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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE penetrantes sobre la política extranjera de Hitler y de Stalin.
Sin embargo, esa propaganda parcial representa por sí misma el peor veneno chauvino. Las verdades a medias son el tipo más peligroso de mentira.
Toda la propaganda actual de la Komitern pertenece a esa categoría. Después de cinco años de las más cínicas alabanzas para las democracias, durante los cuales el comunismo entero se redujo a mostrar monótonamente a los agresores fascistas, la Komintern súbitaniente descubre, en el otoño de 1939, el imperialismo criminal de las democracias occidentales. Conversión hacia el evés! Desde em:onces, ni una palabra de condenación para la destrucción de Checoeslovaquia y Polonia, la toma de Dinamarca y Noruega y las repugnantes bestialidades infligidas por las bandas de Hitler al pueblo polaco y al pueblo judío! Hitler fué presentado como un vegetariano amante de la paz, provocado continuamente por los imperialistas occidentales. La prensa de la Komintern comenzó a hablar de la alianza anglo francesa como del bloque imperialista en contra del pueblo alemán. Goebbels mismo no habría podido cocinar nada mejor! El emigrado Partido Comunista Alemán se abrasó de amor patrio. puesto que la patria alemana no ha dejado de ser fascista, ha resultado que el Partido Comunista Alemán sostiene una posición. social fascista. Al fin ha llegado el momento en que la teoría stalinista del social fascismo se revistiera de carne y huesos. primera vista la conducta de las secciones francesa e inglesa de la Internacional Comunista resulta diametralmente opuesta. En oposición a los alemanes, ellas se ven obligadas a atacar a sus propios gobiernos. Pero ese derrotismo súbito no es internacinalismo, sino una retorcida variedad de patriotismo: esos caballeros consideran que su patria es el Kremlin, del que depende su bienestar. Muchos de los stalinistas franceses se han comportado con un valor inciiscutible ante la persecución. Pero la satisfacción política por esa entereza se ha deslucido con el embellecimiento por ellos de la política rapaz del bando enemigo. Qué deben pensar de esto los trabajadores franceses?
Los revolucionarios internacionalistas siempre han sido descritos por la reacción, como agentes de potencias enemigas. La Komintern ha creado a sus secciones francesa e inglesa una situación que da pie firme para una acusación semejante, y por eso mismo empuja necesariamente a los trabajadores hacia el campo del patriotismo, o los condena a la confusión y la pasividad.
La política del Kremlin es sencilla: vender la Komintern a Hitler, junto con el petróleo y el manganeso. Pero el servilismo canino con el que esta gente permite que se la venda, atestigua irrefutablemente la corrupción interior de la Komintern. Ni principios, ni honor, ni conciencia se permite a los agentes del Kremlin: sólo un espinazo dócil. Ahora, que las gentes de espinazo dócil todavía hasta hoy no han dirigido una revolución.
La amistad de Hitler con Stalin no durará siempre, ni siquiera por un cierto lapso. Antes de que nuestro manifiesto llegue a las masas, la política extranjera del Kremlin podrá haber dado una nueva virada. En ese caso, el carácter de la propaganda de la Komintern habrá también cambiado. Si el Kremlin maniobra aproximándose a las democracias, la Komintern extraerá una vez más de sus bodegas el Libro Pardo de los crímenes del nacionalsocialismo. Pero eso no significa que su propaganda asumirá un carácter revolucionario. Con el cambio de marbetes seguirá siendo tan servil como antes. La política revolucionaria exige sobre todo que se diga la verdad a las masas, y la Komitern miente sistemáticamente. Dirijámonos a los trabajadores del mundo para decirles: No creáis a los mentirosos!
SOCIALDEMOCRATAS, STALINISTAS LAS COLONIAS Los partidos ligados con los explotadores e interesados en privilegios, son orgánicamente incapaces de desarrollar una política bonrada respecto de las capas más explotadas de los trabajadores y de los pueblos oprimidos. La fisonomía de las segunda y tercera internacionales se revela, por lo tanto, con claridad especial en su actitud para las colonias.
Actuando como abogado de las dueños de esclavos y como participe en las ganancias del régimen esclavista, la Segunda Internacional no tiene secciones propias en las colonias, salvo grupos accidentales de funcionarios coloniales, predominantemente francmasones franceses, y carreristas de izquierda en general, que se instalan sobre las espaldas de la población nativa. Habiendo renunciado oportunamente a la antipatriótica noción de levantar a la población colonial en contra de la patria democrática. la 328 329