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CLAVE Tribuna Marxista Tribuna Marxista CLAVE cionario en la India, la inestabilidad de sus posiciones en China.
El poder de la Cuarta Internacional estriba precisamente en que su programa es capaz de resistir la prueba de los grandes acontecimientos, La industria de Inglaterra y Francia, gracias a la segura corriente de los superprovechos coloniales, durante largo tiempo se ha estancado en cécnica y organización. Además, la supuesta de fensa de la democracia por los partidos socialistas y los sindicatos, y creó una situación política extremadamente privilegiada para la burguesía británica y francesa. Los privilegios siempre conducen a la lentitud y al estancamiento. Si Alemania revela hoy una preponderancia tan colosal respecto de Francia y de Inglaterra, preciso es atribuir la parte del león en la responsabilidad a los defensores socialpatriotas de la democracia, que impidieron que el proletariado arrancara a Inglaterra y a Francia de la atrofia, por medio de una oportuna revolución socialista.
El programa de paz. cambio de esclavizar a los pueblos, Hitler promete estahlecer una paz germánica en Europa, por un período de siglos. Vano espejismo! La paz británica siguiente a la victoria en contra de Napoleón pudo durar un siglo ino mil años. sólo porque Inglaterra era la avanzada de una nueva técnica y de un sistema progresista de producción. No obstante la potencia de su industria, la Alemania de hoy, como sus enemigos, sostiene un sistema social condenado ya. La victoria de Hitler en realidad no significaría la paz, sino el comienzo de una nueva serie de choques sangrientos en escala mundial. Mediante la supresión del Imperio Británico, la reducción de Francia al estatuto de Bohemia y Moravia, Alemania, basada en el continente europeo y en sus colonias, se convertiría indudablemente en la primera potencia del mundo. Junto con ella, Italia, en el mejor caso, podría. no por muchos años. obtener el control de la cuenca mediterránea. Pero ser la primera porencia no significa ser la única. La lucha por espacio vital. sólo entraría entonces en una nueva etapa.
El nuevo orden que el Japón se prepara a establecer, basándose en la victoria alemana, tiene como perspectiva la extrmsión del dominio japonés sobre la mayor parte del continente asiático.
La Unión Soviética se encontraría entonces sitiada entre una Europa germanizada y un Asia ninonizada. Las tres Américas, lo mismo que Australia y Nueva Zelandia, caerían en manos de los Estados Unidos. si tomamos en cuenta el imperio provincial italiano, además, el mundo temporalmente estaría dividido en cinco el espacios vitales. Pero el imperialismo, por su propia naturaleza, aborrece cualquier división de poder. Con el objeto de libertarse las manos en contra de América, Hitler tendría que arreglar sangrientas cuentas con sus amigos de la víspera, Stalin y Mussolini.
El Japón y los Estados Unidos no se mantendrían como observadores desinteresados de la nueva lucha. La tercera guerra imperialista no sería empeñada por estados nacionales ni por imperios del antiguo cuño, sino por continentes enteros. La victoria de Hitler en la actual guerra significaría así, no mil años de paz germánica. sino un caos sangriento por muchos decenios, si no por siglos.
Pero tampoco un triunfo aliado resultaría en consecuencias más brillante. Francia victoriosa restablecería su posición como gran potencia, sólo por medio del desmembramiento de Alemania, de la restauración de los Hapsburgos y de la balkanización de Europa. La Gran Bretaña sólo podría jugar de nuevo un papel director en los asuntos europeos por medio del restablecimiento del sisteina de apoyar sobre las contradicciones entre Alemania y Francia por un lado, y Europa y América por el otro. Esto significaría una nueva y diez veces peor edición de la paz de Versalles, con efectos infinitamente más perniciosos para el organismo debilitado de Europa. eso debe añadirse que una victoria aliada sin la ayuda norteamericana es improbable y que los Estados Unidos esta vez reclamarían un precio mucho mayor por su colaboración que en la última guerra. La desquiciada y exhausta Europa objeto de la filantropia de Herbert Hoover se convertiría en deudora quebrada de su salvador ultramarino.
Finalmente, si suponemos la variante menos probable, es decir, la conclusión de la paz por los adversarios exhautos, de acuerdo con la fórmula pacifista: Ni vencedores ni vencidos. eso significaría la restauración del caos internacional que existía antes de la guerra, pero esta vez basado en ruinas sangrientas, en el agotamiento, en la amargura. En un período corto de tiempo, todos los viejos antagonismos, habrían surgido a la superficie con violencia explosiva, para resolverse en nuevas convulsiones internacionales.
La promesa de los aliados de crear una federación democrática europea, esta vez es la más cruda de todas las mentiras pacifistas. El estado no es una abstracción, sino el instrumento del capi312 313