender a los obre ros, que todos los medios paliativos que se proponen salvar in revolución al orden económico natun son ineficaces. H udelante dice: El reformismo a la tenido que reconoeer su ilebilidad varias veces cuando, a posar de situncion parlamentaria favorable, chocó contra los poderes extraparlamentarios del capitnlismo, que son decisivos. It banca, el poder del dinero, el ejérelto o la milicia fase cista.
Afirma que es necesario cambiar a los viejos Jefes por que el cambio del socialismo en su rutn implica un meva zenernción, hacen falta nervios no gastados, hacen falta energis audacia en campos y temas para los cuales no sirven los viejos jefes, habiles para In neción parlamen turin solamente y poseedores de um prudencia exageracin. El ascenso de los jóvenes no serin, xin embargo, mas que una forma de arrivismo colectivo si no se propusierun imprimir otra dirección al movimiento: is interesante leer lo que dice De Ann acerca de la democracia, cuando se refiere a la necesidnd de que los partidos obreros ambientinctitud frente a lusin, pres.
tándole todo su apoyo. 25 internacional no necesita un politica de emisrnción. Su fraso de afres sin demoerneta que equipura a Rusia con Italls es falsa. Mientras que el fascismo italiano ha destruido una democracia par Inmentarin, la revolución rusahn reemplazado el murismo por un sistema de soviets que serca en todos sus extremos mas democrático que cunlquier república occidental de Europa, sino fuera por la dictadura de partido de la cual se puede hacer abstrneción y que, según in doctrina con munista, sólo tiene un carácter transitorio. por fin.
no podemos dejar de reproducir un pärrnfo que se refiere a la unidad proletarin y que dice: El restablecimiento de unidad política de tot elnse obrera, lejos de ser un obstáculo para un alianza con la parte anticapitalista de Jos inbradores, de la cinse medin proletariando de los intelectuales, en el supuesto previo para obtención. En tiempos anteriores lubo cierta razón para creer que in nyuda de estas cinses hobia que comprarla con un re nuncis a radicalismo de los ideales y con un refuerzo del oportunismo reformista. Hoy las cosas están de otro modo, por lo menos en países como Alemania, en donde el voto de estas clases medias ex menos reformista que el de la socialdemoeraein, la superación del relormismo cinldemócrata y la unificnción de los obreros, hecha po.
sihle por este camino, es in primer condición que debe ser realizada para que el socialismo proletario en lucha contra el capitalismo pudiera volver a desempeñar otra vez el papel de vanguardin. El interés común de todas las clases anticapitalistas que luchan por sus intereses inmedintos lo puede restablecerse en el plano de un ideal de intereses commes, por lejano que sen, en el com: nismo.
Reproducimos estos pürmaior esperando que los camartdas han de estudiarlos con espiritu critico teniendo en curenta las observaciones que prometemos ampliar y nelarar debidamente en próximos números hechas más arribat. Los incitmos, ademais, no sólo me fijen su posición netamente antireformista luchando contra el an.
tirreformismo de los De Man, sino también poner sobre el tnpete de las discusiones In cuestión del poder, que separa claramente a reformistas y revolucionarios y sobre el cual nuestro punto de vista es imbatible. ante expe.
riencins coreanas y dolorosas. Adolfo SPECTOR, como