DemocracyHitlerIV InternationalMarxismPrivate PropertyStalinStalinismURSSWorking ClassWorld War

CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE talismo monopol sta. Mientras no sean expropiados los trusts y los bancos, para beneficio del pueblo, la lucha entre los estados es exactamente tan incvitable como la lucha entre los mismos trusts. La renuncia voluntaria por los más poderosos estados a las ventajas que les otorga su fuerza, es una utopía tan ridícula, como la división voluntaria de capitales entre los trusts. Mientras se conserve la propiedad privada capitalista, una federación democrática no sería más que una peor repetición de la Liga de las Naciones, con todos sus vicios y sin sus ilusiones.
En vano itatentan los amos imperialistas del destino revivir un programa de salvación que se desacredito completamente con la ex. periencia de los últimos decenios. En vano se entusiasman los lacayos pequeño burgueses con panaceas pacifistas que hace largo tiempo se convirtieron en su propia caricatura. Los trabajadores adelantados no se dejarán engañar. La paz no será concertada por las fuerzas que ahora sostienen la guerra. Los trabajadores y soldados dictarán su propio programa de paz! LA ACTUAL GUERRA LA DEFENSA DE LA URSS.
tenía que apoderarse de Dinamarca y de Noruega antes de que aparecieran en suelo escandinavo las tropas francesas y británicas, todo eso obligó al Kremlin a renunciar a la sovietización de Finlandia a limitarse a la toma de las posiciones estratégicas indispensables.
Es incuestionable que la invasión de Finlandia despertó una profunda condenación de parte del populacho soviético. Sin embargo, los trabajadores adelantados entendieron que los crímenes del Kremlin no retiran de la orden del día la cuestión de la existencia de la URSS. Su derrota en la guerra mundial significaría no sólo el derrocamiento de la burocracia totalitaria, sino la liquidación de las nuevas formas de propiedad, la quiebra del primer experimento de economía planeada y la transformación del país entero en una colonia, esto es, la entrega al imperialismo de colosales recursos naturales que le darían un desahogo hasta la tercera guerra mundial. Ni los pueblos de la URSS ni la clase trabajadora mundial en su conjunto tienen interés en semejante resultado.
La resistencia de Finlandia a la URSS fué con todo su heroísmo tan diferente de un acto de defensa nacional independiente como lo fué la subsecuente resistencia de Noruega a Alemania.
El mismo gobierno de Helsinski lo entendió así cuando prefirió capitular ante la URSS a transformar a Finlandia en una base milia tar de Inglaterra y Francia. Nuestro acendrado reconocimiento del derecho de toda nación a la libre determinación, no altera el hecho de que en el curso de esta guerra ese derecho no ha tenido más peso que el vilano del cardo.
Nosotros debemos determinar la línea básica de nuestra politica de acuerdo con los factores básicos y lo con los de décimo rango. Las tesis de la Cuarta Internacional declaran: La idea de defensa nacional, especialmente si coincide con la de defensa de la democracia, se presta mejor para engañar a los trabajadores de los países pequeños y neutrales (Suiza, en cierto grado Bélgica, los países escandinavos. Sólo mentecatos pequeñoburgueses (como Robert Grimm) de alguna remota aldea suiza, pueden creer seriamente que la guerra mundial a la que habrán de ser arrojados es un medio de defender la independencia de Suiza. Estas palabras adquieren hoy un valor particular. En ningún sentido superiores al socialpatriota suizo Robert Grimm, son los pseudo revolucionarios pequeñoburgueses que creen que es posible determinar la esLa alianza de Stalin con Hitler, que levantó el telón sobre la guerra mundial y condujo directamente a la esclavitud del pueblo polaco, fué resultado de la debilidad de la URSS y del pánico del Kremlin ante Alemania. La responsabilidad por aquélla sólo corresponde al mismo Kremlin: su política interior abrió un abismo entre la casta gobernante y el pueblo, su política exterior sacrificó los intmposes de la revolución mundial ante los intereses de la pandilla stalinista.
La toma de la Polonia occidental prenda de la alianza con Hitler y garantía en contra suya fué acompañada por la nacionalización de las propiedades semifeudales y capitalistas en la Ucray nia occidental y en la Byelo Rusa occidental. Sin ella, el Kremlin no habría pedido incorporar a la URSS el territorio ocupado. La estrangulada y profunda revolución de octubre hizo saber que aún vivía.
En Finlandia, el Kremlin no logró realizar una transformación social serpejante. La movilización imperialista de la opinión pública mundial en defensa de Finlandia. la amenaza de intervención directa de Francia e Inglaterra; la impaciencia de Hitler que 314 315