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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE totalitaria se ha convertido en un obstáculo absoluto en la senda del desenvolvimiento del país. El ascendente nivel de las cada vez más complejas necesidades de la vida económica ya no puede tolerar la estrangulación burocrática. Sin embargo, la pandilla de los parásitos no está dispuesta a hacer ninguna concesión, En su lucha por sus posiciones, destruye todo lo que és mejor para el país. No debe pensarse que el pueblo que realizó tres revoluciones en doce años, súbitamente se haya quedado estúpido. Está reprimido y desorientado, pero atisba y piensa. La buy y rocracia le recuerda todos los días su existencia con su gobierno arbitrario, su opresión, rapacidad y vengatividad sanguinaria. Los obreros medio muertos de hambre y los trabajadores de las granjas colectivas, murmuran entre ellos, con odio, contra los pródigos caprichos de los feroces comisarios. Para el sexagésimo natalicio de Stalin, los trabajadores de los Urales fueron obligados a trabajar todo un año y medio en un gigantesco retrato del odiado padre de los pueblos. hecho con piedras preciosas; faena digna del persa Jerjes o de la egipcia Cleopatra. Un régimen capaz de tolerar semejantes abominaciones, no puede menos de despertar la hostilidad de las masas.
La política exterior corresponde a la política interior. Si el gobierno del Kremlin expresara los verdaderos intereses del estado obrero; si la Komintern sirviera la causa de la revolución mundial, las masas populares de la pequeña Finlandia, inevitablemente habrían gravitado alrededor de la URSS, y la invasión del Ejército Rojo, o habría sido totalmente innecesaria o habría sido aceptada desde luego por el pueblo finlandés, como un acto revolucionario de emancipación. En realidad, toda la política anterior del Kremlin kabía repelido de la URSS a los obreros y campesinos finlandeses. Mientras Hitler ha podido contar con la ayuda de la Hamada quinta columna en los países neutrales que ha invadido, Stalin no encontró ayuda de ninguna clase en Finlandia, a pesar de la tradición de la insurrección de 1918 y de la larga existencia del Partido Comunista Finlandés. En semejantes condicio nes, la invasión del Ejército Rojo asumió el carácter de una violencia militar directa y abierta. La responsabilidad de esa violeny cia cae enteramente y de modo indivisible sobre la oligarquía de Moscú.
La guerra es el agua fuerte de un régimen. Como una consecuencia del primer período de guerra, la posición internacional de la URSS, a pesar de los triunfos aparatosos, ha empeorado ya ostensiblemente. La política exterior del Kremlin ha repelido de la URSS a vastos círculos de la clase obrera mundial y de los puey blos oprimidos. Las bases estratégicas de apoyo tomadas por Moscú, representarán un factor de tercera categoría en el conflicto de las fuerzas mundiales. Mientras tanto, Alemania ha obtenido la porción más importante y más industrializada de Polonia y ha ganado una frontera común con la URSS, esto es, una puerta hacia el este. Por Escandinavia, Alemania domina el mar Báltico, y ha transformado así el golfo de Finlandia en una botella de tapón bien apretado. La amargada Finlandia se acerca al control directo de Hitler. En lugar de un débil estado neutral, la URSS se encuentra ahora frente a una poderosa Alemania del otro lado de su frontera en Leningrado. La debilidad del Ejército Rojo decapitado por Stalin ha quedado demostrada ante el mundo entero.
Las tendencias centrífugas nacionalistas dentro de la URSS se han intensificado. El prestigio de la dirección del Kremlin ha declinado. Alemania en el oeste y el Japón en el este se sienten ahora infinitamente más confiados que antes de la aventura finlandesa del Kremlin.
En su escaso arsenal, Stalin no pudo encontrar más que una; y sólo una respuesta a la siniestra amenaza de los acontecimientos: reemplazar a Vorochilov por una nulidad todavía más vacua: Timochenko. Como de costumbre en tales circunstancias, el objeto de esa maniobra es distraer la ira del pueblo y del ejército, alejándola del principal y criminal responsable de los fracasos, y colocar a la cabeza del ejército a un individuo cuya fidelidad está garantizada por su insignificancia. Una vez más, el Kremlin se ha revelado a sí mismo como el nido central del derrotismo. Sólo con la destrucción de ese nido puede salvarguardarse la seguridad de la URSS.
La preparación del derrocamiento revolucionario de la casta gobernante moscovita es una de las tareas principales de la Cuarta Internacional. Esa tarea no es sencilla ni fácil. Reclama heroismo y sacrificio. Sin embargo, la época de las grandes convulsiones en la que ha entrado la humanidad habrá de asestar golpe tras golpe a la oligarquía del Kremlin, romperá su aparato totalitario, despertará la confianza en sí de las masas trabajadoras y de ese a 318 319