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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE nacional declaran: Las Américas del Centro y del Sur sólo podrán libertarse del atraso y de la servidumbre por la unión de todos los estados en una poderosa federación. Esta grandiosa faena histórica está destinada a ser realizada, no por la retardada burguesía latinoamericana, agencia enteramente prostituida del imperialismo extranjero, sino por el joven proletariado latinoamericano, líder del destino de las masas oprimidas. Por lo tanto, la consigna para la lucha en contra de la violencia y de las intrigas del capitalismo mundial y en contra de la labor de las pandillas venales nativas es: Los Estados Unidos Soviéticos de Centro y Sudamérica. Escritas hace seis años, esas líneas han adquirido ahora una peculiar y quemante actualidad.
Sólo bajo su propia dirección revolucionaria puede el proletariado de las colonias y semicolonias dar cima a una invencible colaboración con el proletariado de los centros metropolitanos ycon la clase trabajadora mundial en su conjunto. Sólo esa colaboración puede llevar a los pueblos oprimidos a una emancipación completa y final, por medio del derrocamiento del imperialismo en todo el mundo. La victoria del proletariado internacional libertará a los países coloniales del largo trabajo de estrangulación del desarrollo capitalista, al abrir la posibilidad de llegar al socialismo de la mano con el proletariado de los países avanzados.
La perspectiva de la revolución permanente no significa en ningún caso que los países atrasados deban esperar la señal de los avanzados, o que los pueblos coloniales deban esperar pacientemente que los liberte el proletariado de los centros metropolitanos. La ayuda viene a quien se ayuda a sí mismo. Los trabajadores deben desarrollar la lucha revolucionaria en todo país, colonial o imperialista, en donde se establezcan condiciones favorables, poniendo así el ejemplo a los trabajadores de otros países. Sólo la iniciativa y la actividad, la resolución y la sangre fría pueden realmente materializar la consigna: Trabajadores del mundo, uníos!
RESPONSABILIDAD DE LA SEGUNDA TERCERA INTERNACIONALES La victoria de la revolución española habría abierto una era de transformaciones revolucionarias en Europa y prevenido así la actual guerra. Pero la heroica revolución, que contenía en su seno toda posibilidad de victoria, fué asfixiada por el abrazo de la segunda y tercera internacionales, con la cooperación activa de los anarquistas. El proletariado mundial se empobreció con la pérdida de otra gran esperanza y se enriqueció con la lección de otra monstruosa traición.
El magno movimiento del proletariado francés en junio de 1936, reveló condiciones excepcionalmente favorables para la conquista revolucionaria del poder. Una República Soviética Francesa habría ganado la hegemonía revolucionaria de Europa, habría provocado repercusiones revolucionarias en todos los países, habría sacudido los regímenes totalitarios y salvado, por ese camino, a la humanidad de la actual matanza imperialista, con sus incontables víctimas. Pero la envilecida, cobarde y traicionera política de León Blum y de León Jouhaux, con el apoyo activo de la sección francesa de la Komintern, condujo al fracaso de uno de los más prometedores movimientos del último decenio.
La estrangulación de la revolución española y el sabotaje de la ofensiva proletaria en Francia; esos dos hechos se encuentran en los orígenes de la actual guerra. La burguesía se convenció a sí misma de que con semejantes líderes obreros a su disposición puede permitirselo todo incluso una nueva matanza de pueblos. Los líderes de la Segunda Internacional impidieron que el proletariado derrocara a la burguesía al final de la primera guerra imperialista. Los líderes de la segunda y tercera internacionales han ayudado a la burguesía a desatar una segunda guerra imperialista. Convirtámosla en su tumba política!
La Segunda Internacional. La guerra de 1914 1918 dividió desde luego a la segunda Internacional en dos campos separados por las trincheras. Todo partido socialdemócrata defendió a su patria. Hubieron de pasar varios años para que los pérfidos hermanitos enemigos se reconciliaran y proclamaran mutua amnistía.
Hoy la situación en la Segunda Internacional ha cambiado rigurosamente en la superficie. Todas sus secciones sin excepción están políticamente de un solo lado de las líneas militares, en el campo de los aliados: unos, porque son partidos de los países democráticos; caros, porque son emigrados de pai.
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